Nos está dando la impresión que tanto la revolución como la contra-revolución se están haciendo "…los policías de Valera…" para "no mojarse" en ese importante mundo que se expresa a través de la Ideología, con mayúscula. Vamos más allá, en algunas oportunidades, ese tema es aún más grave cuando, en ciertas ocasiones, percibimos expresiones que van desde la ignorancia por exceso de falta de estudio hasta un pragmatismo ramplón de permanente repetición y excusa al propio y personal desconocimiento de lo que significa, realmente, la Ideología como conductor de propuestas sociales y económicas por decir lo menos. Ello no significa que no estén presentes personajes, por ahí, donde andan algunos "cruzados" que se están empeñando en educar, al menos, a las bases sociales que se perciben como, por lo menos, cercanas al proceso revolucionario que está, supuestamente, en curso en nuestra Patria, Venezuela. Es decir, dejemos las excusas, entrémosle al trapo y seamos honestos con nosotros mismos; es decir, practiquemos la ética política porque los pueblos son sensibles y perciben cuando los líderes de las políticas en praxis que desean impulsar son, sencillamente, por ahora, "tigres de papel".
En nuestros recorredes por los caminos diferentes del mundo hemos tenido la oportunidad de conocer, de primera mano, personas que han sido y son sólidas en sus pensares, en sus ideologías, en sus comportamientos en consonancia con esos pensares, personas de diferentes ideologías contra-puestas, enfrentadas, divergentes y profundamente opuestas, es decir, diferentes concepciones del mundo y el mundo creado. Es decir, aquellos que se adscriben a las tesis de San Agustín de Hipona, Santo Tomás de Aquino, aquellos adscritos al pensamiento expresado por Emmanuel Kant y aquel dialéctico nominado como Georg Wilhelm Friedrich Hegel, los otros que se consideran marxistas porque han leído, ciertamente, a Karl Marx y a Friedrich Engels, otros se consideran estructuralistas tal como los humanistas, deberemos considerar a los seguidores de Isaac Berlin y Karl Popper, las complejidades expresadas por el judío-alemán, Walter Benjamin, seguidores de Enrique Dusell pero sin dejar en el tintero a Vladimir Ilich Lenin, Mao Zedong, Qui Qubai, Simone Weil, Ana Teresa Torres, Antonio Negri, por solo mencionar una variedad de intelectuales y sin mencionar a los economicistas tanto de "un lado –capitalistas- como del otro-socialistas-". Es decir, hay para todos los gustos pero ¿para qué?
Hemos percibido que "tirios y troyanos", "suavemente", se ponen de lado para no mojarse en cuanto a la Ideología a la cual, se supone, están y deberían estar adscritos; es decir, practican la praxis del pragmatismo "puro y duro", bien como lo expone José Vicente Rangel Vale, "promesas no cumplidas" expresadas durante las elecciones, ello como referencia demostrativa.
Pero ¿estaría preparada la sociedad venezolana para confrontarse, ella misma, con una referida Ideología en propuesta? Una interesante pregunta porque ella en si misma significaría que tanto desde los promotores del "pensamiento revolucionario" como de aquellos que se oponen a ese supuesto "pensamiento revolucionario" y, en propuesta, expondrían otra ideología más cónsona con "sus expresadas palabras", sobre aquello que se expresa como "la ideología en contrario". Nos explicamos.
Poniendo lo expresado sobre la mesa para poder alcanzar una visión algo más objetiva tendríamos dos realidades a considerar: la filosofía histórica y la Historia como bases fundamentales para poder conocer el proceso del desarrollo social en toda su estructura lógica en el transcurso de la Historia por la cual ha transitado una sociedad analizada en particular en función de poder alcanzar la correspondiente abstracción conceptual que permita proponer el "pensamiento referente filosófico" en su íntima relación con el "proceso histórico" en estudio y referente, académicamente.
Visto lo inmediato anterior cabría preguntarnos sí para "tirios y troyanos", concretamente, cuando nos referimos a Venezuela, la Historia de la Patria se la pudiera "sesgar" en función de intereses "seudo-ideológicos" con el objetivo de poder imponer sobre la sociedad venezolana, como un todo social, estructuras mentales (ideología), paradigmas ajenos-externos cuales buscan, en última instancia, la imposición en la siquis de la sociología venezolana lo que en filosofía se denomina "alienación", concepto estudiado por diferentes filósofos venezolanos tanto de las denominadas como "derechas" como aquellas tituladas como de "izquierdas".
Podríamos expresar y exponer que, en la actualidad, en Venezuela, están siendo expresadas, básicamente, algunas propuestas ideológicas además de un vulgar pragmatismo ramplón. En ese marco de desarrollo, nos vamos a permitir, a modo de propuesta de reflexión, el pensamiento del judío-ruso, León Chestov (Lev Shestov), extraído de su texto: "Atenas y Jerusalén", con el siguiente párrafo: "…La oposición fundamental entre la filosofía bíblica y la filosofía especulativa se muestra de una manera particularmente llamativa cuando colocamos las [siguientes] palabras de Sócrates: "El bien supremo del hombre es dialogar todos los días acerca de la virtud"…"
Pero ¿a cuál virtud se está refiriendo Shestov y a cuál nos podríamos referir nos? ¿Es, sencilla y solamente, a la virtud del diálogo? ¿Sería a la virtud del patriotismo? ¿Es el patriotismo base fundamental para el amor a la Patria que en este caso concreto nos estamos refiriendo a Venezuela? Entonces y en vista a las realidades actuales en las cuales está profundamente inmersa la Patria, Venezuela, en estos precisos y únicos momentos históricos, nos preguntamos: ¿Cuántos patriotismos están presentes en la Política venezolana? Con lo cual, nos atrevemos a inquirirnos: ¿se expresa en contradicción el patriotismo con el diálogo y éste, el diálogo, se confronta con la ideología de cada uno de los grupos en referencia, es decir, las izquierdas y las derechas? En ese marco de referencia, es importante aceptar que tendríamos que evitar, por todos los medios, el "diálogo de sordos" por varias razones que trataremos de exponer seguidamente.
Aceptando la tesis-en-propuesta-permanente de José Vicente Rangel Vale cuando se refiere a la necesidad de que se desarrolle "el diálogo" que nos le adicionamos la imperiosa obligatoriedad que sea un diálogo directo donde todas las partes que conviven actualmente en Venezuela asuman la responsabilidad de desarrollar ese tan necesario diálogo porque ello obligaría a las partes actuantes a la imperiosa y necesaria claridad de introducir lo real-conceptual de cada ideología para así evitar ese referido como el "diálogo de sordos" y tratar de alcanzar lo común y clarificar lo diferente.
Es evidente que sí el verdadero diálogo no se desarrolla, la actual situación se agravará, exponencialmente, con lo cual se podrían presentar varios escenarios a considerar: que las contradicciones se agudicen en el sector social pudiéndose desarrollar escenarios similares al "27 de febrero" con lo cual tanto la FANB, por razones de Estado, en el marco de la "seguridad y defensa" tanto en los escenarios internos como en posibles escenarios externos, deberá cumplir con el necesario orden constitucional; en consecuencia, se desarrollará el "caos en permanente ejecución" con situaciones muy similares a las que se han venido desarrollando en Alepo (Siria); otro escenario sería que fuerzas complejas actúen en consonancia con los contenidos constitucionales controlando tanto el Poder como al Estado; este escenario podría producir que fuerzas extranjeras se aprovecharan de esos escenarios para controlar tanto la zona occidental de Venezuela como la oriental venezolana. Por tanto, es de lógica responsabilidad que los actores responsables decidan y asuman los escenarios y actúen en consecuencia ya que "la calle está caliente".
Es evidente que, independientemente, de cualquier escenario que se exprese, la Revolución Bolivariana ya ha dado "…dos pasos atrás…" pero desconociendo sí podrá dar el paso hacia adelante.
