Contra el bachaqueo donde quiera que esté

En un santiamén, se ha instaurado casi de manera transversal en la sociedad venezolana una perversa modalidad de comercialización basada en la especulación mafiosa. Ese tumor maligno que corroe y nos pone al desnudo, acuñado con el nombre de "Bachaqueo", amenaza con llevarse todo a su paso. Pareciera que no hay ningún cuerpo u órgano social e institucionalidad pública que no pueda resistir sus embates, con la consiguiente degradación ética y moral de la población, bajo la mirada indiferente y a veces cómplice de las autoridades.

Dejando a un lado principios, ideologías y credos religiosos apuestan parasitariamente a la máxima ganancia, a una práctica salvaje e inhumana, paradójicamente en una sociedad que ha pregonado a los cuatro vientos el socialismo del siglo XXI. El facilismo, el dinero fácil y el consumismo obsesivo tan presentes en nuestra cultura rentística se convierten en pista ancha de aterrizaje para que este flagelo acelere su plan de ruta y deteriore aun más la calidad de vida de los venezolanos.

En el caso de Caracas, los "bachaqueros" no están sólo en la Redoma de Petare ni en el Boulevard de Catia, los hay para todos los gustos y colores. Suben colinas encumbradas en urbanizaciones de clase medias y altas escoltados por comerciantes bien trajeados. .Los sectores más pudientes, con tal de no pasar ningún tipo de necesidad, se han dedicado a contratar a sus "bachacos express", que le arriman la mercancía a sus propias casas. Es común en sus reuniones sociales el intercambio de información sobre sus efectivos y hasta simpáticos proveedores. En el barrio no hay nada que lo detenga y lo ablande; allí saca sus garras y se impone sin piedad, sin importar ningún tipo de relación vecinal ni de vínculos afectivos construidos a lo largo del tiempo. Sálvese quien pueda.

Una inmensa maraña de complicidades se revelan demostrando la cara oculta y la urdimbre del fenómeno que pasa y atraviesa instituciones públicas, empresas privadas, cadenas de alimentación del Estado, algunos estamentos militares y oficinistas Unos lo practican como un modo de supervivencia y otros como una fórmula de enriquecimiento relancino respondiendo a directrices de mafias bien estructuradas. A este dramático cuadro se le suma un contingente de trabajadores de la administración pública y de otras dependencias que han abandonado sus trabajos para dedicarse a este nuevo eje del mal. Y para colmo de males se produce una suerte de aceptación social en importantes sectores de la población al emplear el término " bachaqueo" para referirse a la compra de los productos de consumo regular. El mundo al revés pues.

Para terminar de colocarle la guinda a la torta, en días pasados presencié como una señora que vende dulces en las afueras del Teatro Teresa Carreño se disponía a bachaquear entradas de un evento gratuito (Día del Amor y la Amistad) cuyos boletos habían sido repartidos por taquillas días y horas antes de evento. Al constatar semejante exabrupto me pregunté: ¿qué nos pasó para que en una de las expresiones más hermosas de los venezolanos como es la solidaridad entrará en proceso de extinción? ¿Qué tendremos que hacer para cambiar el curso y el sentido de estos acontecimientos que aniquilan el espíritu de nuestro pueblo y nos colocan en una suerte de retroceso cultural? ¿Podemos seguir soportando tanto contrasentido en nuestras formas de vida y de convivencia social? ¿Qué nos espera si no se producen rectificaciones de inmediato en el plano ético-moral y cultural?

Estamos tan mal que hasta en los predios de la cultura danza libremente la efigie del bachaco, con su larga caravana de aberraciones humanas, éticas y culturales. Esta nueva enfermedad que amenaza y destruye el tejido social y los valores esenciales de nuestra venezolanidad, tiene que ser enfrentada en toda su complejidad, como una opción prioritaria y como un desafío clave en la agenda de reivindicaciones ciudadanas de la mayoría digna y decente que habita nuestro país.

 



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Nelson Oyarzábal

Antropólogo. Gerente Cultural Profesor Universitario. Articulista

 neloyarz11@hotmail.com

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