Finalmente la selección venezolana de fútbol, mejor conocida como "La Vinotinto", terminó por volverse a convertir en aquella "cenicienta" del siglo XX.
Atrás quedaron los momentos de gloria de haber vencido a todos los países de la región del sur, (incluyendo a Brasil en un juego amistoso en Estados Unidos). Hoy, esos mismos países ven en nuestra selección no sólo los tres puntos seguros, sino la posibilidad de marcar el mayor número de goles posibles, en otras palabras, lo que se logró con mucho esfuerzo desde las eliminatorias de 2002 con Richard Páez, y luego con César Farias, sólo bastó que la politiquería, a pesar de la advertencia que hicimos que ese "técnico" no estaba preparado para dirigir la selección nacional, terminó prelando el "amiguismo" sobre algo tan esencial para el país: el deporte.
Luego de finalizada la reciente Copa América en Chile, y más aún, los desastrosos resultados en partidos amistosos antes del inicio de estas eliminatorias, en el estadio de "Cachamay" en Puerto Ordaz, en los juegos contra Honduras y Panamá, eran luz roja para que "Chita" San Vicente renunciara a su rol como técnico, pero al estilo de un ex - presidente de la cuarta república, se impuso aquella máxima; "Ni renuncio ni me renuncian". Pues, ahora los resultados están a la vista. Venezuela prácticamente, por no decirlo en términos de realidad absoluta, esta eliminada de su aspiración por llegar a Rusia 2018.
Del mismo modo, no se comprenden las razones del porqué ese técnico impuso a Puerto Ordaz para los primeros juegos, negando a San Cristóbal en el llamado "Templo Sagrado de Fútbol Venezolano", debido a la fidelidad de su afición, comenzar en ese escenario los partidos de las eliminatorias. ¿Será cierto que fue un castigo porque esa ciudad fue "protagonista" de las llamadas "guarimbas en 2014? Me niego a creerlo, pero si fue así, supongo que los responsables deben estar riendo por la tristeza que han generado sobre todo un país.
"Chita" San Vicente, mantuvo un orgullo, mantuvo su vanidad sobre la críticas que aficionados y especialistas generamos en relación con la forma de dirigir la selección. De hecho, nuestra gloria y capitán histórico de la selección, Juan Arango, con la modestia y sabiduría que le caracterizan, leyó a tiempo el hundimiento de "La Vinotinto". De allí su retiro. ¿Regresaría luego del evidente retiro de "Chita" San Vicente? ¡Esperemos que si!
No es casualidad lo que ha ocurrido con Venezuela y su pésima dirección en el fútbol en estos tiempos. El cambio de época que vivía el país con "La Vinotinto" se ha transformado en una época de tristezas. ¿Será el desastre de "Chita" San Vicente, un espejo de lo que está viviendo el país en otros espacios de la sociedad y que es negado de manera sistemática por otros(as)? A veces, renunciar a tiempo, es la mejor respuesta para que ese cambio de época no permita retornar a los tiempos de ser "cenicienta". A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.