No era joda aquel 4 de febrero de 1992, ni era un vacilón las palabras de aquel comandante desconocido por la mayoría de los venezolanos; era una nueva etapa que vivía Venezuela en la década de los 90.
Ahora en el decenio presente, el país vive otra etapa, pero sin la presencia física de ese comandante, que el mundo entero conoció después por su nombre: Hugo Chávez; el 4F, como fue signado por la historia, representa para la política nacional un verdadero cambio, tanto en lo ideológico, como en lo pragmático, lo social, económico, cultural, humano y venezolano. Ese cambio no es nada parecido al "cambio" que propusieron los candidatos de la Mesa de la Ultra Derecha, MUD, para ganar la confianza de los electores el pasado 6 de diciembre, no señor, el cambio que ofreció el Gigante Chávez fue amor por la patria, respeto para los excluidos, invertir la renta petrolera en Venezuela y declararnos libre e independientes; pero el grueso de los compatriotas no entendieron esas palabras y el ofrecimiento del Arañero. Veamos, ¿los que respaldaron el cambio que ofreció la MUD, asumen que si no pueden cancelar la casa que les dio el chavismo -a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela- tendrán que regresarla?, entienden igualmente que los dólares para viajar, comprar por internet y el efectivo que se les daba el chavismo para gastos, se les entregará siempre y cuando tengan perfil bancario; entienden que el cambio por el que ellos votaron significa que las colas no iban a desaparecer hasta tanto Nicolás Maduro entregue la presidencia. Entienden. Los que no votaron, los que se abstuvieron y que de una u otra forma han recibido beneficios del chavismo, no porque sean venezolanos, tal como quieren hacer ver, sino porque esa es la labor de un Gobierno Socialista, entienden que no castigaron a la revolución, tal vez la debilitaron, pero en verdad ¿reconocen que se castigaron a si mismos?
Ya lo hemos dicho en otros artículos de opinión, el chavismo tiene defectos, errores y para colmo de males hay quienes utilizando un puesto de elección popular o por amiguismo ostentan un cargo importante en la administración pública, se aprovecha para enriquecerse, sin embargo hay mecanismo para depurar y limpiar -sin ánimos a que estas palabras suenen a neonazismo- el hecho es que será peor el remedio que la enfermedad, no quiero volver al pasado, es decir a las cuotas balón, a no tener con que comprar alimentos y ver los anaqueles de los supermercados full de productos de la cesta básica, no quiero volver a: "disparen primero y averigüen después", como no quiero ver allanadas las universidades, especialmente la de Zulia, la UCV, Unellez, ULA, como tampoco quiero que sea la gran prensa la que tenga el privilegio de dar a conocer los hechos noticiosos, lo que ellos consideran que son noticias por tener el monopolio, como tampoco quiero volver ver "una noticia mal contada, ya que es como un atraco a mano armada".
Hagamos un ejercicio de reflexión y analicemos si el cambio ofertado por la derecha es parecido o igual a la propuesta política de la revolución, más cuando han dicho que en seis meses sacan a la camarada presidente Nicolás Maduro, en clara violación, para no decir cambiazo de lo que manifiesta el texto constitucional y claro que estoy de acuerdo con un cambio, pero cambio de actitud, es decir respaldo el método para hacer la agricultura urbana un modo de vida, respaldo el ahorro eléctrico en virtud de la sequía que atravesamos producto del recalentamiento global y el fenómeno del Niño, respaldo sembrar el petróleo de cara al agotamiento de la renta petrolera y respaldo sobre todo al chavismo, a la revolución, al socialismo y al bolivarianismo como mecanismos para enfrentar la alienación y enajenación antipatria.