Al parecer la Doctrina Social de la Iglesia en su postura negativa del socialismo considerándola como contraria a sus concepciones no hace otra cosa que reconocer el capitalismo como sociedad, y éste es opuesto al interés nacional, a la voluntad popular, del soberano, en nombre de los intereses individuales por encima del interés público demuestra con esta postura la Conferencia Episcopal, su adherencia al capitalismo, defensor de la explotación del hombre por el hombre oponiéndose a la ideología del socialismo, el marxismo leninismo, por su confesión religiosa reaccionaria al progreso de la sociedad y la ciencia.
El prejuicio de la iglesia deviene por su ultra defensa del liberalismo, la libertad económica y la propiedad privada reconociéndola como moral, sin advertir el peligro de lo que significa la explotación del hombre por el hombre, negando la propuesta socialista, la justicia social por una supuesta democracia y un sistema que vulnera los derechos humanos en nombre de la libertad. Tal ideología de la iglesia y del Episcopado solo hace granjearse el desprecio del pueblo puesto que no atina a interpretar originariamente el evangelio de Jesús, la doctrina de la liberación del pueblo oprimido, la reivindicación de la propiedad social de los bienes terrenales y la felicidad de los hombres.
La historia del desarrollo capitalista mundial revela el fracaso del desarrollo armónico y democrático del mundo, una fuerte concentración de riqueza y pobreza es lo que predomina, el subdesarrollo y el desarrollo, intercambio desigual, crisis endémica del desarrollo, racismo, atraso social, discriminación de los derechos humanos, abusos descarados y represión es lo que abunda en la mal llamada democracia capitalista, en ella el soberano no cuenta, el régimen legitima la explotación y el desarrollo desigual. Basta ver, la Declaración Universal de los Derechos humanos y compararla con la realidad en Asia, África y América Latina para cerciorarse que el imperialismo de los Estados Unidos y su sistema imperial ha postrado al mundo arrasándolo mediante guerras e intervenciones y no precisamente por métodos democráticos. .
Nos preguntamos: ¿Si es tan democrática la Iglesia Episcopal y la MUD porque durante 17 años se han resistido de manera persistente a la voluntad popular, a la decisión de elegir el socialismo, al Programa de la Patria? Si el pueblo ha elegido a Chávez primero y luego a Maduro, porque no han respetado la decisión política del pueblo en los últimos tres lustros? ¿Exigir respeto a las elecciones del pasado 6 de diciembre y no respetar la decisión del elector en haber optado por Maduro es simplemente hostigamiento y deshonestidad.
Porque hayan ganado las elecciones de la asamblea legislativa la oposición, ello no le da pie a irrespetar los poderes públicos, envalentonarse porque hayan ganado uno de los Poderes Públicos no les da pie a ultrajar los símbolos patrios, defender tales posturas en romper con la moral, con la ética, con el interés nacional. El capitalismo si en algo no concuerda con el país, es precisamente con la democracia participativa, con la responsabilidad social, no termina por aceptar la voluntad popular, así ha sido su lucha contra el chavismo y ahora con el madurismo.