El trabajo forzado obligatorio

Nos decía un vecino -sin ser de la época del General Gómez, por su temprana edad- que si cada persona que cometiera delito pagara lo que hizo con trabajo forzado, el Estado ahorraría un platal, porque la comida vendría de los grandes sembradíos y las haciendas de ganado en las que estarían trabajando todos los presos.

Pero allí -según nuestro conocido- no quedaría el asunto porque todas las aceras y calles rotas de las ciudades estarían en perfectas condiciones, ya que serían reparadas por los delincuentes que estarían pagando sus penas de esa manera.

Otros presos podrían ocuparse de reparar las alcantarillas y un buen número de ellos formaría parte de las cuadrillas que tienen como misión reparar las filtraciones.

Pero ademas de lo anterior -siempre de acuerdo a nuestro vecino-, deberían constituirse varios frentes con los que están tras las rejas; debe haber un equipo que se encargue de barrer las calles y otros que se encarguen de reciclar las toneladas de plástico que deben haber en las playas que, de paso, afectan a la fauna marina. Esas tareas de reciclaje deben incluir las latas de aluminio, vidrios, papel y otros materiales reciclables y que deben ser vendidos posteriormente.

La producción de ropa sería otra de las actividades en la que pudieran participar los presos, aparte de otras que vienen realizando y, por supuesto sería necesario reestructurar eso que llaman la Caja de Trabajo Penitenciario.

De igual forma, los presos deben ocuparse de las mas variadas tareas, como pueden ser latonería, pintura, mecánica, ebanistería, carpintería, zapatería y pare de contar. Claro que se requiere tomar una serie de medidas de alta vigilancia que impida que los presos se queden u oculten las herramientas que utilicen en esos empleos temporales.

Los parques -valga la mención- necesitan ser cuidados, lo mismo que los zoológicos, las caminerías y cuanta ornamentación tengamos en el país.

¡Hay muchas actividades en las que los presos pudieran trabajar!

Los presos deben tener ocho horas de trabajo diario, con una bola de hierro en uno de los pies y de lunes a sábado y como debe ser, deben recibir cierto jornal por las tareas que les corresponde hacer. ¡Claro, no van a ganar lo mismo que los que están en libertad, pero si lo suficiente como para sus gastos!

Esto debería hacerse -apunta siempre el vecino- porque como están en los actuales momentos, ellos significan gastos en alimentación, medicina, médicos, traslado y otras cosas mas y además debe tenerse en cuenta que hay una crisis y debemos producir todos, sin excepción.



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Pedro Estacio


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