¿Polar gana la guerra? El gran problema de la producción de maíz

En esta semana se produjeron dos importantes declaraciones sobre el tema del maíz. Polar por intermedio de uno de sus ejecutivos señaló que aportan 1, 7 millones de harina precocida al mercado nacional cada día y que han venido aumentando la productividad en casi 5% interanual en los últimos tres años. Numéricamente significa que 57% de la harina precocida del consumo per cápita nacional lo abastece esa empresa. Traducido esto a política significa que Polar tiene capacidad de pujar, de conflictuar y de generar presiones sobre el mercado interno; y esa es la razón por la cual se ha insistido que pueden arriesgarse a un paro maicero insoportable por el gobierno del Presidente Maduro, sobre todo en momentos en que la oposición cabildea internacionalmente para desprestigiar al gobierno y buscar declaraciones que como las provenientes de la Comunidad Europea golpean duro, así digamos que no nos duele o que son declaraciones injerencistas.

Por otra parte, el Ministro Casto Soteldo ha declarado en varias oportunidades sobre la agricultura nacional. Pareciera recibir adecuado asesoramiento. Habla con propiedad, sin prisa, sin estridencias y con la experiencia de gobernador del estado Portuguesa, conocido como el "Granero de Venezuela". Sin embargo, opinó que el país no tiene condiciones para ser un productor autosuficiente de maíz, eso entendí. En ese caso no se asesoró bien. Es cierto que no todos el territorio es uniformemente apto para la siembra de maíz, pero se trata de diversos tipos de sistemas productivos que nos pueden ayudar a mantener el consumo aparente cerca de 40 Kg/ persona/año a expensas nuestras. Hay espacios que han reportado rendimientos altísimos (sobre 9.000 Kg/ha) pero no todo es así. En algunos espacios la producción no supera los 3000 Kg/ ha. Las diferencias ecológicas y ambientales marcan estas diferencias, pero también definen los sistemas de altos y bajos insumos, de producción con híbridos muy demandantes de buenos suelos y altas fertilizaciones y cuidos a otros con un gran potencial para variedades menos exigentes. Unos sistemas que logran extraer una Kcal por cada Kcal invertida en su producción y otros sistemas menos contaminantes que pueden producir 2 Kcal por cada unidad de energía que ingresa como insumo productivo.

Nuestro problema es en realidad avanzar soberanamente hacia la suficiencia de maíz que en vez de 1,7 millones de toneladas que producimos, sean 4 millones de toneladas. Esa brecha de 2,3 millones es la que nos hace vulnerables y puede ser parte de la jugada internacional de la guerra o paro maicero, siempre anunciado. Por allí viene el lobo, dicen. Ese lobo llamado Polar demanda para producir (lo que dijeron) más de la mitad de la producción nacional.

Imagino que las estrategias sobre cereales en este nuevo direccionamiento e la economía por el Presidente Maduro, nos llevará a repensar eso que ya se ha dicho y repetido desde la IV República: Venezuela no es un país maicero y que también dijo el Ministro Casto Soteldo. No es y ¿Cómo nos atrevemos a consumir sobre de 800 Kcal/día proveniente del maíz? ¡Si somos ciegos!

El maíz es la primera opción política-productiva de la agricultura venezolana, y tiene la capacidad de responder con cierta elasticidad al incremento de la superficie cultivada y al número de actores sociales que desean participar en su producción. Lo que se impone es revisar al menos seis situaciones que nos pueden llevar a un plan maicero que rompa record productivos sucesivamente hasta alcanzar la cifra de 4 millones de toneladas: 1/ Cuidar muy bien las relaciones con los proveedores de semilla híbrida, pero es preferible seguir insistiendo en varios híbridos nacionales que en los ensayos se comportan similar que los importados. 2/ Revisar exhaustivamente la relación demográfica con las capacidades productivas de los territorios. Veremos que hay zonas altamente consumidoras y otras altamente productoras, pero algunas todavía no satisfacen las expectativas productivas que han de tener en el futuro. 3/ Depender solamente de las lluvias es una aberración tecnológica de los tiempos que vivimos. Se requiere riego para la producción de semillas y para complementar la producción de secano. 4/ La ciencia y la tecnología nacional merece un reconocimiento. Nunca se ha de olvidar que una vez sembramos más del 80 % de la superficie nacional con materiales genéticos nacionales. Hay que revalorizar la ciencia y la tecnología nacional en la producción de maíz. Ese debe ser un diálogo de todos los días. 5/ Es un tema de cadenas, si producimos y las capacidades de almacenamiento y procesamiento andan mal, entonces fracasaremos. 6/ Comer maíz bien vale la pena, pero los agricultores merecen una paga justa por su esfuerzo y también hay que acortar la brecha de avance del precio agroindustrial sobre el precio del agricultor.

Declaremos el estado de alerta frente al paro maicero, trabajemos duro para llevar la producción hacia adelante, sin esos retrocesos inentendibles y que siempre los atribuimos al clima.

Hagamos lo que debemos hacer, la gran revolución maicera entre la revolución en la agricultura, a no ser que en una nueva derrota electoral alguien diga: Polar nos ganó la guerra.

 



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Miguel Mora Alviárez

Profesor Titular Jubilado de la UNESR, Asesor Agrícola, ex-asesor de la UBV. Durante más de 15 años estuvo encargado de la Cátedra de Geopolítica Alimentaria, en la UNESR.

 mmora170@yahoo.com

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