En Mérida: la penetración de la derecha es sin vaselina

En todos los entes, públicos y privados, se siente intensamente el trabajo destructivo de los infiltrados que han penetrado hasta en sus entrañas, a todas las estructuras del Estado y de las empresas privadas, demostrando que pueden hacer llorar al pueblo hasta llevarlo a la postración y depravarlo convirtiéndolos en bachaqueros inmorales.

De aquel pueblo noble, caballeroso, piadoso, paciente, comedido, tranquilo, parsimonioso y decente que eran las características que definían al merideñ@ promedio queda muy poco. Los efectos de la guerra económica han sido fatales en la mente, relación y comportamiento entre vecinos y ciudadanos.

Desde la madrugada hasta noche ejércitos de personas, sobre todo mujeres, deambulan por las calles merideñas como verdaderos ejércitos de bachacos, cargando con todo tipo de mercancías, sean la que sean y para lo que sean. Nadie sabe lo que va a comprar, ni para que lo va comprar. Los comerciantes chinos, colombianos y árabes los han convertidos en zombis deambulantes con celulares en los oídos que obedecen órdenes y los guían a los "templos" de consumo.

En los entes del Estado, la casi totalidad de sus funcionarios están montados en una de compra, haciendo colas o llamando por los celulares para ubicar a familiares y amigos en los lugares precisos donde llegará el próximo camión con mercancías. El público es atendido de mala ganas, cuando lo atienden, y generalmente lo despachan con las manos vacías o los torean de un lado para otro. Si usted quiere hacer reír a carcajadas a un empleado público de esta ciudad, pregúntele si está ejecutando el Plan de la Patria. Y si quiere que lo echen a patadas, identifíquese como chavista.

La banca estatal (Banco Bicentenario y Venezuela) compiten en quien tiene más gente haciendo colas y cual tiene más cajeros cerrados e inactivos. Es impresionante el trato impersonal y despótico conque los funcionarios de esos bancos tratan a sus clientes. Parece que a los gerentes los escogen por ineptitud y por insensibilidad. Se les vé en sus rostros el placer que sienten de ver tantas gentes en colas y tantas cajas cerradas. Nos los imaginamos en sus horas de ocio, charlando y haciendo chistes sobre el número de personas que no atendieron y que tendrán que volver al día siguiente. (En la ULA, los profesores se ufanan de la cantidad de alumnos que rasparon en el último examen que realizaron a sus alumnos)

Los que si se llevan todas las palmas y merecen le den todos los "oscares", por su ineficiencia, maldad y caradurismo son los gerentes del sector alimenticio estatal, o sea los que dirigen la Misión Alimentación. Necesitaríamos por lo menos 10 páginas más, para describir la forma como estos "seres" logran que la población, que van a los establecimientos a comprar alimentos, acepten ser sometidos a las más aberrantes condiciones a las que un ser humano pueda soportar y además se los agradezcan. Que los bachaqueros "se la calen", es entendible, pues están delinquiendo y merecen más que eso, pero que los Adultos Mayores y las personas que van a esos lugares por necesidad de hacer sus compras alimenticias lo soporten, para mí no tiene ninguna explicación.

10 horas de colas para comprar un pollo, cuando los hay….05 horas para adquirir un medio kg. de jabón en polvo, 08 horas a pleno sol para adquirir un Kg. de leche en polvo en los abastos del Estado y además ser tratado como delincuentes en los negocios privados, son cosas que han hecho cambiar la forma de ser del merideño que añoramos cuando aquí llegamos hace 30 años. Me niego a aceptar que esto siempre va a continuar siendo así. Yo apuesto que al terminar esta guerra, en la cual perdemos todos, las cosas mejoraran y tendremos de regreso al rostro afable del merideñ@, que nos hizo ubicarnos aquí para pasar los últimos días de nuestra vida.

Juanveroes64@hotmail.com



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Juan Veroes


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