El comandante Hugo Chávez no aumentó la gasolina. Ha podido hacerlo sin ningún trauma por la alta popularidad que mantuvo su gobierno durante mucho tiempo. Quizás, si lo hubiera hecho para cubrir los costos de producción no iba tener muchos problemas.. Por su parte Maduro ha sido timorato y ha escurrido el bulto. El presidente, ha amagado como esos peloteros que intentan robarse la segunda base, pero por falta de seguridad nunca salen.
Pero más allá de todo lo que podamos decir aquí. Lo es cierto es que el ajuste del combustible es una medida que debieron tomarla hace mucho tiempo, y no esperar a que aparecieran las circunstancias que hoy a atraviesa el país, debido, entre otras cosas, a la guerra económica , y a la irresponsabilidad de los encargados de dirigir la economía.
Lo que si es cierto es que a la cuestión se le ha dado como mucha larga. Alguna decisión estará por salir del horno. Un indicio es que por alguna razón, no sabemos cuál, por estos días regresó con más fuerza en los medios de comunicación aquella cuña en la que aparece un grupo de señoras que intentan vender empanadas en la playa, pero que entran en contradicción cuando una de ellas dice que l va a venderlas muy por debajo del costo de producción. Es cuando sus amigas le responden un tanto molestas: “Noooo Carmen”.
Por cierto que esa cuña es bastante ambigua uno no sabe si lo que quiere justificar que el gobierno es benévolo y vende la gasolina solidariamente a los venezolanos. O por el contrario lo que quiere es generar conciencia acerca de la necesidad de ajustar los precios del combustible. Si alguien se detiene a analizar la pieza publicitaria, quizás nos da la razón al respecto.
Bueno. Pero vamos al grano: El objeto de este artículo es tratar de explicar que eso de lo barato de la gasolina es relativo. Pudiéramos admitir que la gasolina es regalada , pero eso sí, hasta que llega al tanque de los vehículos. De ahí en adelante es posible que se convierta en la más onerosa del mundo, si nos detenemos a pensar en la función última y principal del combustible que es hacer funcionar los vehículos.
Qué hacemos con que nos regalen la gasolina cuando comprar un carro en Venezuela, si es que se consigue , es, por lo menos, diez veces más caro, que no solo en Estados Unidos, sino en cualquier país de América Latina.
Pero además lo oneroso que significa mantener ese vehículo rodando echa por tierra esa supuesta ventaja del precio del combustible en nuestro país. Ese mismo gobierno que regala la gasolina, ha permitido que los vendedores de repuestos, importados o no, estafen al pueblo de manera grosera y descarda sin que ninguna institución salga en defensa de los afectados.
Es aberrante, y por lo demás injusto e ilegal, el precio que hay que pagar por cauchos, baterías, bujías, pastillas para freno, el aceites , filtros, muñones, y pare usted de contar, no digamos si corre usted con la maldición de que se le dañe un motor o una caja de velocidad.
Para terminar. Qué hacemos con gasolina barata, si no podemos rodar un carro debido al precio de los repuestos y la mano de obra. Eso como que no es un regalo, eso como que es relativo, mi querido Watson.