Bolívar nace el 24 de julio de 1783, siglo XVIII y su vida pública, política y militar se desarrolla principalmente en sus últimos 20 años de existencia, 1810 a 1830. Su muerte ocurre el 17 de diciembre de 1830, siglo XIX, en Santa Marta, población enclavada en territorio de la Nueva Granada; hoy Colombia. Resulta muy significativo para un latinoamericano el que la revista BBC de Londres eligiera a Simón Bolívar como el hombre más importante del siglo XIX. La revista basó esa elección en el pensamiento, palabra y obra de Bolívar y resume: "Bolívar con sólo 47 años de edad peleó 472 batallas, siendo derrotado sólo 6 veces, participó en 79 grandes batallas, con el gran riesgo de morir en 25 de ellas. Liberó 6 naciones. Cabalgó 123 mil kilómetros, más de lo navegado por Colón y Vasco de Gama unidos. Fue Jefe de Estado de 5 naciones. Marchó con la antorcha de la libertad la distancia lineal de 6.500 kilómetros, que es aproximadamente media vuelta a la Tierra. Recorrió 10 veces más que Aníbal, 3 veces más que Napoleón, y el doble de Alejandro Magno. Sus ideas de Libertad fueron escritas en 92 proclamas y 2.632 cartas y lo más increíble es que muchas de ellas fueron dictadas de forma simultánea y en diferentes idiomas a distintos secretarios. Y el ejército que comandó NUNCA CONQUISTÓ, SOLO LIBERÓ"
Después de 1830, muchos escritores venezolanos crean un mito acomodable a las ambiciones de caudillos, de dictadores, de los agentes nacionales de la neo colonización, y también de la oligarquía criolla que a las masas les repiten algunas de sus frases y lo presentan como una especie de semidiós infalible, y de hombre a quien todos los militares y civiles del proceso de la independencia siguieron sumisos y obedientes; pero resulta que la verdad fue de que Bolívar era todo lo contrario. Bolívar fue un hombre surgido de la sociedad pudiente de su época, con entera y plena conciencia de ello, por consiguiente, su pensamiento y acción en este sentido fue de muchas contradicciones, pero debido a su recia personalidad, hombres como Santander y Páez lo reconocieron como el jefe de la guerra; debido a sus grandes capacidades militares. Bolívar fue un auténtico demócrata y por ello se vio limitado en sus actuaciones, tal sucede con el caso de la batalla de Ayacucho que no pudo dirigirla por causa de un decreto del Congreso de Colombia que anuló facultades que antes le había sido concedidas, porque Bolívar estaba reñido con los federalistas debido a su convencimiento de que la independencia no se podía lograr sin regímenes centrales, justificándose como un sistema de gobierno que evitaría acciones anárquicas; idea por lo que tuvo que sufrir una amarga experiencia. A Bolívar no se le permitió conservar los ejércitos en Perú, argumentando el Congreso de que la misión de los ejércitos con la libertad ya se había cumplido.
Bolívar fue un extraordinario ser humano, de inagotable energía y capacidades increíbles al servicio de una causa. Vivió los ideales de su clase, impulsó algunos y entró en contradicción con otros, como cuando se convirtió en el gran líder de la libertad de los esclavos decretada por él en Carúpano y en Ocumare, y solicitada a los congresos, desde Angostura en 1819 hasta Bolivia en 1826; sin mayor éxito. Algunos escritores de Bolívar afirman que es preciso estudiar a Bolívar como hombre, no como semidiós, pero al ellos ser los que lo analizan, solo se quedan en rasgos personales y en anécdotas, constituyéndose esos escritores en los mantenedores de su culto antipopular; que a veces tergiversan lo dicho por Bolívar en sus limpias y sabias exposiciones, hasta aseguran que Bolívar no quiso decir esto, sino esto otro; y que no sentía tal o cual cosa de tal manera, sino como ellos lo imaginan. Por cierto, habría que preguntarse hasta dónde es posible estudiar a un ser humano desaparecido en cuanto fue su personalidad, si existen muchos escritores que modifican o inventan aquella personalidad, menos mal que con Bolívar quedan sus cartas, proclamas y pensamientos, por lo que no es posible pretender sea los inventos malsanos lo de su íntimo comportamiento; y menos aun tomando en cuenta que Bolívar escribía, siempre, con la conciencia de su condición pública.