La oposición luce desenfrenada y virulenta por controlar el poder legislativo y ejecutivo. Tuvieron el atrevimiento de mofarse del Libertador de América, Simón Bolívar, todo, comprende un plan bien trazado por EEUU para imponer su política neoliberal y con Ramos Allup en la Asamblea Nacional, convertirlo en el sepulturero de la revolución.
De todas maneras, sus actos son nulos, porque, en la instalación no se cumplió con las normativas y el protocolo y, luego el juramento de los diputados difusos del Amazonas. Cuyo gobernador compró votos y presiono a los campesinos e indígenas para que votasen por la tarjeta de la Unidad Democrática, léase Acción Democrática y la joven COPEI, reflejada en Primero Justicia.
La derecha, aprovecha su cinismo para darle un viraje al gobierno bolivariano del presidente Nicolás Maduro Moros, ya infiltrado por fuerzas opositoras que buscan a través del camino pernicioso alejarlo de la presidencia mediante un referendo revocatorio o en su defecto una intervención extranjera.
La burguesía no cesa sus ataques, a pesar de contar con una representación simbólica en el ejecutivo nacional, el industrial Miguel Pérez Abad, quién ya Fedecámaras le insinúa convenios laborales.
Pero, la especulación e inflación continúa. Los precios de algunos alimentos, rubros agrícolas y lencería son espantosos. Las colas se triplicaron y los vendedores informales le exigen a los vecinos más dinero, por cada producto solicitado, ya un cuarto kilo de café que cuesta once (11) bolívares fuertes cuesta cuatrocientos ,(400) bolívares fuertes y un paquete de harina pan de veinte, (20) bolívares a doscientos cincuenta (250)bolívares fuertes.
La industria venezolana, viene prestándose para provocar desórdenes públicos, las industrias del jabón, poco se empeñan en aumentar la producción y las granjas avícolas desmanteladas, desde hace años lucen abandonadas para provocar motivaciones ajenas a la lucha popular por el bienestar del hogar y la familia.
Hay que explicarle a la gente sobre la lucha de clases y nuestros orígenes. En Venezuela, se ha librado una larga batalla por nuestra identidad y criterios de lucha social.
La derecha, busca despejar el camino para formular nuevos argumentos para la lucha social. Ya, este bien, de ese juego subliminal e ingenuo para nuestros hermanos y las industrias solo debe ser escuchado por los interesados.
Hay que enseñar identidad, dignidad y valores en las casas de los partidos políticos y formar nuevos liderazgos para llenar la Asamblea Nacional de un género idóneo para las luchas sociales.