La versión corrió como reguero de pólvora, Aristóbulo, Pérez Abad y Jesús Farías vendieron la patria por una locha, lo dijo una "viejita" que lo oyó de un marciano de Júpiter que se lo dijo al pato y el pato a la guacharaca y, por casualidad, la lora, que estaba mosca, se lo contó a la paraulata, la que se lo dijo al pollito el cual exclamó: ¡cuac!
¡Cuac! Significa que la venta fue realizada a la oligarquía, la que emitió un cheque al portador por valor de una locha, la que actualmente está en disputa entre tres.
Da la casualidad que el pollito del relato es hijo adoptivo del gallo de Pascualita y una gallina javá callejera, por lo que de tal palo tal astilla.
La "viejita", que es muy devota de San Goloteo, anda de bache en bache, de escondrijo en escondrijo, a lo Sherlock Holmes, así que todo lo sabe porque todo lo averigua, su trabajo es el chisme, pero ella se las da de fística y de sobreentendida y hasta es capaz de saber "donde cagó mono".
El único problema de esa viejita es determinar cómo carajo van a repartirse la locha entre los citados tres altos funcionarios del rééégimeeen tiránico y despótico.
No obstante, y por fortuna para los tres vendepatria, el plomo conque le disparan es plomo soviético, valga que plomo viejo, por lo que es inofensivo.