Recientemente viajamos desde la frontera colombiana, donde vivo, hasta la costa de Vargas, sobre el Caribe, y de vuelta, en busetas, y taxis, unos 2000 kilómetros en total.
En ruta me quedé en Barinas, donde pasé un tiempo, y también pasamos tiempo en Socopó, una pequeña-grande ciudad que se encuentra entre las ciudades de Barinas, en el estado Barinas, y San Cristóbal, en el estado Táchira.
Todos los choferes de taxi (3) que utilizamos entre Socopó y la frontera donde vivo son colombianos … y … dos de ellos nos contaron algunas cosas muy interesantes sobre las realidades del contrabando hacia Colombia, y la infiltración --- o invasión --- de delincuentes y paramilitares colombianos hacia Venezuela. Los dos choferes se dedican, o se han dedicado a estas actividades, particularmente con respecto al contrabando y el transporte de colombianos involucrados en actividades ilegitimas y/o criminales entre Colombia y Venezuela, y viceversa.
Básicamente, estos choferes colombianos nos confirmaron abiertamente la realidad de que la mayoría de los colombianos piensan que:
"Los venezolanos son unos pendejos."
(Aquí me refiero a "pendejos" en el sentido venezolano de "inocentes que son fácilmente engañados, estafados, y robados.")
Ellos mismos, los dos choferes colombianos --- pero con un poco de vergüenza y arrepentimiento --- nos dijeron que así piensa la mayoría de los colombianos.
Bueno, pero antes de hablar sobre lo que nos contaron, me gustaría mencionar algo que ocurrió en camino.
LA CONAS
En algún momento, de noche, lejos de la frontera con Colombia, no sé donde, pero creo que fue entre Guanare y Valencia, pasamos por una alcabala (puesto de control) de la CONAS, el Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro, la cual estaba full equipada con muchos efectivos tipo militar, extraordinariamente bien armados, y muy bien entrenados --- parecían ser efectivos militares de las fuerzas especiales, muy inteligentes, muy serios, pero al mismo tiempo, muy humanos, dándole charlas a los que no entendían lo que estaba pasando en vez de gritarles o golpearles como se hacía durante la mayoría de los gobiernos anteriores a Chávez.
Entonces, allí en esa alcabala pidieron que se bajen todos los hombres, y nos pusieron cara al autobús, con las manos elevadas, pegadas del autobús, y las piernas abiertas. Pero, uno de los hombres pasajeros empezó a quejarse, y les dijo a los efectivos de la CONAS algo al estilo de, "Esto es un abuso, no tienen por qué humillarnos de esta manera."
A raíz de este pasajero, el jefe del operativo, un joven de alrededor de 24 años de edad, y extremadamente inteligente, empezó a darnos una charla, pero de manera muy respetuosa --- mientras que a mí me dio las ganas de darle un golpe por el coco al estúpido pasajero que se quejaba.
El tipo se quejaba sin saber qué era la CONAS.
Bueno, no pasó nada, nos revisaron, y después nos montamos en la buseta, donde esperamos que concluyera el resto de la larga charla que el jefe del operativo le dio los choferes.
En seguida nos fuimos.
Pero, en la buseta, el estúpido pasajero siguió con su quejadera.
Era el único que se quejaba, entonces empecé a explicarle lo que hace la CONAS, y el porqué de habernos revisado de esta manera, y le di algunos ejemplos de lo que ocurre en la frontera con Colombia, y de cómo se filtran los delincuentes colombianos que trabajan para el paramilitarismo colombiano aquí en Venezuela, y como tienen secuestrados a los cuerpos policiales venezolanos aquí en la frontera, y también le hablé sobre mi secuestro, dirigido por paramilitares colombianos en el estado Sucre, sobre el control del contrabando por los paramilitares colombianos, y como utilizan el secuestro y la extorsión (ejemplo: Águilas Negras) para robarnos y aterrorizarnos, etc., y el tipo respondió algo como:
"¿Entonces todo eso es verdad?"
Le respondí, "Absolutamente," y al decirlo, otro pasajero empezó a hablarle, confirmando lo que yo decía, y agregando otros ejemplos. Ese otro pasajero era un efectivo del ejercito que había pasado un tiempo trabajando aquí en la frontera.
El pasajero que se quejaba finalmente se dio cuenta que la basura que pasan en los medios de comunicación privados, acusando al gobierno de Maduro de la delincuencia, de el alza en secuestros, del contrabando, etc., es exactamente eso, pura basura.
Es cuando también yo me di cuenta que a la gente que no vive aquí en la frontera, probablemente se les hace muy difícil aceptar o entender lo que está ocurriendo, entonces, por esta razón escribo este artículo, para que la gente que no vive aquí, se entere de las tantas cosas que ocurren en la frontera, pero que afectan directamente a casi todo el territorio nacional a nivel de la economía y la criminalidad.
LOS CUENTOS DE LOS CHOFERES COLOMBIANOS
Aja, entonces, los dos choferes son colombianos, uno de ellos sigue siendo un chofer para los colombianos que viven en Venezuela que transportan billetes de 100 bolívares en grandes cantidades hacia Colombia para revenderlos en el sector de Cúcuta, Colombia, por hasta 140 bolívares por cada billete de 100 bolívares.
Si quisieran entender cómo funciona este miserable asunto, lean lo siguiente: http://www.aporrea.org/venezuelaexterior/a217423.html
El otro chofer colombiano ya no trabaja en nada que tenga que ver con el contrabando porque la última vez que transportaba contrabando hacia Colombia en un camión 350, fueron atacados por paramilitares colombianos --- colombianos atacando a colombianos --- y él perdió un pulmón a raíz de los tiros que recibió --- casi murió.
También nos contaron algunas cosas que me sorprendieron, bueno, no tanto ya que vivo en la frontera. Nos dijeron:
A- Que la mayoría de las personas que viven en Socopó, una ciudad que se encuentra a más de 4 horas de la frontera colombiana, trabajan con el contrabando hacia Colombia.
B- Que aunque no se encuentre en la frontera, Socopó está invadido por colombianos, y que muchos de esos colombianos son indocumentados y delincuentes (como aquí donde vivo en la frontera).
C- Que los delincuentes colombianos vienen a los pueblitos venezolanos, incluso a Socopó, durante las fiestas patronales, para robar carros y motos mientras que los pobladores inocentemente festejan --- es cuando nos confirmó que los venezolanos son considerados pendejos.
D- Que ellos mismos, desde muy joven, en colaboración con sus familias de ambos lados de la frontera, están metidos en el negocio de la especulación de cualquier producto que rinda dinero en la compra y reventa, o la compra, el acaparamiento, y la subsecuente reventa, y que es así es que muchos colombianos en la frontera, de ambos lados, ganan su vida, familias enteras.
E- Que es una cosa cultural, que el colombiano, aun aquí en Venezuela, vive con el temor de ser estafado por otro colombiano --- no tanto por un venezolano porque el venezolano es generalmente "un pendejo" --- ya que así se vive en Colombia.
Bueno, como pueden ver, esto confirma, otra vez, las tantas cosas que varios de los que colaboramos aquí en Aporrea y que vivimos en la frontera hemos estado diciendo desde que Chávez murió en el 2013, y que el gobierno de Maduro ha esencialmente ignorado.
La profundidad de la invasión colombiana en Venezuela es muy seria y preocupante.
Mientras tanto, mientras que Maduro y su gobierno hablan con pajaritos que nadie más ve, sigue vigente la expresión, "Los venezolanos son unos pendejos."