Las fronteras de la ignorancia

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte

El Libertador nos dijo: "Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza", "un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción", "Moral y Luces son nuestras primeras necesidades". Tres pensamientos indispensables para entender estos tiempos de Revolución y fronteras.

¿A cuál ignorancia se refería el Libertador de Colombia y Venezuela, a cuál moral, a cuáles luces? El pueblo era ignorante porque no reconocía su situación de esclavo del imperio monárquico, y no se identificaba como un cuerpo más allá de la suma de sus individualidades, no se sabía miembro de la humanidad toda, no hacía consciente su papel histórico. Las arengas militares de Bolívar, en momentos difíciles de las batallas, expresan claramente su pensamiento. Veamos.

La arenga de Junín:

Soldados:

¡Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud!

En esos momentos difíciles cuando debían entran en batalla que se presentía muy cruenta, el Libertador invoca, no la mezquindad de un pequeño territorio, no los intereses mezquinos de un puñado de hombres, al contrario, hace estallar todas las fronteras de la ignorancia y pone como meta sublime de aquellos hombres dispuestos a morir ¡Salvar al mundo entero de la esclavitud! Sólo ese pensamiento, sólo esa grandeza los podría transformar en los héroes que fueron.

Después de la Batalla de Ayacucho:

Soldados:

 Colombia os debe la gloria que nuevamente les dais; el Perú, vida, libertad y paz. La patria y Chile también os dais deudores de inmensas ventajas. La buena causa. La causa de los Derechos del hombre, ha ganado con vuestras armas, su terrible contienda contra los opresores. Contemplad, pues, el bien que habéis hecho a la humanidad con vuestros heroicos sacrificios.

Habéis libertado a la América Meridional y una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria; ¿Dónde no habéis vencido?

Aparece nuevamente junto a la euforia del triunfo el pensamiento universal de Bolívar que vuela por sobre cualquier frontera, nos indica el Libertador "la buena causa”, “la causa de los derechos del hombre", "la Humanidad". Esos eran sus límites.

En estos tiempos de fronteras es apropiado recordar al Libertador, ir a nuestra fundación, recordar de dónde venimos, y en esas raíces asentar las soluciones a los problemas de hoy.

El problema de las fronteras no es un problema militar, no es de poblar, de productividad, de reclamo. ¡Es un problema de ignorancia! en el mejor sentido bolivariano: al despojar al pueblo de las razones sagradas por las cuales luchar, de la grandeza de las metas, al reducirlo al estómago, a la recompensa material fácil, lo privamos de la posibilidad de reconocerse como cuerpo social, lo convertimos en la suma de egoísmos, en la guerra de todos contra todos. Lo privamos del vuelo alto que requiere la Revolución Bolivariana, Chavista, y lo redujimos a caminar por una trocha con la mirada baja. De esta manera no hay fronteras físicas que contengan, pero tampoco morales, éticas, no hay más Patria que el individuo convertido en lobo.

Es así, los problemas de la frontera no están en esa línea oligarca, antibolivariana, ni en el territorio. Están en la mente, en el corazón del pueblo. Por más militares que vayan a la frontera, por más Misiones que se inventen sin darle al pueblo razones para reconocerse, para entender la grandeza de su papel histórico, los problemas de la frontera, de los edificios de la Misión Vivienda, de las ciudades y pueblos de todo el territorio minados de pandillas y pandillitas, serán los mismos: la lucha de todos contra todos, la pérdida del sentido de sociedad.



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Toby Valderrama


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