Con mucho regocijo observamos la colocación de la primera piedra de la construcción de Ciudad Educativa Integral Bolivariana Simón Rodríguez, obra que se ejecutará en el barrio El Marite y que estará lista en el primer trimestre de 2007.
Como no llenarse de satisfacción, si con este proyecto se atenderán a 5 mil estudiantes de educación inicial, especial, básica, diversificada, técnica y universitaria.
Además, con la colocación de esa piedra fundacional, el presidente Hugo Chávez anuncio la Misión Miranda en el Zulia, que beneficiará a 5 mil trabajadores directos y diez mil indirectos.
Entregó la titularidad a 8 mil maestros zulianos, ratificó los ya anunciados proyectos en la región como Puente Padilla, Puerto Bolívar y destinó 1,4 billones de bolívares para la rehabilitación de 2 mil 400 planteles educativos en el país, en fin, obras que indudablemente afianzan el proceso revolucionario venezolano.
Pero lo que más causa emoción de la última visita de Chávez a esta calurosa región, por lo menos en mi criterio, fue que se hizo un cambio brusco de la ruta presidencial.
Creo, sin duda, que eso es lo más importante, porque permitió al Primer Mandatario Nacional bajar de las autopistas y vías pavimentadas, para adentrarse en esos sectores de calles polvorientas, repletas de huecos, que también pertenecen a Maracaibo, pero que no conocen nuestros visitantes.
No poseo cálculos precisos al respecto, pero generalizando se puede decir, que esta jurisdicción tiene muchos más kilómetros de calles desnudas, que jamás han recibido una capa de asfalto, que esas arregladas por donde ponen a transitar presidentes y grandes personalidades que vienen a esta región.
Realmente, Maracaibo tiene una fachada impecable e interconectada con calles acondicionadas, que verdaderamente impresionan, pero la realidad es otra y para muestra un botón.
Vean las rutas que tradicionalmente han seguido los mandatarios nacionales cuando vienen a la capital zuliana. Llegan al Aeropuerto La Chinita y salen por una carretera sin baches.
Bueno, actualmente existen algunas obstrucciones, pero eso es una excepción por los trabajos del Metro. De todos modos, si van para el Palacio de los Eventos, toman la Circunvalación Dos, que es una vía pavimentada.
Si, por el contrario se dirigen al Hotel del Lago, se enrumban hacia la Autopista Uno y las avenidas Padilla y Milagro, un poco de tráfico tal vez, pero eso no es problema con los motorizados que escoltan y abren paso a la caravana presidencial.
Posiblemente, transitan 5 de Julio, Bella Vista, Las Delicias y de dirigirse hacia la Costa Oriental del Lago, regresan por la misma vía sin sobresaltos y cruzan el Puente sobre el Lago... una ciudad muy bonita, hermosa, eso no tiene discusión.
Pero eso es un aspecto y otro el ocurrido con la última visita de Chávez a Maracaibo. El líder llanero se bajó de la carretera negra y se metió en esos sectores de trillas y callejuelas y palpó con sus propios ojos lo que a todas luces resulta inconcebible. Pese a vivir allí un grueso de propietarios de esa Pdvsa ahora de todos nosotros, no haya siquiera una carretillada de asfalto en las calles.
Y bien sabemos que al Presidente le falto mucho por recorrer en estos linderos de Udón. El Marite es apenas un barrio de las decenas de sectores que se encuentran sumidos en la miseria, sin calles, cloacas, agua potable y surcados por fuertes cañadas que esperan por embaulamientos.
Es más, Chávez calificó esta visita al Zulia como un pequeño Aló, Presidente y analizando sus palabras, sería muy interesante que si tiene en agenda regresar a predios marabinos, haga su programa dominical en Chino Julio, Torito Fernández, El Gaitero, Jaime Lusinchi, Alberto Carnevalli o en otras tantas comunidades que están en peores condiciones que El Marite.
No es nada fácil sacar al país de la miseria en que nos sumió la IV república, mucho menos con el permanente torpedeo de la insensata oposición venezolana, pero Chávez en esas trillas de arena, en la nueva ruta presidencial maracucha, nos garantiza que tiene concomimiento de la situación de nuestros barrios, y que no le están metiendo gato por liebre...porque en Maracaibo no es cuento lo de la viveza criolla, aquí le meten un strike al más pintado.
