El desespero pequeñoburgués y marginal salió a pedir la renuncia del Presidente Maduro; es comprensible, su ideología los impele a personalizar todo. Así, la renuncia del Presidente resolverá los problemas, proponen sustituirlo por un poder popular que es una entelequia, que no existe pero se le otorga cualidades de demiurgo.
De esta manera se evita ir al fondo del problema que hoy padecemos: ¡la ideología errada! Esta fue la gran derrotada el 6 de diciembre, la socialdemocracia salió moribunda, agotada. Es allí que hay que rectificar y esa enmienda debe ser con el Presidente Maduro. Si no hay revisión del rumbo, entonces, hablaremos de enderezar los entuertos en los subterráneos de la clandestinidad.
¿Qué nos está pasando? Seguimos chapoteando en el mismo barro socialdemócrata, engañándonos, cometiendo los mismos errores que nos condujeron al 6. La dirección luce desconcertada, hablando tonterías, haciendo espectáculos más inútiles que en el pasado, triquiñuelas electorales de última hora. En pocas palabras, evitan ir a la profundidad del asunto.Hay que aceptar que la ideología falló y corregir, aún hay tiempo.
Primero es reconocer la derrota, no seguir actuando como si el fracaso fue de otro, no seguir hablando a nombre de un pueblo difuso donde cabe cualquier cosa. Reconocida la derrota, detectar las fallas; la primera, ya lo dijimos: la ideología. Pero también hablar de las fallas del gobierno, de su soberbia, su culto a la improvisación, la incoherencia, conformarse con ganar en la pantalla de VTV. Reconocer que las Comunas que actúan cada una por su lado, preocupadas sólo de su entorno, fracasaron políticamente, asimismo los consejos comunales, revisar todo.
Reúnan urgente, ya, a un Concilio para discutir la ideología, en otros textos hemos dado posibles nombre. Dejen el asambleísmo, politicen de verdad, verdad a las Comunas y Consejos Comunales, reconozcan, corrijan ese error, produzcan orientaciones, ¡dirijan!
El parlamento comunal debe ser el último paso, no el primero. Antes elíjanse los delegados de los organismos de base, elíjanse los organismos intermedios y después estos podrán designar al Parlamento, de esa manera será diferente a la Asamblea, se formará un tejido social invencible.
Transformemos al Partido en un verdadero instrumento que vaya más allá de una maquinaria electoral, que sea un ejemplo de relación socialista. Vigoricemos su vanguardia, que sea capaz de ser ejemplo para el resto del Partido y para la sociedad.
Si el gobierno no rectifica le quedan tres caminos.
Recordemos que el país entrará en una delicada situación económica y social, y esa situación difícil sólo puede hacerle frente con un alto grado de conciencia social, revolucionaria de las masas, que no se consigue sino rectificando, volviendo al espíritu de Chávez, ese es el primer camino.
El segundo, es pactar en lo político lo que ya hizo en lo económico, dejar que las cosas evolucionen, que lo político engrane con lo económico capitalista. Este camino es culebrero, tiene muchos obstáculos, tendrán que inventar enemigos, justificar la unión con la oposición externa. La capitulación exige la entrega de los convenios petroleros, el cese de la ayuda internacional, la disminución del gasto social, la salida de los dirigentes más conspicuos, esto lo declaran, lo piden los capitalistas.
El tercero, es persistir en el ya fracasado camino socialdemócrata, patalear, chapotear el barro, seguir viviendo en espejismos y así cosechar nuevas y terribles derrotas; o abrir camino a la rectificación póstuma, cuando ya no haya nada que hacer porque los sables tocaron la puerta.