El golpe de estado con la participación del narcotráfico, es una nueva modalidad que la Central de Inteligencia Americana, viene perfeccionando, y que tiene unas características especiales, y se utiliza en circunstancias muy específicas. Es un golpe rápido que no necesita de movimientos o actores sociales para consumarse, es un golpe del generalato que requiere poca participación de unidades militares, puede ser legalizado a través del congreso.
El antecedente más cercano es el caso Hondureño, donde las trasnacionales de la medicina que mantienen vinculaciones de negocios con los grandes capos de la droga se pusieron de acuerdo para secuestrar y deponer a Manuel Zelaya, reforzando el experimento de la CIA para salir de aquellos gobiernos donde por diversos motivos las tácticas acostumbradas no pueden surtir el efecto deseado.
Tradicionalmente se venía recurriendo al narcotráfico solo para que financiara las actividades conspirativas, para derrocar a un gobierno progresista, con el argumento de que el comunismo es enemigo natural de la empresa privada. Sin embargo la iniciativa Hondureña puso sobre la mesa esta nueva modalidad de golpe rápido y preciso, que inmediatamente fue asumido por esa escuela de guerra sucia que maneja la Central de Inteligencia Americana.
En América Latina y en Venezuela desde hace tiempo el narcotráfico ha venido participando en el financiamiento de las costosas campañas de algunos candidatos, como el célebre expediente 8000 que expuso al presidente colombiano Ernesto Samper, por haber recibido apoyo monetario del narcotráfico, o las claras vinculaciones de Álvaro Uribe Vélez, acusado por la amante de Pablo Escobar, Virginia Vallejo, de ser uno de los contactos del narcotráfico cuando estaba de controlador aéreo en un aeropuerto.
Colombia es tal vez el país más parecido a Venezuela sociopolíticamente hablando, y sin duda el más cercano no solo por su gran frontera, sino también por la idea original de una sola nación que ideo Francisco de Miranda, y el Genio de Bolívar intento llevar a la concreción. Es lógico suponer que los acontecimientos políticos de importancia que ocurran en alguna de estas naciones tengan un impacto fenomenológico en la otra. De allí tal vez viene la exportación del paramilitarismo, y la participación del hampa en la política diaria de Venezuela, como está ocurriendo ahora con los pranes que controlan desde las cárceles las obras de construcción, o los hampones comunes que someten a los consejos comunales para apoderarse de las obras.
La Venezuela Bolivariana tiene actualmente algunas características que la hacen una nación ideal para intentar perpetrar un golpe al estilo del narcotráfico. En primer lugar no existe una fuerza organizada capaz de crear los grandes levantamientos de masas que puedan tumbar al gobierno, en segundo lugar no hay una organizacion militar de peso que pueda plantearse la posibilidad del golpe típico.
Sin embargo la necesidad de salir del gobierno bolivariano, para evitar el impacto fenomenológico que pueda posesionar en los próximos cuatro años a una guerrilla que abandona las armas, y se convierte en un partido electoral, es apremiante para la clase política de los Estados Unidos, desde esa óptica debe investigarse las actividades encubiertas de la DEA, con el objetivo de montar operaciones de captura de droga en Venezuela, como sucedió con el caso de Air France, y tratar de vincular a personalidades de la revolución para legitimar un nuevo intento de golpe, el plan original era tratar de sembrar al joven Nicolás maduro Guerra, hijo del presidente, para desmoralizar al líder de la revolución Bolivariana, y chantajearlo.
800 kilogramos de droga no lo mueven dos pendejos con pasaporte diplomático, eso no es la cebollita que se vende en los barrios, eso requiere una logística y un conocimiento de la ruta que solo lo aporta un cartel tan poderoso como la DEA. Quienes infrinjan las leyes en cualquier país del mundo deben estar presos independientemente de su filiación, la responsabilidad es un hecho individual, pero lo que no se puede aceptar es que la DEA que es un cartel de la droga legalizado, corrompa, propicie, y legalice actividades de narcotráfico con el trasfondo político de acabar con un gobierno progresista como el que existe en Venezuela.