El Fondo Global Agricola es una empresa privada propiedad de cuatro socios entre ellos Alvaro Pulido conocido como “El Cuchi”. Ya el nombre del grupo empresarial es rebuscado para desviar la atención y de notoria opacidad, Fondo Global Agricola y el Fondo Global de Construcción han pasado a la historia como vehículos constituidos para sacar divisas fuera de Venezuela. Las importaciones exageradas de carne trianguladas desde Colombia con empresas exportadoras ecuatorianas fueron ejecutadas con un simple objetivo: llenarse groseramente de dinero aprovechando una ventana que se creó con la intención de ayudar a la relación comercial entre países vecinos latinoamericanos: El Sucre.
El presidente Hugo Chavez siempre creyó en una fuerte moneda latinoamericana que pudiese competir con el dominio del dólar y del euro, al menos para proteger a nuestras monedas del flagelo especulativo de los poderosos del capital y controladores de los vaivenes de las monedas duras. Un sueño de Chavez que pocos veían posible pero aplaudible por su razón de origen. Nació el Sucre (Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos) con la única intención de promover la comercialización de productos entre países hermanos sin necesidad de depender de una fluctuación de monedas que nada tenían que ver con el país importador y el vecino exportador. La empresa Fondo Global obtenía divisas preferenciales, y ésta importaba los insumos de empresas ecuatorianas utilizando el SUCRE como mecanismo de pago. En los archivos recibidos y revisados por El Kometa pudimos constatar que la empresa Fondo Global Agricola solo actuaba en base a las divisas aprobadas en Venezuela, no en base a las verdaderas necesidades de la nación, para luego importar cantidades exageradas de diversos productos. El más solicitado (por su efecto social y rápida justificación): la carne. El Cuchi, era la voz cantante en el negocio de la carne que se negociaba en Colombia, se exportaba desde Ecuador y se pagaba a través del SUCRE. Fueron cientos de millones de dólares otorgados a la empresa de Pulido y sus tres socios. Las empresas exportadoras de carne que suplían al Fondo Global Agricola se lavan las manos diciendo que ellos hicieron legítimamente las entregas del producto que el comprador requería. La investigación continúa porque esos dólares otorgados a la empresa Fondo Global no solo pagaban por la carne importada, sino que un margen groseo fue a parar a estructuras en paraísos fiscales que deben que ser repatriados y reinvertidos en la capacidad productiva local. Muchos de estos empresarios que hicieron nueva riqueza con la firma Fondo Global son venezolanos y viven en Colombia y República Dominicana aspirando ser percibidos como empresarios serios y no asumen la culpa del actual desabastecimiento de alimentos ni la sequía de divisas en Venezuela. La complicidad de funcionarios públicos corruptos es obvia pero el hambre que vivimos hoy en día tiene su origen en estos cerebros financieros y mercantilistas que solo pensaban en sus bolsillos y no en la prosperidad y productividad del país.