El discurso de la derecha venezolana en su ultra radicalismo antidemocrático expresado en la Asamblea Nacional no aporta respuesta a los problemas públicos del país, el desabastecimiento, el dólar paralelo y la especulación continúan siendo graves, asimismo las respectivas colas y la pérdida de tiempo, horas hombres perdidas a causa de una guerra total, no reconocida por la oposición de la Asamblea Nacional por parte de sectores económicos y políticos contra el gobierno chavista. Y es que el discurso de la Oposición, oculta detrás de los proyecto de leyes un carácter anti democrático, no pasan las pruebas del filtro constitucional, la vigencia de los derechos constitucionales. Sus proyectos bandera tales como las leyes de Amnistía, la del Fortalecimiento de Activos y Producción entre algunas, revelan una saña premeditada contra la el Estado y la Estatización, menoscabando el patrimonio público un conjunto de diputados opositores de la Mesa de la Unidad Democrática, que se suponen son parte del Estado, de la burocracia de la misma en la Asamblea Nacional y que al juramentarse como diputados están en la obligación de contribuir al fortalecimiento y acrecentamiento de la propiedad pública como patrimonio de la nación.
¿Qué les impide, a la oposición de derecha acometer con sus obligaciones ern aras de salvaguardar los intereses públicos, los intereses de la nación?. A nuestro modo de ver, el complejo colonial de del Estado ineficiente, el complejo de inferioridad por la estatización de la propiedad privada y social, el colonial ideológico de la que son presa por los dogmas neoliberales que sostienen que "todo lo público es ineficiente", que "la gestión del Estado no es eficaz", que la estatización es ineficiente, que condena a la sociedad a la pobreza, entre otros argumentos para sustentar la idea opuesta, lo privado es eficiente y eficaz; ensañado con el Estado y lo público, el discurso privatizador contra las empresas, industrias y unidades de producción agropecuarias constituye el hilo central del discurso opositor, en defensa del capitalismo, término inexistente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pero que ellos auspician como régimen socioeconómico a dominar la escena venezolana.
Así pues; la oposición venezolana se enfrenta al pensamiento socialista de la revolución bolivariana, al pensamiento chavista, bolivariano, por la razón de que éste defiende lo público, "la res pública", el pensamiento de Bolívar, siguiendo la tradición soberana e independentista además antimperialista, es aquí donde se cruza con el pensamiento revolucionario marxista, la lucha anticolonial, la lucha contra la dependencia de la vida social y económica de los pueblos, la lucha por la autonomía, por la gestión soberana de la República frente al pensamiento del discurso opositor contra el Estado en aras de la privatización, beneficiando la empresa privada como forma de gestión que inhibe la democracia, la participación del pueblo en asuntos públicos, dogma neoliberal que limita los derechos económicos de la población puesto implica privatizar lo público, reducir los espacios públicos, un perjuicio contra el pueblo, la satanización de la propiedad pública, la enajenación de su propiedad pública, la propiedad del pueblo para enriquecer un minoría social, discriminar en favor de una elite poseedora de medios de producción social históricamente saqueados, esto es un atentado a los derechos del pueblo, al patrimonio público, a las empresas del pueblo, una lesión a su soberanía, a la voluntad popular y porque no decirlo, es un atentado a sus derechos económicos y sociales, a la paz y la justicia social.
El hecho de que en el quehacer de la gestión de las empresas públicas encontremos ineficiencias eso no quiere decir que debamos prescindir de ellas, también hay empresas privadas ineficientes, que se deben evaluar en el mercado, tomar decisiones gerenciales eficientes, salvar dicho patrimonio en caso de las públicas, activarlas, significa en consiguiente proceder al rescate de la misma, al "salvataje" de dichos activos con criterios de eficiencia y eficacia, con seguimiento y control a las mismas, con criterio de hacerlas productivas, útiles a la sociedad, lejos de privatizarlas o rematarlas al capital privado, menoscabando con ello, el patrimonio público. Las empresas capitalistas deben respetar lo público, el espacio económico de lo público. Por otra parte; cuando las empresas son enajenadas, confiscadas sencillamente debe predominar un criterio público, no es capricho político, sino "la utilidad pública", no debe la empresa privada interferir en estas decisiones, muchas empresas expropiadas se debieron al cierre técnicos de ellas en contraofensiva contra el gobierno chavista, dejando a sus trabajadores en las calles, sin prestaciones laborales, es por ello que los trabajadores se empoderaron de ellas, solo que no tuvieron la habilidad gerencial de conducirlas, requerían asesoramiento, pero eso es reparable, pero no es motivo alguno de proceder a privatizarlas, de retornarla a su antiguos dueños cuando fueron ellos quienes las abandonaron y cerraron.
Podemos aplicar la misma medida para quienes otrora privatizan; tenemos el mismo derecho, es más, tenemos más derecho social: socializar empresas ineficientes, empresas quebradas por el capitalismo, empresas conspiradoras contra lo público, concentrar las fuerzas del Estado en aquellas de carácter estratégico, y las que no lo son si es de utilidad pública es constitucional hacerlo, pueden las masas trabajadoras crear alianzas con el Estado, asimismo con capitales privados, empresas mixtas, dejar el dogma del anti socialismo, la empresas privada debe superar el prejuicio antisocialistas, prepararse para la transición con participación del Estado, no tiene por qué demonizarse el socialismo, el socialismo tampoco tiene que demonizar el mercado, pero si ese neoliberalismo salvaje contrario a la civilización. El neoliberalismo impone medidas autoritarias de privatización, aprueban leyes (ilegítimas contra el Estado-Nación) de desmantelamiento de lo público, descuartizar la propiedad pública en nombre de la eficiencia, sumiendo a la sociedad en la pobreza en nombre de una supuesta eficiencia de las empresas privadas, por ello se ensaña tanto contra el socialismo, para arrebatarle ese derecho al Estado, a la sociedad en favor de algunos sectores económicos que se arrogan el derecho a monopolizar la economía contra la sociedad democrática, contra el pueblo, por ello, su interés en la renta petrolera, con lo que ha contado con el apoyo del imperialismo norteamericano, de los Estados Unidos, para apropiarse de los recursos públicos, y desestabilizar la revolución bolivariana.
El neoliberalismo estadounidense ha enajenado a la oposición venezolana, ha colonizado su estilo de vida consumista, su desigual modo de vida, pretende emular su forma de gobierno represivo y autoritario, irrespetuoso con la soberanía nacional, con la independencia a la cual los opositores de la MUD no se levantan contra ofensa alguna contra el país, por eso su aceptación del decreto Obama, la inclinación por la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, por eso pretenden quitarle al Estado sus prerrogativas sociales, castrarlo de su participación en la economía, y entregarlas al Gran Capital para desestatizarlas y privatizarlas en nombre de una supuesta eficiencia con pérdida de la soberanía, la voluntad popular y la independencia. Esto es; apátrida el concepto de este tipo de proceder con el tema de la privatización, con lo que se pretende atacar al país, a la nación, la oposición busca disimular esta pretensión, suavizar el término, quitarle el calificativo con que los ciudadanos y ciudadanas evalúan dicha política, el pesado fardo que representa a los intereses del país, y que agentes privados, tratan de superar el complejo y el mito de la privatización, la experiencia vivida con Viasa, la CANTV, el complejo de Guayana, todo esas y muchas más revelan su destrucción, el aspecto nocivo de la privatización, dejando millones de trabajadores en la calle, así como lo hace Macri en la Argentina de hoy, al tratar de adelgazar el sector público para el pago de empréstitos internacionales.
El discurso de la privatización no deja de ser con la Asamblea Nacional un discurso privatizador, nocivo para el Estado, para la propiedad pública, es una amenaza el demoler empresas públicas, prueba irrefutable de pretender quebrar el Estado nacional, la propiedad pública, es verdaderamente "un latrocinio contra la Nación", la ruina del país, de sus medios de producción y del pueblo, someterlo a la esclavización social en nombre de la propiedad privada, la gestión del aparato empresarial capitalista, Ahora bien; la oposición nos plantea que la economía no es de fácil comprensión para el pueblo, que esta debe ser asunto de élites, del sector privado, que las lecciones de la economía solo es para elegidos. Que el conocimiento de la historia económica solo es digerida por los capitalistas quienes supuestamente han demostrado desde el siglo XV la viabilidad irrefutable de que la economía capitalista como exitosa frente al fracaso del proyecto marxista de la economía entre el siglo XX y XXI, es decir del proyecto capitalista frente al proyecto socialista. Lo que no dicen estos defensores del capitalismo es el fracaso de la sociedad capitalista, que en nombre de la eficiencia y el éxito económico, sumergen con su experimento social a millones de personas en el mundo a la pobreza y a la guerra.
Por otra parte; no hay sociedad más desigual que la sociedad capitalista, sus medios técnicos han acelerado en el planeta la exclusión social, ha fracasado en crear bienestar a toda la población, África es testigo del saqueo de sus recursos minerales, el mundo del Medio Oriente de las guerras impuestas, América Latina es prueba irrefutable de la frustración de la industrialización, condenados siempre a ser países en desarrollo, nunca a desarrollarse, ese es un privilegio de los países capitalistas desarrollados, y que decir de Asia, países dependientes como todas las colonias que crea el imperialismo en estos países, predestinados a la fatalidad de exportadores de materia prima, o expoliación de la mano de obra barata en nombre de la eficiencia económica. La privatización económica es por tanto "hambreadora", condena a las masas populares a la esclavitud laboral, a la maquila, al fracaso del bienestar social, por tanto no se requiere ser un intelectual, un académico para entender el capitalismo salvaje y su anti estatismo frente al socialismo, el pueblo reconoce las falencias del capitalismo, sus torturas, sus represiones, la perversidad con que conduce su economía, la incapacidad de los gerentes y los dueños de las empresas capitalistas para reconocer los derechos laborales, la imposibilidad de vender a precios justos a los consumidores trabajadores, bienes de calidad que siempre terminan por alterar su composición o crear sucedáneos de menor calidad, bienes estratificados para crear la ilusión de sociedades de consumo a bajos precios de mala calidad.
No conforme con su economía perversa del lucro, los defensores de la privatización son testigos de la especulación, de la escasez, y también de su participación en el bachaqueo además de los juegos monetarios de la guerra económica, creando con ello escasez y zozobra, ellos los saboteadores industriales quienes paralizan la producción, nos han llevado a la situación en que están "despareciendo de los anaqueles" los bienes y los fármacos básicos, humillando al pueblo, aprovechando este clima para lograr beneficios electorales, calificar de fracaso al proyecto bolivariano, para ello argumentan "las millones de tierras improductivas expropiadas por el gobierno", la operatividad a medias de las empresas como Agropatria, lácteos Los Andes, Café Pro patria, Supermercado Bicentenario. No debemos llevarnos por "el fracaso de las empresas públicas", todos sabemos que el factor humano es responsable, la razón de la gestión, de él depende los procesos, aparte de los procedimientos públicos que influyen en dicha gestión, que el estado somos todos, por lo que debe evaluarse las empresas, aplicarle un análisis gerencial, administrativo, económico y financiero organizacional, en aras de fortalecer el patrimonio público como se merece, pero de allí a indicar de inmediato, el diagnostico de rematar, privatizar, descuartizar, vender es simplemente un prejuicio colonial de clase, detrás de eso ocultan intereses, los intereses de la burguesía para fortalecer su monopolio del poder económico, además no menospreciamos tampoco el papel de los empresarios en infiltrar las empresas públicas para su destrucción interna, saboteo industrial.
Por eso no hallamos los bienes básicos, el capital privado entramó al estado, fugaron miles de millones de dólares fuera del país, muchos empresarios capitalistas, no justificaron las divisas entregadas por el gobierno, especularon en el exterior con ellas, crearon dificultades a la importación de insumos, de materias primas al mercado, escasez de divisas, sumado a la caída de los precios del petróleo se generó problemas de importaciones, además de producción de cualquier bien necesario para la sociedad. Por su parte; los empresarios capitalistas pretenden sustituir las iniciativas ciudadanas, la iniciativa social empresarial, por la iniciativa privada elitesca, coartando la democracia económica, sabotear proyectos socio-productivos, las experiencias sociales de las cooperativas, los núcleos endógenos de desarrollo endógenos, las fundos zamoranos, les cierra el mercado, el acceso a los mismos, se burlan de los huertos urbanos, de "la ruta de la empanada", "de la arepera socialista", o de cualquier otra iniciativa social llamada asumir la economía pública o social, para ellos solo cuenta "la iniciativa privada", el capitalismo como régimen absoluto de producción.
Finalmente; El discurso privatizador pretende acabar supuestamente con "el derroche del Estado", "el robo público", "la ineficiencia de la estatización", el gasto social, sin embargo, sus objetivos los subordinan a crear un Estado más pequeño, con sobrevivencia de millones de desempleados públicos, pero nada dicen del robo privado, de la corrupción privada, del fracaso de miles de empresas privadas, la absorción de ellas por las más fuertes, nada dicen del robo a los trabajadores en nombre de la privatización, de la explotación del trabajo, del pago miserable a los trabajadores, del derroche capitalista a costa del hambre del trabajador, nada de eso dicen, solo privatizar, privatizar y privatizar, debilitando público, a expensa del patrimonio de la Nación, la Hacienda Pública, creando prejuicio contra la República, contra la soberanía y la independencia nacional. En verdad quienes crean riqueza, los trabajadores es hora que se les haga justicia, defienda su Estado popular, la estatización eficiente de las empresas públicas.