Muchas cosas han sucedido, y están sucediendo en estos días. Mi preferencia ha sido la de observar, leer, pensar pero, sobre todo, retirarme del barullo político en el que estamos sumergidos.
El título de este artículo hace referencia a la frase ineludible del Diputado Diosdado Cabello en su programa semanal, Con El Mazo Dando. Pero es que mazazos en la cabeza ¡lo estamos recibiendo todos! Perdón, menos una parte importante y mayoritaria de la población. No creo que los venezolanos que votaron por la oposición se sientan golpeados ni mucho menos amargados. No. Ellos están ahora drenando años y años de frustraciones, fracasos, aspiraciones interrumpidas, quebradas. O sea, estarán haciendo una especie de catarsis cuando observan la manifestación del poder en manos de la oposición.
Quiero decir con esto que en este escenario de la actualidad política ¡los amargados somos los chavistas! A pesar de que algunos voceros, incluyendo a Diosdado y Mario Silva, aseguren y repitan frases como "ahora es que se pone buena la cosa" pero… será que ¿se lo creen realmente?
Muchas veces he escrito que es un error garrafal dirigirse a la dirigencia de la oposición generalizando como si todos los venezolanos que no comulgan con el chavismo fuesen pitiyankis, oligarcas, burgueses. En estos días leí un artículo donde se recuerda que Fidel Castro dijo una vez, hace tiempo, que en Venezuela no había 4 millones de oligarcas. Ahora ¿6-7 millones? Pero en el discurso, ese discurso que tanto critican ahora los dirigentes opositores en el escenario de la Asamblea Nacional, que incluso fue una petición al Presidente Maduro en la época de las reuniones del diálogo por la Paz (2014), que incluso le reclamaban al mismo Chávez, se dirigen a todos los venezolanos antichavistas como si fuesen, todos ellos, la oposición adeca-burguesa que acaba de instalarse en el poder legislativo. Ciertamente votaron por ellos y se sienten por ellos representados. Y gran parte está disfrutando y regodeándose de la palabra en alto, pública, con sus medios de comunicación, con sus invitados extranjeros, con sus desmanes e hipocresía.
Cuando el diputado Diosdado dice Señores Amargados, la población de 6 millones de venezolanos, antichavistas, se siente directamente aludida. Cuando otros voceros hablan de oligarcas y burgueses, refiriéndose a ese grupo de dirigentes políticos corruptos de la cuarta república, del pacto de punto fijo y hasta a los partidos más recientes con corte fascista, no tienen la prudencia de especificar que son ellos, ese grupo de dirigentes, y no toda la población opositora a la que están denigrando.
La sabiduría hindú alerta a no decir en voz alta frases que el viento lleva y puede recogerse en otros lados, volviéndose un boomerang. También existe un proverbio chino que asegura que el silencio es de oro y las palabras son de plata.
Así mismo, en la alocución de anoche del Presidente Maduro, en cadena nacional, informando el nuevo tren ministerial, hubo muchos minutos de conversa imprudente, inadecuada en un espacio para toda la nación. Conversa que ha debido tener el Presidente con sus nuevos Ministros en privado, tipo sugerencias, dinámica de trabajo, propuestas que reflejan la gran esperanza que Nicolás Maduro pone en ellos. Por cierto, ¿observaron sus caras de circunstancias? Todos de una seriedad preocupante, yo diría que hasta aterrorizados, mucho más allá de la solemnidad del acto. Hasta el mismo Ministro Menéndez fue invitado forzosamente a sonreír, él, justamente sucesor del cargo que llevó por muchos años el Profesor Jorge Giordani.
Ya algunos hablan de reciclaje. Hay quienes dicen, y me sumo, que el presidente debería haber cambiado algunas caras. Por ejemplo Arreaza, ¿otra vez en el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología? ¿Cómo lo hizo cuando estuvo en ese cargo? Para mi pasó por ahí sin pena ni gloria. Habría que analizar ese período y no creo que el Presidente lo haya hecho, más bien me luce un premio de consolación y un acto de bondad al evitarle una bochornosa interpelación en la Asamblea, ya avisada, debido, entre otros factores políticos, a su manera parca y pacata de hablar. Ahí va Aristóbulo, hombre curtido en los discursos, en las respuestas rápidas, en la confrontación. Ahí va a dar la cara.
Y tanto se ha hablado y acusado al gobierno bolivariano de nepotismo y ¿no se cambia a la Ministra de Turismo? ¿Cómo lo estará haciendo? A parte del acto de inauguración de la FITVEN 2015 en Cumaná, donde hablaba, hablaba y hablaba, no he sabido nada impactante sobre su gestión. Como no sea el hecho de la dificultad en conseguir pasajes nacionales, una verdadera tortura y la corrupción imperante en CONVIASA y en los aeropuertos. ¿Y el turismo para afuera? Prácticamente imposible y solo para privilegiados que no dependan de CADIVI para viajar.
Y ¿qué pasó con el ex ministro Yván Gil que ni siquiera se nombró? Ni se le agradecieron sus años de trabajo, independientemente de sus éxitos en la cartera de Tierras y Agricultura. Eso definitivamente estuvo poco elegante y desconsiderado. Como pasó con Reinaldo Iturriza a quién se le agradeció mandándole a escribir buenos libros. O sea….
A pesar de las dudas, deseamos que este tren ministerial funcione. Todos los chavistas y no chavistas de buena voluntad. Y que los cambios de directivos se hagan a la velocidad del rayo pues todo se detiene mientras no salen en gaceta. El anterior Ministerio de Ecosocialismo y Agua estuvo más de seis meses sin funcionar, lo escribo con responsabilidad y por experiencia propia.
Y termino adelantando una gran preocupación: en las actuales circunstancias el gobierno está poniendo todas sus esperanzas en el Poder Popular, pero… la revolución cultural no se ha desarrollado y la ética en la revolución dentro de esos niveles dista mucho de ser la esperada. En ese pueblo están los raspacupos, los contrabandistas de las fronteras, los bachaqueros, los que esperan mirando al cielo para que les caiga, los que celebran la victoria de la oposición en las casas de la gran misión Vivienda Venezuela, los taxistas que usan sus taxis regalados para otros propósitos. En fin, dentro de ese pueblo es muy factible que ocurra el fenómeno Barrabás. ¿Va el gobierno y la revolución a confiar y poner sus esperanzas ciegamente y totalmente en el pueblo?