Este es un duro golpe contra los hipócritas defensores de un socialismo puritano. Esta es una victoria gigante de todos los que planteamos un socialismo abierto a la modernidad del siglo XXI, capaz de atraer a personas de todas las edades, razas, géneros con propuestas creativas, divertidas y constructivas, sin castraciones ni ideas reprimidas. Propondremos siempre un socialismo capaz de competir contra el capitalismo, un socialismo que nos haga libres en pensamientos, en acciones, en sentimientos y en placeres, un socialismo dinámico, democrático, productivo y estético.
La estética del socialismo admite la sensualidad, el erotismo, la exhibición respetuosa de la belleza de la mujer en sus diferentes versiones. Algo muy distinto al exhibicionismo, la vulgaridad o la pornografía que pertenecen al capitalismo salvaje. En este revolucionario contexto y tapando muchas bocas, la mujer venezolana más famosa del mundo y sin duda seguida en redes sociales a nivel mundial con millones de "followers", Diosa Canales llegó a TVES, el canal socialista del entretenimiento familiar. Este video lo comprueba: Diosa Canales llegó a TVES https://youtu.be/424pyFo2pwc
El hashtag #DiosaEnTVES se hizo sentir poderosamente en redes sociales. Divas muy famosas como Diosa Canales, Jimena Araya (Rosita), Norkys Batista, Sabrina Salemi, Deliza Rodríguez quien hace poco nos envió un mensaje "Senos por la paz" https://t.co/11XqvZw9bQ
Todas son respetables damas que se han convertido en celebridades de la farándula con cientos de miles o millones de seguidores en twitter (cada una) y su presencia acapara los medios de comunicación. La inmensa mayoría de los venezolanos hemos contemplado alguna vez a estos sex symbols, porque existe la sed natural de hacerlo o tal vez los medios de comunicación han hecho al pueblo sexualmente insaciable con su propaganda. ¿De lo contrario por qué exhiben tanto a estas respetables damas en la pantalla y la inmensa mayoría de la gente las seguimos viendo? Es tiempo de una honesta autocrítica. Sin demanda de sexo, no hay oferta de tv sexual. Sin seguidores, no hay estrellas de farándula. Hay divas porque millones de gente las aclama y las sigue. A Diosa Canales muchos la critican pero de igual forma la ven.
Seguramente la mayoría de nuestro pueblo perteneciente a la clase trabajadora, consagrada a su sacrificada jornada de 8 horas diarias de labor, además de horas haciendo cola, no goza del tiempo libre para vivir otros mundos, su breve refugio es la televisión y los medios de comunicación, allí encuentran a Diosa Canales y otras divas. Sociológicamente las divas se han convertido una fórmula de escape para olvidar los dolores y fatigas del pueblo obrero día a día (por eso muchas son imagen en latas de cerveza y loterías). Las divas andan en constante gira nacional por clubes sociales populares del interior del país. Una fantasía de desahogo y escape.
El erotismo no es una industria delictiva, porque se enmarca en la libertad sexual de los adultos mayores de edad, la compra de videos, revistas, el disfrute de espectáculos íntimos u obras de teatro y demás accesorios relacionados al sexo entre quienes son mayores de edad. De igual manera sitios nocturnos de recreación erótica donde los hombres asisten a presenciar bailes y coreografías de señoritas voluptuosas que en principio se dedican a entretener a visitantes y excitar las fantasías y los anhelos carnales que naturalmente existen en la población masculina.
Todos estos eventos gozan de gran audiencia, dado la publicidad erótica que bombardea a nuestra sociedad constantemente. Todo parece enmarcarse en la legalidad y el derecho de cada adulto a experimentar vivencias y desenvolver su personalidad de acuerdo a sus preferencias siempre que no afecte los derechos de los demás ni cause alteraciones contra el pudor u orden públicos.
Otra cosa es que la sexualidad se convierta en mercancía para la venta. Para evitarlo hay que impedir excesos como la cosificación sexual de la mujer (presentación de las damas como objetos sexuales negociables). Eso ocurre todavía en ciertos medios impresos y páginas web donde se ofrecen servicios con precio incluido. Antiguamente la extinta RCTV ofertaba línea caliente telefónica, he allí un mal ejemplo que no se debe repetir.
Como siempre asumo la responsabilidad de mis afirmaciones ideológicas, políticas y jurídicas: Hoy digo que nada de malo tiene apreciar la belleza natural de las mujeres (ni tampoco aquella construida para quienes así mansamente lo prefieren por imposición del mercado), lo llamativo es el boom, el escándalo, la expectativa, la locura, el afán y la atención que masivamente han generado personajes que encajan en este estereotipo de divas con apoyo de la publicidad moderna y los medios de comunicación.
En tiempos de socialismo venezolano, vivimos también la época de las divas, entiéndase por estas personas las vedettes, las bombas sexy, símbolos sexuales, escorts, acompañantes, modelos eróticas, "chicas tuning", "las fitness", "las explotadas", etc. Es decir, un nuevo estereotipo de mujer con prótesis mamarias de gran tamaño, trasero inyectado con células expansivas o metacol, costillas modificadas (quebradas) quirúrgicamente para afinar la cintura, lipoescultura, liposucción, lipoaspiración, gimnasio, spinning, cardio, aerobics, tae bo, además peeling facial, dermo-abrasión, lifting, levantamiento de cejas, rinoplastia (conversión de la nariz a la usanza del prototipo europeo), blefaroplastia (modificación de párpados), inyección de botox en labios, pómulos y mentón, etc.; que simboliza a Venus, Afrodita o Adara, es decir, las diosas del sexo, quizás del amor, encaramadas en zancos, acrílicos, plataformas o agujas de 12 centímetros.
Antes que criticarlas a las famosas divas, debemos criticarnos a nosotros mismos ¿Por qué las vemos tanto?