¡Renuncia!

I

Se está hablando de renuncia. Se est Renuncia se oye en la derecha. No hay renuncia, es el eco en el chavismo. Hasta allí se ha llegado. Es increíble. Nadie pudo pensar eso cuando aún Hugo Chávez vivía entre nosotros. Ahora es común oír esa palabra. Me recuerda la década de los 60 cuando la izquierda pedía la renuncia de Rómulo Betancourt. Se popularizó en las paredes esta doble letra: RR. (Renuncia Rómulo). De la salida a la renuncia no hay mucho paso. Sin embargo, eso se oye. Rumores, son rumores. Sólo rumores.

II

Nicolás Maduro lo tiene atornillado en la silla de Miraflores el legado, que echó en sus hombros el propio Hugo Chávez. Pero en cosas de la política uno nunca sabe. Lo cierto es que mucha gente apuesta por una renuncia antes que un estallido. Porque si es como dijo el presidente el día siete de diciembre que había ganado la guerra económica, en estos momentos no sólo sigue campante, sino que se ha intensificado, por lo que habría que aceptar que en unas próximas elecciones el chavismo obtendría la misma medicina del 6D. Es obvio y elemental, mi querido Watson.

III

Tremenda encrucijada para el señor presidente Nicolás Maduro. Pero lo es también para el proceso revolucionario que de darse cualquiera de estos escenarios, daría un paso atrás irrecuperable. Lo cierto es que sí la causa de la crisis y de la derrota electoral es la guerra económica, entonces luce clarito que el remedio está en acabar con la escasez, con las colas, con el hambre y con la desesperación de los venezolanos y venezolanas. Pero existe un nudo gordiano: no hay real para tantos problemas. Para cualquiera acción tendente a alcanzar la solución, exige no sólo la buena voluntad de todos los sectores, sino muchos dólares. Y ahora, en estos momentos, la alcancía se está vaciando. En pocas palabras: estamos entre la espada y la pared.

IV

¿Qué le conviene al país? Le conviene que se alcance por algún medio un entendimiento mínimo, a nivel político, para que el gobierno pueda respirar y poner en prácticas medidas urgentes y eficaces para salir del atolladero. El país requiere un diálogo sincero entre las partes. Venezuela reclama de sus mejores hijos una reflexión profunda para que la saquen del hoyo donde se encuentra. No habrá manera de una salida en sana paz, sino hay voluntad política para lograr acuerdos serios en la búsqueda de una verdadera y sólida solución. Para mí se perdió la oportunidad de consolidar una revolución por la cual se lucha desde muchísimos años atrás. Se habrían perdido las rebeliones del Carupanazo, el Porteñazo, el 27 de Noviembre y el famoso 4 de Febrero… ¡Volveré!

Puerto Ordaz, 16 de febrero de 2016



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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