Justicia al acecho

 

 

Por el suelo va la verdolaga

Por el suelo, yo no la sembré.

Manú chao.

 

 

Mientras el capricho imperial acecha sus próximos blancos nucleares sobre Irán, detractores neoyorquinos estudian demandar al jefe de los caprichos por 7000 millones de dólares, nada menos que por su auténtica participación en los siniestros del 11 de septiembre. No le quita el sueño al jefe la peligrosa celada, su seguridad está garantizada: La salvación de la patria, es primero. De allí que obra con tal naturalidad, todas son medidas necesarias. Al contrario, un poco de ejercicio de libre pensamiento proporcionaría cierto brillo a la aureola de libertad que disponen sus satelizados conciudadanos. No es buena estrategia política apoyar la denuncia, sería amenazante contra el bienestar de la nación ¿a cuántos tiene amarrados el presidente? Creo que estamos frente al más grande extorsionador de todos los tiempos.

 

La pasmosa denuncia, sin embargo, continúa con la "polilla labor", como un rompehielos que no cede a las presiones, hasta que vuelque la hipnosis mediática, o correrá el riesgo de la contra demanda, aunque las denuncias hayan cortado el aire al orbe entero, los demandantes actúan con la VERDAD de su lado, son insurgentes lo saben, pero certeros de que su verdad liberará a la secuestrada justicia, casi nada, el verdadero poder de la Democracia. Lo de ahora es muñeco ventrílocuo. O qué otra lectura tiene entonces el efecto Posada Carriles ¿a cuántos tiene amarrados este (otro sin par) delincuente? Si notamos ningún medio, político, opositor, o personaje de la vida nacional, acompaña a los denunciantes: Todo el mundo ¿sabe? la historia.

 

No es el único frente que encara el jefe: La emergencia de su moneda por flotar, lo ha "emplazado" acorralar y extirpar de nacionalidad estadounidense a millones de inmigrantes cerrándoles las esclusas a su flujo de esperanza, que hoy los revela dentro del estómago de la quimera, la que para muchos fue dulce imagen disneylandina. Los afectados recién despiertan dentro del estómago, en años han hecho coraza de la discriminación soportada, pero estas medidas los va a rebajar de la categoría de ciudadanos de segunda, voto sucio, bulto p'al frente, a la clase de polizones, esfuerzos de años transformados en contactos de indocumentados. Es tal la seguridad que siente el jefe que los efectos de la medida están estudiados…

 

¿Estudiados? ¿Y qué de los colaboradores que han empezado abandonar el barco? ¿Qué de algunos magnates que han movilizado su fortuna a euros? ¿Traidores? Los inmigrantes apenas descubren el poder de LA UNIDAD, el de la convocatoria. La medida está teniendo un resultado no esperado, es como si los troyanos hubiesen creado el caballo que los destruyó.    

 

Los torpes ajustes por supuesto obligan al planeta popular apurar el paso. La insurgente justicia va por Naciones Unidas, a quien el pueblo ha sorprendido jugando cartas, mientras el sida desaparece países enteros en el África. Definitivamente el Organismo de Naciones Unidas, o pertenece a sus dueños o deja de existir. Lo de ahora es un adefesio: el club de los 7. UNIDAD, única respuesta posible. Simple instinto de supervivencia.

 

Existe en nuestra América una plantita que se extiende por los más disímiles terrenos y soporta la limitación más verduga; de primera mano en la ensalada de la mesa del pobre de muchas regiones campesinas, la observamos insolente en los rincones de calles y avenidas, nutriéndose de smog y aguas infestadas: es la verdolaga silenciosa y amada de los seres más cercanos de la tierra, que le ha dado por cundir la esperanza para tomar fuerzas para lo que viene. "Estamos venciendo" parece estar diciendo. Yo no la sembré.



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Arnulfo Poyer Márquez


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