No, no, no, Diosdado te pasaste, se te salió el sonsonete de la
altivez mediática en tu programa televisivo en reverso y, el mazo de
tu fecundidez expresiva se te enredó en las ondas hertzianas del
momento en que la razón obnubilada de rabia política te puso de mal
humor y, le caíste a Julio Borges con una rapidez de caída y mesa
limpia y, lo dejaste como un cobardón a destajo, sin darle el
beneficio de la duda que, a lo mejor te hubiera quedado mejor sin
ofuscarte de soberbia machista como militar.
Julio Borges es uno de las pocas personas que le ha sacado buen
provecho al Congreso Nacional con su presencia de diputado de PJ y en
su haber, tiene haber introducido un cochino y un gallo en plena
asamblea que si a ver vamos, eso no lo hace todo el mundo en un
régimen democrático, donde más de uno ha dejado el pelero sin cantar
como gallo y con altivez leguleya han utilizado a las mujeres en su
auxilio, pero Julio no, él ha salido en hombros como buen torero de la
tauromaquia política de defender, lo que no se ve venir que él lo
presiente y, por eso creemos que Diosdado se tiró para lo hondo con el
salvavida de la confrontación mal puesto, pues Julio Borges si tiene
bolas como golpista clandestino que fue años atrás y, que ahora sea un
bola fría, le cabe mejor.
No sabemos ni imaginamos el por qué Diosdado le dio ese mazazo tan
fuerte a Julio Borges en su programa que sus razones tendrá, pero nos
parece más pedagógico que en vez de sin bolas lo hubiera llamado
boludo que corre mejor en el tiempo o, quizás cojonudo que ambos
términos son más pasajeros en altivez de vejación y menos engorrosos
en la dialéctica encerrona que usan los diputados que, como caraduras
que son se irrespetan cada vez que les viene en ganas y, a veces la
costumbre se hace hábito en la normativa de desleales.
Lo cierto de todo esto es que, Julio Borges a decir de Diosdado es un
sin bolas que no va de frente ni da la cara y como tal lo lanzó al
vacío de su presunción en que unos pasan y otros quedan y, la
"anorquidia" de Julio es total ni uno más grande y otro más pequeño,
eso lo despoja de su inmunidad parlamentaria por irse por un atajo
clandestino que Diosdado a tiempo años después saca a flote, porque lo
que fue verdad ayer sigue siendo verdad hoy, ya que la verdad no muere
y, por lo que se ve Julio Borges tiene que seguir cargando su cruz por
haber estado mal acompañado cuando pensó en meterse a golpista.
Asumir la posición de golpista no es nada fácil y, es lo que Diosdado
desea que Julio acepte, el problema es que ahora le sale a Julio
hablar y, a lo mejor enseña las bolas de su conciencia y con eso deja
mal parado a Diosdado por hablador y, si se engrincha es peor, porque
entonces tendrán que jugar con las bolas de la paciencia y, con lo mal
que anda Julio dentro de la oposición puede quedar desfigurado en su
rol de aceptar retos comprometedores en desmotrar que lo de golpista
fue un disfraz mal puesto que Diosdado no le perdona por haberle
pedido la renuncia a Chávez en un momento de incontinencia verbal.
¿Pero será verdad lo que dice Diosdado que Julio Borges no tiene
bolas? Y, si las tuvo se le achicaron.