En las conversaciones usuales, así como en las declaraciones públicas, sin importar la ideología de la gente, se critica abiertamente y se condena la posibilidad de censura previa sobre las informaciones que se publican en los medios, y mucho menos a que se interfiera en su publicación con acciones como la retención de la información, el retardo en ponerla en circulación y, mucho menos, su alteración o distorsión como forma de manipular la opinión pública. Nadie, en su sano juicio, hablaría a favor de este tipo de acciones o propondría su puesta en práctica para proteger a la sociedad. Estamos habando de la Venezuela de hoy, pues en países como Estados Unidos, es un hecho usual y aceptado la interferencia del gobierno en la publicación de multitud de noticias y de opiniones, tarea que efectúa eficientemente a través de diversas vías.
Los más vehementes defensores de esa libertad de opinión e información son actualmente los opositores más viscerales del gobierno del presidente Chávez, pues utilizan el infundio de la inexistencia de esas libertades, como arma política, sin que en realmente les importe o respeten esas libertades. Un ejemplo de lo que digo me ocurrió hace poco en un foro de discusión de Internet, concretamente el foro “Noticias Universitarias”, al cual fui invitado a participar a principios de este año y cuyo dominio esta en manos del posiblemente profesor, Secundino Camacaro.
Luego de 30 días muy activos de estar en el foro, mis correos fueron sometidos a censura previa primero, retardados después, no enviados más adelante y, por último, alterados y distorsionados de tal manera, que mis opiniones y argumentos fueron ridiculizados o transformados en las opiniones de mis adversarios en la discusión. Y no se trataba de mejoras en la redacción o la eliminación de palabras inconvenientes, sino de una perversa manipulación para engañar a todos los miembros del foro. Tampoco me informaron que se estaba procediendo de esa manera. Esta actitud contrastaba con la absoluta libertad de otros miembros del foro, a la sazón opositores del Gobierno, cuyos escritos vulgares, agresiones y ofensas sí eran impunemente permitidos. Y ésta es la actitud de personas que protestan, se enfurecen y denuncian al Gobierno como violador de las libertades de expresión e información.
Es claro que quienes controlan o poseen un medio de comunicación difícilmente resisten la oportunidad de disponer a su antojo de las informaciones y opiniones, cuya difusión de ellos depende. Todos sabemos que las grandes agencias informativas responden también a los intereses de las transnacionales y del Pentágono, por lo que desinforman al público mundial. Pero también son las primeras en inventar y denunciar limitaciones a la información. Los microcachorros de Noticias Universitarias son fieles serviles e imitadores de esta cochina política.
El Guayanés, cuerpo A, pp 6, 9-5-2006, Ciudad Guayana; Sol de Margarita , pp 10, 9-5-2006, Porlamar; El Sol , pp 8, 10-5-2006, Maturín.