Permítasenos algunas líneas en días previos a las elecciones del día 06 de diciembre del año en curso (2015) sobre la base, fundamental, referida a la presencia o no de la existencia de la virtud humana y obligante del "patriotismo" sobre el cual toda sociedad de una sociedad referida sustenta su historia, su cultura, su nacionalidad y, definitivamente, la defensa de lo real-significativo de los conceptos antepuestos. Es el patriotismo la referencia fundamental de la expresión real de pertenencia de una sociedad y es sobre ese argumento, en estas cortas frases, que buscamos proponer, únicamente, la reflexión personal sí usted, en la soledad de la reflexión personal, se considera un patriota y simplemente un ciudadano(a) que habita en un espacio geográfico histórico que se denomina Venezuela. Debemos precisar que nos excluimos a persona alguna por razones ideológicas.
Simón Bolívar lo expresó vehementemente cuando señalara aquella terrible y contundente frase con profundo contenido señalando que "…es que 200 años no bastan…". Podríamos sustentar nuestra argumentación sobre el concepto venezolano del patriotismo en esa frase histórica que nos obliga a traerla al consciente reflexivo de toda la actual sociedad venezolana con los intentos de motivar a la reflexión sobre el compromiso individual de cada ser social venezolano habitante de los espacios históricos venezolanos sobre el compromiso significativo de esa venezolanidad que significa ese patriotismo en estos momentos cuando conocemos, diariamente, como factores internos sociales y factores externos interesados tratan de socavar los significados representativos de nuestra Historia Patria, de nuestra tradicional cultura cual representa un crisol de culturas propias y venidas de espacios más allá de nuestras costas y fronteras históricas, de nuestros quehaceres en idiosincrasia telúrica inigualables, en fin, del sentirnos venezolanos sin distingo de raza, religión, ideología e incluso de esas presentes diferencias históricas con pueblos venidos a nuestras realidades.
Dicen en el llano: "…quien le tira a la familia, se arruina…". Pareciera que esa realidad contenida en esa verdad inobjetable no ha calado en amplios sectores sociales venezolanos desde épocas pretéritas por lo cual cabe preguntarnos porqué ello no está presente en cada ser social perteneciente a la sociedad venezolana quienes parecieran que no asumen seria y responsablemente su venezolanidad, es decir, su patriotismo real objetivamente sino que "…se llenan la boca en justificación ideológica, monetarista, e inclusive racial-cultural…" en una falaz argumentación justificativa y alienante. Un verdadero peligro en las actuales circunstancias en las que se encuentra inmersa la Patria.
Debemos reconocerlo y aceptarlo, somos bien hipócritas o bien cínicos. Tratemos de recordar. Uno de los argumentos que se esgrimieron sobre Hugo Rafael Chávez Frías fue una furiosa crítica a su reiterado e insistente argumento de no solo de rescatar la figura significativa de don Simón Bolívar sino su persistencia en demostrar al verdadero Simón Bolívar, el hombre, el militar, el político, el ideólogo, el patriota y, a su vez, el internacionalista americano. Frente a esa insistencia de Chávez Frías saltaron las alarmas de los sesudos representantes ideológicos de las derechas nacionales y extranjeras en interpretaciones peligrosas sustentando sus argumentos en el concepto de la "Dependencia ideológica" o sí ustedes lo prefieren: "Alienación" hacia la más rancia ideología liberal del mantuanaje criollo, aquel que saldría corriendo en escape furioso hacia los espacios geográficos del Mar Caribe para refugiarse de los contratiempos lógicos de la "Guerra de la Independencia", concretamente, de la Venezuela histórica; es decir, cuando no pudieron imponer "la negociación con los borbones", sencillamente, "…tomaron las de Villadiego…".
Lo conocemos por los resultados históricos que se desarrollaran durante todo el siglo XIX hasta que la presencia de "El Cabito", en dignidad ejecutiva, "…le pusiera un parao…".
Es evidente que la Historia Patria desde la colonización nos ha marcado profundamente. Para la España alemana y borbónica, la histórica y actual Venezuela era de muy poca importancia, insignificante pero dos realidades estuvieron presentes ajenas a esa actitud de desprecio de la Corona Ibérico-castellano-leonesa: el llano venezolano y la consecuencia monetarista-impositiva de la interesada Compañía de Jesús en la Compañía Guipuzcoana; una iba de la mano con la otra.
Pero también ideológicamente se pudiera demostrar con exactitud como sería el abandono de la justificación del "descubrimiento y conquista" como fuera la evangelización llevando la contradicción contenida en esa argumentación a la Corona española al "descuidar" la atención religioso-sacramental de la "feligresía criolla" por espacio de cien (100) años. Ese descuido contenía, en si mismo, el descuido del comercio desde el llano venezolano hacia todo el circuito caribeño como bien lo expone en análisis el historiador Ramón Aizpurua Aguirre en texto publicado por el Banco del Caribe cual merece una nueva reimpresión para conocimiento de la "sociedad patriota" venezolana, realidad que llevaría a esa inclemente Corona borbónica a inventarse la Compañía Guipuzcoana para el control de los impuestos. Aquella neo-dependencia-colonial no sería protestada por el mantuanaje criollo.
Pero la puerta de nuevas realidades anti-patrióticas comenzarían a desarrollarse durante el gobierno de Juan Vicente Gómez teniendo un segundo respiro cuando se impusiera la "Doctrina Betancourt", interesante propuesta no solo ideológica sino intervencionista-militar que tendría su finiquito con los primeros pasos que decidiera el Presidente electo, Hugo Rafael Chávez Frías y su Canciller, José Vicente Rangel Vale cuando describieran con diáfana precisión los nuevos paradigmas de la Política Exterior como factor fundamental para el rescate no solo de la dignidad de la sociedad venezolana como un todo sino incluso de su patriotismo obligante en virtud humana.
Pero un importante sector de la sociedad venezolana se considera "extraño a ese patriotismo" como lo pudimos percibir durante todo el año 2002 cuando se sustentaba en argumento el rechazo a ser gobernado por un provincianismo ajeno y alejado de la más rancia representación de la sociedad criolla venezolana. Para muestra un simple botón como se pudiera exponer cuando el susodicho y denominado como "El Breve" se sentara, en la tranquilidad temporal del triunfo, con los dos representante de las dos dependencias históricas que habían controlado a la Patria, Venezuela. Ambos aún en el marco de sus propias contradicciones producto de sus intereses coloniales poco les importaba el significado del "patriotismo venezolano" sino lo significativo de la neo-dependencia a los nuevos paradigmas globales del sistema capitalista. Una verdadera vergüenza para los presentes en aquel aquelarre.
Pero vayamos un paso más hacia el frente cuando comparamos los argumentos esgrimidos por la denominada oposición venezolana al proceso lógico y perfectible del desarrollo de la Revolución Bolivariana y los argumentos en mesa puestos por los factores externos a nuestra revolución. Esa comparación nos lleva sin atajos a tener que aceptar la "no-diferencia argumental" entre ambos factores: el interno y externo que se oponen radicalmente a la Revolución Bolivariana en su concepción chavista. Una demostración precisa es la "no-propuesta-programática" de un Plan de Desarrollo Nacional de esas derechas; es decir, en última instancia, es la misma actitud de aquellos que argumentaron sobre la necesidad del diálogo y la espera frente a la propuesta de don Simón Bolívar, El Libertador, con aquella inobjetable frase de "…es que 200 años no bastan…".
Usted, respetable, tomará su decisión y ella, su decisión, lo comprometerá para los próximos no solo meses sino años.
UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.
