Parece mentira, pero es verdad sin desilusionar a nadie que viva al
día como nosotros que, hoy más que ayer, tendremos poder de compra en
el mercado capitalista con esos tres meses de utilidades que más que
un aguinaldo navideño, parece un avance de que el gobierno anda tras
los pasos de ponernos a valer con su vasija llena y, nuestros sueños
por fin se harán realidad como la válvula de escape que andábamos
buscando y, de la noche a la mañana los problemas que molestaban y
maltrataban al pueblo solidariamente le enderezan el rumbo perdido y,
todo gracias a nuestra revolución y a la visión del presidente Maduro
que, sigue velando por los pobres como debe ser.
Eran tantos los años esperando por ese incentivo de incremento
navideño que, realzara las esperanzas perdidas y, así como un
relámpago fulminante nos cayó la noticia, abriéndose paso que en vez
de dos meses de franquicia económica utilitaria serán tres -uno más
uno más uno- y, las lágrimas de la devoción por compartir brotaron de
emoción plateada, bañando de solidaridad el ajuste anunciado por el
presidente Maduro que, nos pone a valer en el mercado de las causas
justas.
Y, sin pérdida de tiempo hemos comenzado a recrear el pensamiento en
qué gastaremos a consideración lo que en dos partes entrará a partir
del 15 de noviembre como un adelanto rezagado que, nos pondrá a valer
en la vitrina de nuestros deseos que al fin nos hará felices sin malos
sueños de distracción de congoja inoportuna y, nos saca a la luz
pública con buen reflejo de oportunidades a futuro.
El que no canta bailará a su antojo y, sus buenas razones lo
acompañarán y, nosotros en particular compraremos a la brevedad el
carrito que hemos seleccionado de antemano que, por años lo hemos
manejado en nuestra imaginación dislocada sin retroceder un momento y,
lo fácil será que nuestros malestares pasarán al olvido de mal
pensantes que, tendremos que construir el garaje que lo acoja y lo
defienda de la intemperie que hace tiempo nos compungía a más no poder
y, como hombre de acción atenido a vivir en buena sociedad de
presencia física al detal en vez de un traje nos pondremos en dos que,
velarán la razón de coexistencia que como chavistas acosamos de ideas
a la oposición ultraderecha que, no nos quiere y nos tachan de brutos.
De tanto pensar como disfrutar al por mayor de mi tranquilidad
espiritual gastando, lo que nos cobijará de buena vida y de un confort
en esta nueva realidad cambiaré de parecer de pobre olvidado y, me
internaré en el mundo de los ilusos que imitan todo, para ganar tiempo
de seguir existiendo y, como tal viajaré por Conviasa (como empresa
vial responsable (?)) a conocer otros mundos que no estén a la altura
de nosotros, y con mis dólares de Cadivi y, con mis sueños dislocados
me tragaré el silencio de ser otro en vida.
Dicen que el soñar no tiene precio y el disfrute sí y, el que no sueña
no existe ni tiene rumbo definido y se aleja de complacerse asimismo.
Pero también es cierto que los deseos no empreñan, pero nunca es
tarde...