Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
Los artículos de intelectuales de alto nivel van mucho más allá de lo escrito, podríamos parafrasear al clásico y decir que en esos textos "la verdad está en lo que se lee y más en lo que no se lee". Ese poder de sugerir, de incitar al pensamiento, a la imaginación, de mostrar sobre las palabras le da al intelectual la dimensión de extraordinario. Luis Britto es uno de estos intelectuales, y su relato publicado el domingo 17 de enero lo afirma.
El escrito nos muestra a los enemigos del Libertador, y es inevitable pensar, imaginar a Chávez. Todo lo que dice de Bolívar se puede trasladar al Comandante, lo padeció; es que, como afirma Britto, "no hay grandeza sin enemigos. El camino del héroe está sembrado de sabandijas". El texto va mostrando los tipos de enemigos, su forma de actuar.
La tentación de ir leyendo el texto de Britto y pensar en Chávez es muy grande. Veamos.
Britto escribe:
"Casi invencible cara a cara, sus adversarios buscaron herirlo a traición. Recordemos a Vinoni, que entrega Puerto Cabello; al infeliz negrito Pío que intenta matar al Libertador y sólo acuchilla a Amestoy, que reposaba en la hamaca de aquél; a los magnicidas del atentado del 25 de septiembre de 1828 en Bogotá. Tampoco pudieron con él. Tuvieron que asesinarlo en el alma, balaceando a su más dilecto amigo y posible sucesor: Antonio José de Sucre, mariscal de Ayacucho".
Pensamos nosotros: Igual con el Comandante, golpe, saboteo, elecciones, referéndum; no pudieron cara a cara y lo envenenaron. Doscientos años después, ya tenían formas más arteras de hacerlo.
Escribe Britto:
"No hay enemigos más dolorosos que los hermanos a quienes la circunstancia enfrenta. Miranda capitula teniendo bajo su mando veinte mil hombres; Bolívar y los patriotas lo detienen para juzgarlo, y en eso los realistas se apoderan de los patriotas y de Miranda. Mucho debió pesar a Simón José Antonio verse enfrentado a aquél hombre deslumbrante, y como él desventurado".
Pensamos nosotros: Los cercanos que abandonaron a Chávez son lista larga, no es ocasión para nombrarlos, todos los conocen, los imaginan. Él siempre supo perdonar.
Escribe Britto:
"Nada de esta grandeza compartieron quienes fingieron estar de su parte para venderlo más fácilmente. Francisco de Paula Santander, general que jamás ganó una batalla, negocia fatales empréstitos que arruinarán la Gran Colombia, niega al Libertador fondos para la Campaña del Sur, e intenta asesinarlo. El infame Pedro Carujo se une a esta conjura, y luego pretende acabar con la Gran Colombia en la conspiración de la Cosiata. Antonio Leocadio Guzmán viaja a la Nueva Granada para incitar a Bolívar a coronarse, y como éste rechaza el proyecto, deviene su acérrimo enemigo. Así como la gloria del héroe crece, disminuye la talla de sus adversarios. Esta enumeración podría seguir indefinidamente en orden decreciente, de no interrumpirla la repugnancia o la lástima".
Pensamos nosotros: Este tipo de enemigos Chávez los padece en abundancia, los conocemos, la franela roja cubre muchas infamias.
Escribe Britto:
"‘He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono’, escribe Simón José Antonio en su última proclama. Desaparecido físicamente el héroe, quienes lo odiaron detestan su obra. Bolívar los perdonó. Olvidémoslos".
Pensamos nosotros: Quienes lo odiaron detestan su obra, quienes lo aman defienden su legado
Escribe Britto:
"Es adversario de Bolívar quien rechaza la Independencia de América Latina y el Caribe, su integración, la liberación de esclavos e indígenas, la soberanía popular, la democracia, la atribución a la República de la riqueza del subsuelo, la confiscación de bienes de potencias extranjeras, la inmunidad frente a decisiones de tribunales foráneos, la educación abierta a todos, el ejército popular. Es tarea para emperadores o nulidades".
Pensamos nosotros: Hoy podríamos decir que es adversario del Comandante Chávez quien convierte al Socialismo en un mero acto retórico, se alía con la burguesía, la estimula, la hace gobierno; quien no investiga su asesinato, estimula el egoísmo, la conducta clientelar en la población; quien restituye en la práctica el pacto del punto fijo que habíamos superado el 4 de Febrero; quien permanece callado y justifica; quien distrae.
Puede ser que lo que comentamos se preste a discusión, ¡bienvenida! Es allí que reside el peligro del artículo de Luis Britto: incita a pensar, libera la imaginación, la loca de la casa, y eso no le agrada a los gobernantes, porque el que piensa descubre.