He aquí las consecuencias de nuestros actos y nuestras desviaciones.Por medio de la presente me permito, como joven de éste país, compartir una serie de reflexiones en torno a los sucesos acaecidos en los últimos días y que han puesto en vilo la continuidad del proceso bolivariano en el tiempo.
Vamos con todo!, ahora más que nunca debemos estar presentes en los espacios y ser eficientes en donde estemos. El momento demanda escuchar al pueblo, cosa que ya la juventud viene haciendo y por algo es reconocida como la garantía de éste proceso, hoy más que nunca, queda demostrado que debemos ir a la batalla de las ideas, de la discusión y el debate xq está en juego nuestro futuro. Es el momento de dejar los solapamientos y guardaderas. Eso si!!, con argumentos, con respeto y con altura. Debemos tener en cuenta que estamos ante una gran derrota, pero también ante una oportunidad inconfundible e irrenunciable para corregir nuestras fallas y de verdad sentar las bases de una verdadera patria socialista. La juventud debe ir a la calle, a formar a nuestro pueblo, pero no con consignas y frases aprendidas de los discursos y spots publicitarios que escuchamos y vemos por la tv., debemos ir a cada rincón con conocimiento pleno de nuestra constitución, de nuestras leyes y reglamentos; debemos llevar contenido cierto a nuestro pueblo, debemos hacer entender que el ser socialista no sólo es algo que se lleva en el verbo, ser socialista es un cambio de paradigma de vida, ¡Una forma de hacer las cosas!.
Es por eso muchacho, muchacha, estudiante, trabajador, investigador!!, que desde aquí, les pido el mayor compromiso y unión en la verdad. Y lo digo porque creo en ustedes, creo en los jóvenes de éste país porque somos nosotros y nuestra descendencia, los que sufriremos las consecuencias del retraimiento del proceso bolivariano. Digo esto, haciendome responsable de mis palabras, porque siento que hay algunos líderes nacionales que tienden a tener comportamientos que llaman mucho a la reflexión y que me hacen pensar en que si seguimos así, serán los Teodoro Petkoff de ésta generación. Es decir, se refugiaran en los mantos de la "centroizquierda", de esa izquierda que se sienta, maliciosamente a discutir con los sectores oligárquicos en función de mantener un pedacito de participación en la repartición de nuestro país, ¡Es decir muchachos!, no son izquierda un carajo!.
El escenario que les planteo en ese último párrafo, me hace recordar a un libro que leí hace poco en torno a reflexiones de otro joven, revolucionario como pocos y símbolo del sentir y el compromiso que asume la juventud para con la causa por la que es formada, Fabricio Ojeda, quien en dicho libro, en plena lucha armada en contra de los gobiernos de derecha y en medio de las desventajas ofrecidas por la clandestinidad, hacía duras criticas a lo que para entonces era el Buró Político del Partido Comunista de Venezuela y en donde mencionaba aspectos como la alienación de la dirigencia comunista de su militancia, la existencia de grupos dentro de las filas del mismo buró y la grave falta de comunicación entre el comando central de las fuerzas de comunistas y los combatientes que se encontraban luchando en las montañas venezolanas. Entendiendo las evidentes diferencias de contextos y de circunstancias entre ese momento y nuestros días, no deja de llamar poderosamente la atención la similitud entre los pedidos de Ojeda en aquel entonces y las demandas de la militancia revolucionaría de hoy en día. La historia a veces parece un circulo vicioso que nos llama a recorrerla y hurgarla para no cometer los mismos errores de antaño.
El momento nos llama incluso a reflexionar en torno a qué es ser un dirigente en revolución, ¿se trata meramente de ser un tareista dedicado única y exclusivamente a dictar lineamientos y pasos a seguir?, ¿ O un dirigente debe ser aquel que se convierte en la expresión palpable de un proceso, de un ideología; una persona en la cual confiar, creer, respetar y admirar por su gran compromiso,desprendimiento, ética, capacidad y carácter humanista?.
Por ahí esa reflexión y aunque debemos recordar que si bien, la autocrítica es necesaria, no debemos olvidar que nuestro enemigo principal es la derecha venezolana, esa que a su vez, es lacaya y mandadera de la oligarquía internacional; esa que ha logrado destruir y desestabilizar casi todo medio oriente y que, ahora ha conseguido, por medio del juego del engaño, la tergiversación y el ataque a la ignorancia que produce la sensacion de hambre en parte de nuestro pueblo, un resquicio para iniciar la desestabilización de nuestra patria. ¡Pero ante eso es necesario exorcizar nuestros demonios internos compañeros!, los revolucionarios hemos demostrado que cuando estamos unidos, somos una fuerza invencible; lo demostramos con el comandante Chávez y lo seguiremos demostrando con el presidente Maduro, pero es imperativo, tal cual lo manifestó nuestro presidente, volver a las catacumbas del accionar con nuestro pueblo, de la mano, siendo participe de sus logros, de sus derrotas, de su sufrimiento y su alegría.
Pero compañeros!!, ante éste escenario tan tenebroso para la izquierda venezolana y mundial, ha resurgido, así como el trillado mito del ave fénix, el espíritu del legado de nuestro comandante eterno representado en su heredero y presidente obrero, Nicolás Maduro, quien ante las circunstancias adversas, se ha elevado al cosmos y ha hecho palpables las virtudes que lo hicieron ser elegido por ese sabio que fue, Hugo Chávez, ¡Vaya que muestra de temple, compromiso, liderazgo y claridad política en el momento histórico nos ha dado nuestro presidente!, ¡ Vaya muestra de capacidad y tacto estratégico para escuchar al pueblo nos has dado Nicolás!, al identificar que aunque hay factores como la guerra económica, que influenciaron en las pasadas elecciones parlamentarias, también hay una clara muestra en los resultados de un descontento del pueblo, de la militancia de base, con la dirigencia partidista. Un distanciamineto que venía haciéndose cada vez más evidente y denunciado por ende, pero que en muchos de los casos, fue ahogada en el mar de adjetivos acusativos como "Guarimbero", "Antipatriota", "Saltatalanquera" y pare usted señor lector de contar. Nicolás lo llamó "Elitización" y creo que está en lo correcto, deja esto, expuesto claramente que gran parte de la dirigencia venezolana, carece de conocimiento cierto de un concepto llamado "Lucha de clases", deberiamos preguntarnos entonces, ¿será por desconocimiento o falta de formación?, esa respuesta hay que dejarla para que la responda cada quien según su criterio y percepción. Lo que si está claro, es que tenemos al frente un líder que comprende a cabalidad la responsabilidad que tiene ante la historia y actúa consecuentemente a ella. Me imagino que en éste preciso instante, muchos de ustedes, los que leen éste escrito estarán recordando el momento en el que se levantaron de su asiento, de su cama o en donde hubiesen estado, para aplaudir las palabras de Nicolás ( Lo expongo sin desparpajo al ser ésta misma, la reacción generada en mí).
Solo nos queda ser garantes, de que ese proceso franco de revisión, rectificación y renovación, se lleve a cabo de manera transparente y que llegue para quedarse, ¡¡Ya basta de cargar con males como el nepotismo, el sectarismo, la imposición y el amiguismo en las filas revolucionarias!!, demosle paso, así como lo demanda el pueblo, a la capacidad y al liderazgo real, aquel liderazgo que persuade y no manda como exclamaba mi general Perón, aquel liderazgo que pregona con el ejemplo y que entiende que la dirigencia en la revolución, debe estar supeditada a entregar la vida y el alma al desarrollo del colectivo y no a ser un empleo más como es que si el socialismo fuese una transnacional ideológica al servicio de los que hablen y engañen mejor a los pueblos.
¡Ya basta de los liderazgos de escritorio!, esos que por estar más cercanos a los centros del poder, le permiten a cierto grupo de privilegiados, llegar a los cargos de los poderes públicos,¡¡ la revolución se hace en la calle señores!!, no desde el salón de conferencias o el despacho de un ministerio. La génesis de la sociedad es el pueblo y que yo sepa ( el que desee corregirme está en todo su derecho), el pueblo como un todo, en su estado natural, no lo conseguiremos en la sala de recepción de la vicepresidencia o de algún otro ente público, se consigue caminando los barrios, los sectores, las comunidades, conversando con nuestra gente, siendo realmente "Como era Chávez"
Por último, quiero solicitar disculpas de antemano si ofendo a alguien con estas reflexiones, pero es que el ímpetu y empuje de ser parte de la "Generación Chávez", no me dejaba dormir, imaginen lo que es tener a Chávez, El Che, Fabricio, Robert, Perón, Ali y tantos otros, además de ser formado por un antiguo cuadro del MIR, como dirian por ahí, lo que se hereda, no se discute ni se desecha. Tengamosle cariño a la crítica, bien enfocada y asumida nos llevará a mejores puertos de comprensión interior y nos impulsará indudablemente a avanzar en torno a ser un mejor ser humano. Resalto esto, porque noto con asiduidad que a muchos dirigentes de nuestra revolución, les molesta la critica y de inmediato corren a desestimarla por televisión, ¡por favor!, tengamos consciencia y coloquemonos a la altura de las circunstancias caballeros.
Seguiremos adelante y pase lo que pase. Seguiremos teniendo patria muchachos!!, vamos pues!!, a la lucha real por nuestra sociedad de paz. Saludos y los quiero quejode!!!