El ambiente de tertulia en la calle viene cambiando progresivamente en las colas de cualquier mercado y las noticias y el abre boca adversan a la Guardia Nacional Bolivariana como a la dirigencia del oficialismo, quienes se enmarcan en informaciones que detonan una realidad territorial que absorbe completamente a nuestros Consejos Comunales y colectivos de trabajo artesanal. Ya no es tiempo de polémicas y las estrategias comunicacionales enturbian el normal proceso de dirección política de cada institución oficialista como tal.
Todo suscita alarma y sospecha, ahora es el Bicentenario, los antiguos CADA y Éxito se convirtieron en centros conspirativos, pero, desde el punto de vista del mercadeo agropecuario, a pesar de la llegada de productos, los gerentes comercializaban con los bachaqueros y entes privados, se hace difícil respirar la atmósfera de un país libre y la memoria de un Estado queda grabada. Allí esta Argentina y Bolivia, no bastan los discursos ideológicos y políticos, cada ciudadano prefiere ver resultados a cada gestión y menos les encanta una comunicación chatarra y deprimida, necesitamos con urgencia regresar al Legado de Chávez.
Es necesario, ir a otro escenario e imponer las ideas proclamadas por nuestros gestores políticos. Eso de conferencias, conversatorios y talleres son fundamentales, pero es necesario avanzar hacia un futuro político coherente y activo para lograr la victoria en los próximos programas de gobierno.
En su punto crucial, el Comandante Chávez Frías se alejó de éste mundo, pero nos dejo una repuesta original que nadie ha cumplido y los comunicadores sociales en ésta etapa del gobierno han sabido interpretar, por estar todo enmarcado en un individualismo atroz, donde lo militar tiene su signo personalista y ofende a los ciudadanos en las colas y en las instituciones poco se respeta al ciudadano, he tomado ésta idea como experiencia propia, tanto es así que obvian lo reglamentado por el joven Dante Rivas, cuando ocupaba cargos ministeriales, cada quien, hace lo suyo y así no crece un país.
No se, porque los dirigentes revolucionarios se hacen inválidos ante la realidad del país, el Estado ´prosigue enfermo y hay que curarlo obligatoriamente, ya es cuestionable regresar a la infancia de la V República, es necesario avanzar y definir estrategias para cubrirnos entre el hombre y su tiempo. Es el método Histórico y sus aspiraciones políticas. Ahora manda es la economía política, no la histográfia, debemos crecer, pero a la vez analizar nuestras realidades, siempre el final nos llevará a nuestros principios y tener presente que la muerte evoca la infancia.
El Proyecto Bolivariano es Latinoamérica, es un sentimiento hacia nuestros próceres de lucha y esfuerzo para convivir mejor, dejemos al pasado y miremos lo bueno del mañana. Es nuestro tiempo revolucionario.
Pensemos en la historia y vayamos a otras fuentes. Cambiemos de lenguaje para ir a la lucha social y constatar con los movimientos populares nuevas evidencias de entender la confluencia de ideas que nos da la historia económica de un entorno que busca su propia cultura y accionar.
Dejemos atrás, las estrategias chatarras y hegemónicas que nos han llevado a un fracaso de ideas en acción. Es el momento de revertir.