Dicen que en la vida de todo gran hombre, debe existir la fiel compañía de una valerosa mascota. Un animalito que llene de alegría y color el alma revolucionaria, de todos esos héroes que lucharon por un Mundo de paz, justicia social y solidaridad.
Por eso, el ímpetu del indio Tinjacá y la espada sagrada del Libertador, siempre valoraron la presencia y la lealtad de un amigo en cuatro patas, para defender con orgullo el espíritu de la rebelión latinoamericana, y para batallar hasta la muerte por la independencia de nuestros pueblos.
Ese amigo en cuatro patas se llamaba "Nevado", el gran perro de raza Mucuchíes que es un símbolo de la gesta emancipadora venezolana, porque primero acompañó a Bolívar hasta la crucial Batalla de Carabobo en 1821, y porque después recordó con amor al Comandante Eterno hasta el 2016.
Lamentablemente, no todas las mascotas venezolanas tienen la suerte moral y cívica de Nevado, ya que sus amigos perrunos y felinos están llorando lágrimas de sangre, por culpa de la oligarquía yanqui que impera en el siglo XXI.
Hoy en día, los ciudadanos en dos patas que habitan la hermosa geografía de Venezuela, NO son los únicos seres vivos que sufren las terribles consecuencias, de la crisis alimentaria vista en todo el territorio nacional, que ha generado la escasez en rubros de la cesta básica, en productos de higiene personal, y en artículos de consumo masivo.
Por desgracia, los perros y gatos que viven en el anonimato de las violentas calles venezolanas, también han sufrido las consecuencias del golpismo mediático de la oposición. De allí, que la compra y venta de alimentos, medicinas y utensilios en beneficio de los animalitos, se convirtió en un hueso duro de roer para los ángeles que rescatan, apadrinan y curan las enfermedades de los indefensos peluditos.
La guerra económica impuesta por la cobarde ultraderecha venezolana, viene dificultando la adquisición de perrarina, croquetas, vitaminas, enlatados proteínicos, y demás productos mayormente importados, o elaborados en el país por empresas del sector privado. Los más perjudicados por el sabotaje son los animalitos rescatados de la calle, pues necesitan alimentos, antibióticos y desinflamatorios, para cumplir con los tratamientos de los veterinarios, y así recobrar por completo la salud en aras de una posible adopción.
Pero la falta generalizada de insumos en Venezuela, está complicando la noble tarea animalista, porque sin el suministro de Fenobarbital, Doxiciclina, Omeprazol, Rimadyl y Ácido Fólico, no es posible que las mascotas tengan una segunda oportunidad en la vida.
En paralelo, la desesperación de las familias venezolanas por el desabastecimiento y por el cáncer del sobreprecio, ha enfatizado el maltrato animal en contra de los perros y gatos, ya que sus dueños los botan a la calle como si fueran un mueble viejo, y así van incrementando la fatal sobrepoblación de animales en todas las calles, plazas y aceras del tricolor patrio.
Por eso, cada día miles de mascotas deambulan bajo el sombrío paisaje venezolano, debido a que no se masifican las campañas gratuitas de esterilización, desparasitación, y vacunación de la fauna criolla doméstica.
No obstante, muchos compatriotas se preguntan qué pasó con la famosa Misión Nevado. Esa noble iniciativa revolucionaria, que nos robó el corazón en el nostálgico año 2013. Todos los días la gente se cuestiona ¿Por qué miles de perros mestizos siguen sufriendo en las calles venezolanas? ¿Dónde están los más de 30.000 voluntarios que se comprometieron con la hermosa misión? ¿Por qué publican una miseria informativa en sus olvidadas redes sociales?
La verdad, es que la Misión Nevado se transformó en un exitoso fracaso a nivel nacional. Básicamente realiza las mismas esporádicas jornadas de atención veterinaria, que realiza cualquier organización no gubernamental venezolana. Pero la grandísima diferencia, es que las ONGs no disponen de los millones de bolívares fuertes asignados por el Ejecutivo venezolano, para que la Misión Nevado nunca se quede sin plata en los bolsillos, y así tenga la capacidad de ayudar tanto al perrito lleno de gusanos de La Candelaria, como al gatito con vómitos de Santa Elena de Uairén.
Sin embargo, la mayoría de los Colectivos Nevado trabajan un solo día al año, y mueven la cola solo cuando les da la gana. Hay muchísimos Colectivos Nevado registrados en Venezuela, así como hay muchísimos perros y gatos que siguen deambulando en las calles de Venezuela. Un gran número de Colectivos solo existen en el ciberespacio de Facebook, y vale aclarar, que presentan informaciones desactualizadas, evitan responder los mensajes de alerta de los usuarios preocupados, y obviamente están desligados de la lucha diaria a favor de los animalitos.
Además, en las esporádicas jornadas de atención veterinaria de la Misión Nevado, NO se atienden ni a los perros con gusanos de La Candelaria, ni a los gatos con vómitos de Santa Elena de Uairén, a pesar de que esos pobres animalitos de la calle, son los que realmente necesitan la asistencia gratuita y rápida de los veterinarios. Por el contrario, suelen acudir sifrinos encapuchados y gente de clase media, que fácilmente podrían llevar a sus mascotas a un centro veterinario privado.
El día que veamos a la junta directiva de la Misión Nevado, rescatar con sus propias manos a un perro sarnoso de la calle, quitarle sin guantes las pulgas y las garrapatas, bañarlo con medio balde de agua, afeitarlo con tijeras oxidadas, y perfumarlo en el cuchitril de Nuevo Circo, entonces diremos que las prodigiosas manos de la junta directiva de la Misión Nevado, tienen el espíritu animalista heredado del Libertador, de Tinjacá y del Comandante Eterno.
Pero como nadie rechaza el arca sagrada del dinero fácil, los perros y gatos siguen maullando y ladrando de hambre y de sed, porque las calles venezolanas huelen a corrupción, a estiércol y a egoísmo. Es así como nuestros angelitos mestizos se quedan sin un techo seguro, sin un plato de comida y sin amigos fraternos, en una Venezuela que no da señales positivas de cambio en un futuro cercano.
Intentando apalear la mala suerte de los animalitos en Venezuela, vamos a plantear una serie de soluciones prácticas, buscando cuidar la salud física y mental de nuestras mascotas.
En primer lugar, podemos preparar recetas caseras para los perros y gatos, en caso de no encontrar alimento expedido por los supermercados. Aunque incentivamos el veganismo como el mejor estilo de vida para los Seres Humanos, entendemos que las mascotas ya tienen establecidos hábitos alimenticios, que todos debemos respetar en procura de su salud. Una buena idea, sería mezclar trocitos sobrantes de carne y pollo del almuerzo o de la cena, con lentejas, arroz blanco, pan integral, zanahoria rallada o macarrones, y darle al animalito una cantidad de comida acorde a su dieta y a su peso.
No te olvides de mantenerlos siempre hidratados, colocando agua fresca en sus tazones durante todo el día. Mucha gente pasa días sin cambiarle el agua a sus mascotas, corriendo el riesgo de enfermarlos por las bacterias de insectos vivos y muertos, que se alimentan y se reproducen en esa agua contaminada. En adición, usted puede darle agua limpia al animalito que sufre en la calle. No dejes que beba el agua residual de la carretera o de las alcantarillas, es mejor ponerle agua en un envase previamente lavado.
Recuerda que toda la basura que publican en periódicos como El Nacional, Panorama, El Universal, Meridiano y Tal Cual, puede utilizarse para que los perros defequen y orinen correctamente, evitando que los animalitos ensucien el piso de las viviendas, y dándole un buen uso a las páginas de los medios privados venezolanos.
En segundo lugar, creemos que la adopción responsable es muchísimo mejor que la simple tenencia de animales. Comienza a ser frecuente la adopción prematura de perros y gatos en Venezuela, ya sea por una bella fotografía compartida en Facebook, porque la perra del jefe tuvo cachorritos para regalar, o por el capricho de fingir altruismo y compasión frente a los demás.
Pero la triste realidad observada, es que muchas mascotas que fueron rescatadas con sudor y dedicación por las ONGs, acaban nuevamente recorriendo las salvajes calles venezolanas, porque sus dueños no supieron familiarizar con el animal, porque no comprendieron el lazo de responsabilidad que exige la adopción, o porque simplemente se les acabó la efervescencia solidaria.
Al sentir vergüenza, ratón moral, o miedo por las implicaciones legales de la perversa decisión, los dueños del perro o gato evitan comunicarse con las ONGs para revelarles lo sucedido. Es así como se transforman en cómplices y victimarios de la extrema crueldad animal, que se respira a sol y sombra en todos los rincones del país.
Si bien la adopción es clave para el futuro de las mascotas abandonadas, usted también debe analizar si se halla en condiciones de albergar al animalito. Si no dispone del tiempo, de la paciencia o del espacio necesario, puede ayudarlo con donativos monetarios para las asociaciones protectoras de animales, que tienen refugios en zonas cercanas a su domicilio.
En tercer lugar, debemos insistir en NO comprar mascotas a través del comercio electrónico. En la actualidad, distintos sitios Web como Mercadolibre, OLX o Locanto, venden a precios exorbitantes la fiel compañía de perros, gatos, yeguas, tortugas, pájaros, monos, peces, caballos, conejos y demás especies de fauna, que se venden dependiendo al grosor de la billetera, que ofrecerá el mejor postor del sádico Business.
Es peyorativo apreciar la desvergüenza de los vendedores, que ofrecen a sus viriles perros en "servicios de monta", para obtener más sucio dinero de los criaderos, a costa de mantener al animal esclavizado al millonario juego del apareamiento. Lo mismo ocurre con las perras, que son obligadas a procrear camadas y más camadas de cachorritos en tiempo récord, para vender el negocio redondo de la explotación canina a los malditos bastardos.
Cuando vemos que un venezolano gasta miles de bolívares fuertes, para comprarle a su querida mascota un vestido fashion, unos lentes de sol, un collar que brilla en la oscuridad, y un cojín francés de doble acolchado, nos preguntamos cuántos perros y gatos de la calle estarían sanos y felices, si ese dinero se hubiera utilizado para comprarles jeringas, champú, termómetros, jabones, garrapaticidas y peines.
Sorprende apreciar como los compradores de Mercadolibre, se pelean las 24 horas del día por un Husky siberiano ojos azules, que vive jadeando en el infierno del calor venezolano. Lo insólito, es que le preguntan al vendedor si no es mucha molestia que envíe al perro encajonado por MRW, por Domesa, por Tealca, o por Grupo Zoom. De hecho, los compradores exigen el número de guía escaneado, para rastrear el divertido viaje del Husky por Internet.
No es casualidad que más de 10 millones de perros y gatos en Latinoamérica, sufren las cicatrices del maltrato animal por las reiteradas palizas, por el repentino abandono, por la mala alimentación, por el encadenamiento permanente, por envenenamiento y por la no misericordia de sus traicioneros dueños.
Nos preguntamos ¿Dónde está el mazo de la justicia ciega para las mascotas latinoamericanas? ¿Será que la nueva Asamblea Nacional venezolana, obligará a respetar los derechos de los animales? ¿Por qué los delincuentes siempre se salen con la suya?
Desde nuestro cibermedio Ekologia.com.ve, esperamos que usted abra los ojos de la conciencia, y se una al clamor popular del pueblo revolucionario. Exigimos más campañas de esterilización gratuita en Venezuela, para evitar la sobrepoblación canina y felina en las calles. Olvídese de la trillada política, adopte un animalito y sea feliz de por vida.