La cebolla es escarcha cerrada y pobre…/ en la cuna del hambre mi niño estaba / con hambre de cebolla se amamantaba… / frontera de los besos serán mañana…/ cuando en la dentadura sientas un arma / sientas un fuego correr…buscando el centro.
Solaza evocar la primera vez que supe del poeta español Miguel Hernández y fue precisamente por la lectura de su verso “Nanas de la cebolla” escrito en prisión, sobre papel higiénico a falta de otro papel, de cuando la guerra civil española de 1936, desde el pabellón de la muerte a la que él estaba condenado por luchar contra el fascismo triunfante en España entonces y, hasta el presente.
Fue la primera vez que estuve en la Universidad Central de Venezuela a eso de mediados de los años sesenta; éramos todos un grupito de campesinos cuasi analfabetas y estábamos ahí frente al edificio donde funcionaba la Federación de Centros Estudiantiles, reposando en el suelo, hambrientos y cansados, algunos francamente enfermos, por lo que más que una contradicción era como echarle candela al conflicto interior que cada quién de nosotros cargaba compartido por el pueblo venezolano, eso de ocuparnos de poesías, puesto que a un pueblo hambriento enfermo y con hambre no se le ofrecen ni se le cantan poemas pero, he ahí que yo me antojé de aquel librito que Igor Rodríguez Potellá cargaba y, así fue, me lo quedé entones, aunque dicho librito desapareció de mí no sé ni donde ni cuándo pero perdura fresco en mí el recuerdo del verso imborrable que ahora evoco, dado el problema fronterizo de Colombia contra Venezuela.
Antes de entrarle al hueso del asunto prefiero contar que esa nochecita Igor estaba acompañado por otro compañero al que yo no conocía, Alexis Adam, y quienes nos condujeron al comedor universitario, y recuerdo el comentario que uno de ellos hizo, “…estos carajos están como para ir al concierto…” (era que esa noche precisamente se presentaba la filarmónica de Moscú en el Aula Magna).
Años más tarde, mi afecto y agradecimiento hacia Igor, al que llamábamos “Pilón” debido a su contextura, no hizo sino consolidarse como una roca y aun después de su muerte yo cargo en la cabeza un sentimiento invalorable del camarada Igor.
Es curioso, referirme a Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia -ésta, hermana univitelina de Venezuela, ambas naciones hijas de Simón Bolivar y de La Gran Colombia- porque oí una canción de Joan Manuel Serrat y que me trajo recuerdos que por años han estados perdidos en la memoria, se trata de esa maravilla de poema de Miguel Hernández hecho canción por Serrat.
Será acaso por lo de la homofonía, Juan y Joan Manuel S, por una parte, y por otra, por la profundidad de la cosa: la misma infernal aporía fascista de España y de Colombia.
Y hay que decirlo con la más áspera crudeza porque la verdad pierde mucho con el silencio, Colombia está gobernada por un fascismo insoportable, al punto de que su Procurador General Nacional quema libros de Gabriel García Márquez “El Gabo” y, pare usted de contar atrocidades.
El alcance de una sola vida no define a un pueblo pero cuando aquel se posesiona en un estrato social de poder le imprime un sello de identidad, en el citado caso, morbosa; pudiere ser distinta y para bien, mas, en el caso de la hermana Colombia no es así, lamentablemente, dado que el uribista Procurador Alejandro Ordoñez, mano derecha de su Merced el Presidente Juan Manuel Santos Calderón es un consumado fascista.
Peor todavía es que en la deliberada agresión del gobierno colombiano contra Venezuela subyace una estrategia expansionista de no pocos antecedentes históricos, el tratado Pombo-Michelena y la incursión del Caldas en aguas venezolanas dan un reflejo de esa estrategia; distinto es respecto al imperialismo con lo del latrocinio de Panamá y que explico en “Un espejo para Mercedes” que está en red y que puede ser consultado.
Es que pareciera que en este mundo todo tuviera que ver con todo, lo digo sin sujetarme a determinismo alguno, ¡zape gato!, para explicaros mejor os pongo un ejemplo sencillo: fulano o zutano tira su basura por ahí creyendo estar lejos de su casa y en consecuencia pensando quizá que ese no es su ambiente y que en consecuencia la enfermedad que dicha basura pudiere incubar no le amenaza porque pululará fuera de su propio ambiente, creyendo erróneamente estar protegido en su exclusiva zona de seguridad, he ahí la ignorancia, el egoísmo y la miopía típica del camino del fascismo.
Ese sí es tu ambiente aunque tú no lo creas; un virus desatado en Malasia da un saltito y enseguida está en Trinidad o en Nueva Esparta, contimás que se desate en Bogotá para que de inmediato repercuta en Ciudad Bolivar. El mundo es de todos o debe ser de todos pero algunos se sienten bendecidos por su condición de clase y en consecuencia se creen seres superiores a nosotros los demás, en sentido lato, pero lo que en verdad son es fascistas.
Y, si bien Colombia está dominada por una casta oligárquica que se siente superior, acá en Venezuela existen unos arrastrados cuyo complejo de inferioridad les sale por los poros, veamos.
Hace poco uno de los citados se expresó ante las cámaras de la televisión más o menos así: “…la señora Canciller Holguín de Colombia ha conversado explícitamente con la señora Rodríguez…”
Anoto que yo prefiero decirle a una mujer tal, Cancillera, en vez de Canciller. Bueno, el caso está a la vista, concluya usted su observación.
Del contexto de lo que tú digas se desprende no siempre lo que quieres decir sino a veces lo que tratas de ocultar; si bien algunos se creen superiores a los demás, otros se sienten inferiores; no es el caso de los revolucionarios que nos sentimos muy firmes en sentido de igualdad y será por eso que la solidaridad y el respeto hacia sí mismos y hacia todos, entre otros grandes valores, nos caracterizan ejemplarmente pero no nos impiden expresar nuestras verdades por todo el cañón.
Qué causalidad -ojo, no dije casualidad- la de la Señorita Cancillera Holguín, que al parecer ostenta abolengo de rancia data, e inclusive, como me dijera cierta “Duquesa de sangre roja rojita” y a la que suelo tener a pata´e mingo de lunes a lunes cuando estoy aquí, que “…esa cancillera tiene más títulos que la duquesa de alba pero no le llega a los talones a la cancillera Rodríguez…”
El Señor Presidente Santos debe brincar o encaramarse pero no le debemos permitir que siga chupándose la gasolina, el arroz, el maíz, el jabón, el café, los cauchos y repuestos de vehículos, el aceite, la avena, las medicinas de todo orden, la leche infantil, …y, a cambio, nos mande una escoria de delincuencia.
El deliberado ataque a la moneda venezolana, fraguado desde Bogotá, podría revertírsele al señor Presidente Santos y lanzarlo a un Calderón (una caldera grandota como la del diablo), lo que sería tristemente lamentable ya que los venezolanos deseamos lo mejor para la hermana Colombia y naturalmente para su respetado y respetable Presidente Santos al que queremos por colombiano, y sea verdad, no por oligarca, por ello sea otra cosa.
Mas, tenemos que sentarnos a dirimir el enfrentamiento mediante un diálogo fecundo, ganar ganar porque media un gran pueblo separado por una frontera que de no haber sido por Santander, dicha línea fronteriza no habría tenido razón de ser y todo el petróleo de la Faja Petrolera del Orinoco sería por igual de los bogotanos y de los caraqueños.
Pero, qué le vamos a hacer, es imposible modificar el pasado, de lo que se trata ahora es de echar las bases para que nuestras futuras generaciones convivan en paz y armonía perfectas.
Hay que poner de relieve que si bien Colombia tiene a Uribe y a sus motosierristas, nosotros tenemos también copias al carbón, Leopoldo López, con 43 + 1 cadáveres encima (recordar que el descuartizamiento de la señora Liana Hergueta, ésta por cierto opositora, se le carga a Leopoldo López) y aproximadamente 900 heridos; otra copia al carbón de Uribe es el señor Henrique Radonsky quien tiene encima 11 muertos entre los cuales figuran dos niños de corta edad, y también numerosos heridos.
A todo eso hay que aplicarle la justicia, dejar de lado la impunidad, y si nos ponemos de acuerdo al respecto, las futuras generaciones encontrarán un mundo mejor, de eso se trata.
¿Qué Colombia tenga un procurador piromaníaco, y peor, que se solaza quemando los libros del Gabo? ¿qué es eso para nosotros?, nosotros también tenemos una fiel copia al carbón del señor procurador Alejandro Ordoñez Maldonado y creo que más arrecha todavía, se trata de Leopoldo López quien le metió candela a un parvulario con 89 niños adentro y quienes fueron salvados milagrosamente por la valiente y decidida actuación de nuestro excelente Cuerpo de Bomberos de Caracas.
Así que un mea culpa es muy necesario pues si en Colombia campea la violencia, aquí también ronda la violencia; la diferencia reside en que los violentos de acá son alumnos de Uribe, la violencia letal que exhibe la MUD es importada de Colombia y hay que parar esa loca carrera, Ojalá el señor compatriota Presidente Santos se avenga hacia el carril y haga constricción positiva y podamos darnos un gran abrazo muy fraterno, pero eso yo lo veo lejos.
Colombia alberga en su territorio numerosas bases del Comando Sur de los Estados Unidos y esa es una espinita clavada contra toda la región, así que el señor Santos debería tratar de salirse de ese “calderón” infernal para que podamos hablar de paz sustentable.
Los poetas están ausentes pero deberían hacer presencia en los diálogos de paz; yo recuerdo vagamente un dato que no he podido confirmar por mucho que he intentado, se trata de que supuestamente en la China antigua sus Generales más guerreros eran escogidos mediante un concurso de poesías; tal vez si pudiera yo interactuar con la prosa del Gran Luis Britto García él pudiera ayudarme a confirmar o a desmentir la especie pero lamentablemente de él no tengo ni un librito contimás un libritto, porque supongo que sus librittos sean elocuentes, y, por cierto, ¿qué tal si Leopoldo López quemara un libritto del renombrado escritor venezolano Britto García, ah?
Ah, todavía le acepto al señor Procurador Nacional de Colombia que haga chicharrón a la prosa de nuestro Britto García, ta´bien, pero quemar a García Márquez, su propio coterráneo, eso es el colmo de todos los colmos, parece algo así como sadomasoquismo revuelto con burundanga.
Y, no es que Britto García sea literariamente menos ni más que García Márquez, yo los pongo a ambos en sendos platos de una balanza mental y esa bicha ni se mueve, pero lo cortés no quita lo valiente; sólo pretendo mover a reflexión a quienes se han dedicado a la violencia de manera sistemática, creo que un violento es un enfermo mental y a los enfermos hay que curarlos; mil formas de violencia existen y en Colombia se practica una de nuevo cuño que asombra al más pintao, por ejemplo, poner en una plaza pública la imagen del Presidente Nicolás Maduro e instigar a los transeúntes a que escupan y difamen y luego propalar por Caracol y demás etcéteras, dichas grabaciones, ¿adónde piensa ir Colombia con esa práctica incalificable, adónde?
La burguesía, en todas sus manifestaciones, parece estar atada a la violencia como a una pared y en eso la burguesía venezolana no se diferencia en nada de la colombiana; mas, me parece que todavía no ha llegado a tal extremo pero dado que Uribe la asesora no sería raro que muy pronto hagan lo mismo contra Santos, inclusive, cuando firme el Tratado de Paz.
El fascismo tiene pie en el anticomunismo visceral y consiste en una predisposición psicológica hacia el autoritarismo sanguinario pero el fascismo termina siempre por desbordar a quienes lo practican, creerse superior a otro ser humano es fascismo, quemar libros es fascismo, descuartizar a una persona es fascismo, forjar fosas comunes es fascismo, el fascismo es la antítesis de la democracia pero hay fascismos que se enmascaran bajo una democracia morbosa, los fascistas queman parvularios,…
En oposición al humanismo revolucionario, el humanismo burgués es fascismo puro.
Pero acá no se lo vamos a permitir caiga quien caiga; un dato fidedigno fue cuando un jovencito supuestamente de la revolución, derribó una estatua de Cristobal Colón, pero fue prisionero y pagó cárcel porque aquí se respeta y el que se salga del carril lo encarrilamos (aunque sea hermanito colombiano y sin excepción, así que moscapil [mosca con las pilas puestas]); y eso que Cristóbal Colón fue un sanguinario pero puesto que la historia fue escrita por cronistas españoles lo pusieron como un Santo[s].
Por añadidura valga la siguiente pequeña precisión:
El señor conspirador entrometido ex Presidente colombiano Cesar Gaviria estuvo instalado en Caracas por cerca de un año intentando tumbar al Comandante Hugo Chávez; Gaviria montó su circo en un lujoso hotel de nuestra capital Caracas, desde donde despachaba y se daba lo vuelto, hizo lo que le dio la gana y nadie lo molestó en absoluto, Gaviria iba y venía con la ultramontana Conferencia Episcopal Escuálida Venezolana -CEEV- como el augusto pareja de clown, mas, era vigilado, y de sus andanzas non sanctas quedó grabado un dossier nada edificante, al punto que para verlo tendría que ser a altas horas nocturnas para evitar que las cochinadas del emperifollado hombre queden al alcance de los niños de uno u otro lado de la frontera.
Nada edificante fueron las andanzas de ese señor aquí pero no obstante el descarado pretende darle lecciones de moral a Venezuela. Quizá lo mejor sea ignorar al señor Cesar Gaviria para evitar ofender el gentilicio colombiano tan respetado por nosotros los venezolanos; ese señor no tiene vergüenza pero yo estimo que sería contraproducente descorrerle el velo porque eso sería como caer en el mismo juego de la rancia oligarquía colombiana.
Puntualizo de nuevo la hermandad colombovenezolana pero nuestro origen común está afectado en mal por la ambición desenfrenada de algunos factores de poder de allá y de aquí, Santander y Páez son ejemplos lamentables; en contrario, Nariño y Bolivar son a mi modo de ver el camino correcto.
Claro, cómo no va a afectarnos palpar la miserable pobreza que aqueja a los campesinos de Colombia si somos hermanitos de veras pero aunque el sentimiento de fraternidad prime tal que nos sumerja en una agonía insuperable a veces cuando nos percatamos, existe una frontera a partir de la cual hay leyes que la rigen de uno y otro lado, que sintamos compartir las angustias de los colombianos es una cosa y que podamos intervenir para resolverlas es otra cosa, nosotros no debemos meternos en la solución de sus asuntos a menos que el gobierno colombiano demande nuestra cooperación en base a reglas explícitas tal como está sucediendo en los acuerdos de paz con la FARC-EP pero el hecho de que no podamos, o mejor decir, no debamos meter la cuchara en asuntos internos de Colombia, a menos que nos afecte, puesto que en contrario sería entrometernos, a cambio demandamos también que Colombia respete nuestra soberanía e independencia, así de sencillo.
Cacarear y no poner huevos: “…me faltó tiempo para hacer una operación militar en Venezuela…” Uribe Vélez.
Colombia osó secuestrar acá en Venezuela a Rodrigo Granda el llamado Canciller de la FARC-EP y llevárselo, una incalificable intromisión en nuestros asunto internos, sin embargo, nuestro gobierno apeló al diálogo y le echó tierra al asunto en aras de precisamente forjar los diálogos de paz que ahora están en desarrollo; y Granda estaba acá con anuencia del propio gobierno colombiano precisamente como enlace para tales diálogos de paz, son incontables los incidentes y provocaciones de Colombia contra nosotros pero de que son hábiles son hábiles, cuando todo sucede le echan la culpa a “La casa de Nariño”, la casa que habla, y es que en tales casos les faltan guáramos para dar la cara; en cambio, nosotros nunca decimos que habló Miraflores porque Miraflores no habla, acá quien habla es Nicolás Maduro y sanseacabó, antes hablaba Chávez, y si mañana o pasado me tocare a mí, que no descarto, simplemente habría que decir habló Guillermo Guzmán.
-(mentirilla, yo nunca seré presidente ni gobernador ni alcalde ni concejal y mucho menos diputado porque no tengo estómago, yo al lado de un diputado escuálido me la pasaría vomitando, lo de llegar a presidente fue simplemente una broma)-
Cero guabineo, cuentas claras conservan amistades, reitero, la verdad pierde mucho con el silencio.
Pasearse por la angustia del eximio poeta español Miguel Hernández debe poner los pelos de punta al más flemático hombre sensato, era la hambruna de 1936 y la guerra civil española había estallado de manera sangrienta, Francisco Franco propagaba el terror entre los humildes trabajadores, uno de ellos, el referido poeta se enroló en el bando republicano para entrompar contra el fascismo pero fue capturado por Franco y condenado a muerte, a su treinta años dejaba en solitario a su mujer y a su hijo recién nacido al que apenas podían alimentar con asadas cebollas, lo único que había afuera, y adentro, la inspiración del poeta.
Para comprender a profundidad la tesitura de “Las nanas de la cebolla” de Miguel Hernández, a mi modo de ver no bastaría siquiera leerlo completo y muy despacio sino que además habría que estar entrenado a profundidad en percepciones cognitivas, yo creo que sólo así podría ser apreciado en su verdadera dimensión humana, el citado verso.
Y, por otra parte, estar empapado de la historia de esa infernal guerra europea también aporta elementos de juicio para juzgar.
¡Cuántos campesinos poetas colombianos habrán pasado por igual o peor sufrimiento víctimas de la guerra civil colombiana!, dígase sin eufemismos, guerra colombiana, guerra fratricida, y sin embargo, los que pudieron escapar de las motosierras y de las fosas comunes tuvieron acogida aquí en Venezuela.
Pero la oligarquía colombiana, no conforme todavía, pretende perseguirlos inclusive acá, y eso, ¿cómo se llama?, ¿acaso no es sevicia?
¡La paz debería beneficiar a todos!