¿Hasta cuándo la empresa privada sigue poniendo los precios y el Estado pendejo, los subsidios?

Subsidios que hasta ahora han sido manejados como si fueran subvenciones porque este Estado, de naturaleza burguesa, designa al empresariado productor de mercancías básicas como intermediario entre el Estado y el consumidor final. Saque usted sus conclusiones. [1] [2]

 

Hasta ahora, el Estado espera que los capitalistas de toda dimensión pongan los precios que más les convengan a ellos, según sus intereses económicos y políticos, y hasta ha legalizado un tasa de ganancia = 30% diaria, semanal, bimensual, como al empresario más le convenga, sobre costos-inclusive basados en paridades extrañas, para que, luego el Estado ponga los subsidios que, de paso, terminan embolsillándoselos los empresarios inescrupulosos tal como los hemos estado observando cargándonos con toda la paciencia del mundo, "tragando arena" como diría el Presidente Chávez.

Esa es una importante irregularidad tanto privada como del Estado porque los trabajadores de la empresa privada son los primeros en conocer a cuánto deben montar sus salarios y no aguantar los que sean inferiores a la cesta básica por temor a represalias patronales o porque estuvieren aliados a patronos enemigos del gobierno, quizás, en sus triste y deplorable condición de proletarios descerebrados, desviados o de derecha-No hay cosa más torcida que un proletario metido a burgués o a escuálido-e importante irregularidad para el Estado que ante los previos ajustes de la empresa privada el Estado actuaría en consecuencia luego con sus burócratas.

Es un hecho que la empresa privada sólo ajusta salarios bajo la presión de los más perjudicados con salarios de hambre, o sea, sus propios trabajadores; si eso no ocurre, hay que poner en entredicho la cacareada madurez de la masa trabajadora nacional. Bueno, la nota con humor negro y todo sería esta: el Estado le ha venido entregando toneladas de dólares al empresario para que este compre barato con dólares baratones, y barato venda a los consumidores para quienes haya sido concebido y concedido el subsidio con dólares preferenciales. Lo que en verdad ha hecho y en realidad hace todavía el Estado es subvencionar a estos empresarios que hoy, armado con más poder económico, cuales cuervos de picos afilados, pretende sacarle los ojos. El subsidio, único y ajustado por definición es el que recibe directamente el trabajador y el pueblo cuando a través de mercados oficiales así lo reciben, con las excepciones de todos los efectivos y potenciales corruptos burocráticos que suelen atravesarse entre el Estado pendejo y el no menos pendejo consumidor.

18/10/2015 12:38:11 p.m

[1] De las enseñanzas positivas que recibí en mi Escuela de Economía, recuerdo muy bien la clasificación de las "ayudas" del Estado a la empresa privada* que, siendo-increíblemente-la dueña nata del capital, razón por la cual esgrime que toda la producción que se cree en sus fábricas le pertenecen por entero y que las exigencias salariales más allá del salario de hambre que desearan reconocerles son regalos y concesiones que los patronos "buenos" les dan a sus trabajadores, y que las ayudas del Estado ella se las merece porque son el motor de la economía nacional, cosas o desaguisados de semejante entreguismo burgués por parte de un Estado erigido, controlado y servil de la empresa privada, algo, pues, muy coherente políticamente, si a ver vamos. Así, tenemos: Subvenciones = auxilios directos al empresario; subsidios = ayudas directas al consumidor: el comerciante le vende al consumidor a un precio inferior al del mercado, y el Estado le reconoce a ese vendedor-después-la diferencia en juego.

[2] Esta política, bueno es recordarla, se la debemos a aquel "excelso" planificador, Ing. de profesión, y no de Economía, si estoy bien informado, de lo contrario, agradecería la consiguiente aclaratoria en respeto a dicho ex Planificado, mismo que formó parte del gabinete del Presidente Chávez y en quien depositó toda su confianza y ahora malquista ante el pueblo a su hijo preferido sólo porque este decidió configurar, como le habría gustado a su elector político, su propio y personalísimo gabinete.

* Cuando una empresa recibe un crédito del Estado, lo recibe del pueblo en su conjunto, de allí que la fulana propiedad privada debería quedar en entredicho.



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Manuel C. Martínez


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