Durante todas las épocas los líderes religiosos, políticos y militares tuvieron la necesidad de atemorizar y convencer a los habitantes de una región, así mismo, divulgar las hazañas para regocijarse de sus proezas. Por tal razón era necesario recurrir a cualquier medio de difusión disponible para ese momento.
En tiempos de analfabetismo era imposible recurrir a la lectura pero sí al arte, por ejemplo, la pintura y la escultura. Por tal razón durante el oscurantismo medieval la iglesia apeló a excelsos pintores para divulgar el sufrimiento y el tormento de los sacrificados. Así fue como se pintaron y esculpieron un sinnúmero de obras para representar los mitos sobre los mártires de la iglesia. Es sorprendente la iconografía católica mostrando santos sangrando, otros acuchillados, asaeteados como san Sebastián; apedreados como san Esteban; crucificado como san Pedro; muertos a la parrilla como san Lorenzo; Jacobo el Mayor, decapitado por una espada; san Felipe, encarcelado, azotado y luego crucificado; Santiago, golpeado, apedreado y finalmente, con la cabeza reventada con un garrote; san Lucas ahorcado; apóstoles degollados, comidos por los leones, descabezados como san Juan Bautista; anacoretas como san Antonio Abad y san Pablo el ermitaño. En fin, son muchas y diferentes las formas de mostrar el sacrificio de los mártires de la iglesia para despertar sentimientos de piedad hacia los santos y pánico hacia aquellos hombres capaces de prodigar tales castigos. Y qué decir de las pinturas que muestran el sufrimiento eterno del alma de los pecadores soportando en las pailas del infierno las llamas abrazadoras y perpetuas. Todas estas alimentadas por una fuente inagotable de energía propiedad de Belcebú; así tenemos el "Infierno" pintado por Hans Memling (1485) y el "Infierno" de Pieter Huys (1570), entre tantas obras pictóricas ofrendadas al averno. Era la manera de los clérigos de estimular el temor para mantener a los feligreses amedrantados ante la inminencia de un posible quebranto de las leyes sagradas.
No solo la pintura fue utilizada como un medio de difusión de masa, también la poesía y los juglares se hicieron presentes en las jornadas para enaltecer a los políticos y a los héroes militares, llamados caballeros por montar en enjaezados rocines. Para esto basta revisar los poemas del Mio Cid y Amadis de Gaula, en los que se glorifican las acciones de gran bizarría de los protagonistas de tales obras. Eran los poetas los encargados de visitar las aldeas y poblados de los iletrados para divulgar las gallardías de los caballeros andantes. Fue así como surgieron las novelas de caballerías. Es obvio completar este acápite con la contribución del teatro en esto mismos menesteres en tiempo de la ausencia de ilustración.
Cuando el analfabetismo se fue erradicando los hombres y las mujeres que aprendieron a leer se convirtieron en presas fáciles para ser manipulados. Pasado mucho tiempo aparecen los periódicos o la prensa reemplazando las obras de artes y a los poetas en el ascendiente sobre los pueblos. A partir de esta época la palabra escrita será utilizada para generar beneficios a los dueños de los medios de comunicación, similar a cualquier empresa mercantil. Cuando aparece el periódico los lectores estaban a la expectativa de un diario propicio para difundir la verdad de los acontecimientos o de editorializar ideas de prosistas con buenas intenciones, pero todo no fue más que una ilusión. Actualmente vemos como el rotativo (con ciertas excepciones) no es el río de donde emana la fuente de la verdad para fecundar el campo de las ideas, sino más bien una cloaca putrefacta que infectan con sus miasmas pestilentes las mentes de sus lectores. Lo que aparece en las páginas de la prensa escrita no puede ser tildada de literatura, sus crónicas sirven para ser leídas por estúpidos. Se leen improperios contra personas honorables, editoriales que no fomentan la convivencia, mentiras e insolencias sin sentido que revuelven la bilis, lecturas para miserables, buena parte para ser leídas por mentecatos con una anemia de ideas.
La tecnología le entrega a los dueños del dinero diversos medios para manipular a los humanos, no para enriquecerlos intelectualmente ni para mantenerlos informados sino para sojuzgarlos mediante la información, convirtiéndolos en estultos autómatas que responden a estímulos colectivos.
Lo sicarios existen desde la antigüedad, entendiéndose por este a un asesino que mata a una persona por encargo. Por lo general, quien le encomienda al sicario el sombrío trabajo es una persona acaudalada, quien considera a la víctima un peligro para sus intereses. Lamentablemente, en la actualidad advertimos como ciertos periodistas armados con un tablero y otros amartillados con una cámara ponen en peligro la vida, no solo la de un individuo, sino la una comunidad, hasta la de una nación entera, todo esto dirigido desde las oficinas de los dueños de corporaciones periodísticas y canales de televisión. Para esto basta mentir con aviesas intenciones, desvirtuar una noticia o fabricar momentos que servirán para justificar violentas acciones. A cambio, los amos de los medios de comunicación recibirán el pago de las avaras compañías financieras y mercantiles con aspiraciones de adueñarse de todas las fuentes energéticas del planeta. A estos trúhanes adinerados les importa un bledo los hogares y la vida de otras personas. Los antiguos mercenarios de la pluma hoy convertidos en sicarios del tablero.
A los dueños de los medios de comunicación no les concierne los modelos económicos, ni los logros sociales de un país, ni tampoco las necesidades de una nación entera, lo único que les interesa es el dinero y para ganarlo, ponen a la orden sus periodistas y las cámaras al servicio de los poderosos. Los sicarios son los periodistas que manejan el tablero y los camarógrafos, siendo el dueño del periódico o del canal el autor intelectual que les paga la labor con los dólares recibido de los potentados.
Cuba, Vietnam, Panamá, Irak, Siria, Afganistán, Libia, Ucrania…son ejemplos palmarios de lo que puede hacer la prensa escrita y televisiva con respecto a las situaciones de estos pueblos. Imposible ocultar los portaviones, los drones, los cazas bombardeos con misiles, la destrucción completa de ciudades, los millones de muertos, los emigrados…como corolario de las mentiras de aquellas empresas de la desinformación.
Hoy por hoy, de nuevo Venezuela es víctima de los ataque mediáticos de los sicarios del tablero y los sicarios de las cámaras. Observo con estupor como El Tiempo, El Espectador, Caracol, RCN, NTN24, NY Times, Washington Post, ABC, El País…entre otros, enfilan sus miras para luego apretar el gatillo del tablero y el botón de la cámara, sin importar hacia dónde van orientados los disparos. De seguro que nuevas víctimas estarán presentes.
Es sorprendente como alguna prensa nacional e internacional desvirtúan todo lo acontecido en Venezuela con lo que respecta a Guyana, con el atropello del cual es víctima el pueblo venezolano con relación al paramilitarismo, el contrabando de combustible, la extracción de alimentos y del ataque de nuestra moneda en las diversas ciudades de nuestra frontera con Colombia.
Los sicarios del tablero y las cámaras están apuntando sobre un objetivo muy delicado y explosivo, parecen desconocer las consecuencias de propiciar un sentimiento xenófobo a través de una noticia artificiosa. Un asesino contratado cuando dispara, de seguro la víctima es una sola persona, en el caso de los medios de comunicación es impredecible el resultado de lo que pueda ocurrir con una falaz información y mal intencionada.
Muchos medios y representantes de gobiernos extranjeros opinan sobre la sentencia del reo Leopoldo López como si un tribunal inquisitorio hubiese juzgado a un santo. No creo que la posición de algunos entes gubernamentales forasteros ante la sentencia sea por desconocimiento del caso, estoy seguro que detrás de todo esto se están moviendo inmensas cantidades de dinero para hacer de Leopoldo un mártir del gobierno del presidente MM. Dejemos que el amo de Voluntad Popular brille, pero que lo haga como las luciérnagas, que fulgure en la oscuridad de un calabozo de donde no podrá salir hasta que cumpla la sentencia. Pareciera que, quienes se oponen al veredicto son los que representan en el orden moral el mismo papel que en orden físico encarnaron los lagartos voladores en el período secundario: animales con alas de pájaro y cuerpo de reptil, seres que ayer volaban y hoy se arrastran ante el amo que les paga.
A pesar del sicariato de los medios de comunicación el pueblo venezolano está dispuesto a dar la batalla contra lo viejo y lo malo de cuarta república, en una lucha pertinaz, formidable y tenaz para erradicar de nuestra patria el ultraje de los opresores y la cobardía del oprimido. Se debe formar a los ciudadanos y a las ciudadanas como seres verdaderamente libres, que conforme su pensamiento en la más fructífera integridad, sin importar zaherir los intereses de las clases acomodadas ni tampoco, sublevar la cólera de cofradías de ignorantes y fanáticos.
Enoc Sánchez