En la última recarga que hice de la TV satelital, la voz robotizada, de la secretaria eterna, que responde a los suscriptores, informa que a partir del 29 de marzo comenzaría una renovación de canales de dicha televisión. Al final, dice que si quiero oír nuevamente la información, pulsara el botón tal. Así lo hice, porque estaba emocionado por esa información, la cual creó cierta expectativa que se mantuvo hasta el momento en que comenzaron a desaparecer mis canales favoritos, a excepción de los canales nacionales. Pero por cada canal desaparecido, surgía otro que al compararlo con el que quitaban, comprometía mi expectativa.
Si se quiere, fue emocionante ver como algunos canales se mostraban oscuros y a cada rato viajaba por la parrilla a través del control del decodificador a ver si había aparecido algún nuevo canal. ¡Sorpresa!. En efecto, si fueron apareciendo los canales, pero aquellos que en otras cableras, usted les pasa por encima, y no los ve casi nunca, ya que son rellenos que colocan para completar la oferta que le ofrecen al público.
También debo decir que, los canales favoritos de los nietos desaparecieron y al revisar creyendo que la renovación implicaba ir hacia lo mejor, aparece un canal de comiquitas que yo creo fue visto por los infantes de los años cincuenta que tenían televisión para ese momento en Venezuela; y respecto a los canales de película, que aunque repetían una película 10 veces a la semana, también desaparecieron de la parrilla. Por cierto, leí por allí que la ausencia de canales de películas, se debe en parte al déficit de dólares que tiene la república, lo que implicaría no poder pagarle a los canales internacionales. Esto es razonable y podría expresar mi solidaridad por la situación crítica de la economía y estar conforme con la renovación hecha; pero, ¿no se podría quitar unos cuantos dólares a algún motor productivo para planificar una parrilla más equilibrada que incluya por lo menos dos canales de películas?
En todo caso, la relativa calidad que tenía la anterior parrilla, se pierde. ¿A quién favorece o perjudica ese cambio de canales de tv satelital? ¿Hay alguien interesado en llevar más suscriptores de tv cable a las empresas privadas que se dedican a este negocio? O ¿es que Rossen ya le echó mano a la CANTV? Creo que existe un desequilibrio en la nueva programación, parece hecha para aburrirse o mantener apagado el televisor. La idea, no debe ser ver noticias, ni musicales, ni cursilerías todo el día, hace falta más variedad. Por lo tanto, a partir de este momento pongo mi antena a la venta, pues tengo adolorido el pulgar de ambas manos, de tanto surfear en el control, buscando un buen programa en los nuevos canales y hasta el momento no encuentro ninguno.
