Ya van más de dos semanas con cortes programados de 4 horas cada uno, aunque cada corte tenga la misma duración, a mí se me hacen cada vez más largos. Me doy consuelo, pienso en los logros de la revolución, pero en seguida me explota en la cara la realidad del país, y aquel discurso de Chávez en 2008 diciendo que Venezuela tendría en menos de 3 años el sistema eléctrico más perfecto del mundo… y agregaba "bueno no seamos tan ambiciosos, digamos que uno de los mejores del mundo"
Mucha gente le echa la culpa de este desastre, a la directiva de Corpoelec, así como a los gerentes y operadores de la Corporación Eléctrica Nacional, nada más falso, esa gente merece una estatua en cada plaza de este país, hacen magia, y lo digo literalmente, hacen magia, nadie en el mundo podría administrar y gerenciar una Corporación Eléctrica, como la gente de Corpoelec, siempre que digo esto muchos me preguntan ¿Qué Por qué hago semejante afirmación? Veamos, un gerente de Corpoelec tiene una partida de dinero cada vez más reducida, de donde tiene que comprar gorras para las marchas, franelas rojas, logística para distintas concentraciones y eventos del PSUV, pagar buses que lleven gente a marchar, pintar los postes de luz de color rojo (aunque no tengan bombillos), pagar algunos viáticos a diputados, concejales u otros personeros del partido para cualquier evento fuera, convocar a sus trabajadores a marchar, pagar avisos en distintos periódicos, pagar banderines, volantes y afiches para la campaña permanente del partido, varias horas a la semana la respectiva charla revolucionaria a cargo de algún vocero del partido, esa gente que está presente en la charla abandona sus puestos por varias horas y luego a recuperar el tiempo ¿perdido? No claro que no, además no se consiguen repuestos para los camiones, no hay transformadores, no hay cables, no hay dólares para comprar esas cosas, solo pueden ceñirse a las compras que hacen desde arriba, arriba si hay dólares y bastantes, el problema es que compran mal, sin embargo nuestros empecinados gerentes de Corpoelec tienen que trabajar con los insumos chimbos, muchas veces usados, algunos obsoletos y hasta inservibles que les compran los de arriba, sus sueldos han sufrido un gran deterioro, muchos salen del trabajo a taxiar unas 4 horas más o a dar clases, instalar algún cercado eléctrico, etc.
Con todo y eso, en la estación eléctrica de la Arreaga en Maracaibo, aun funciona una planta generadora de las tres que hay, sin dudas esta gente es la mejor, nos garantiza 20 horas diarias de luz a pesar de esos inconvenientes.
De las cuatro horas de racionamiento, las dos primeras, se me pasan relativamente rápido, pero las dos últimas son duras, el calor parece que se intensifica, aparecen las dudas en mi cabeza, ¿estará bien seguir apoyando este proceso? O ¿es hora de cambiar? Hago mucho esfuerzo por convencerme de continuar firme al lado del presidente Maduro, solo falta media hora para que vuelva la luz y los minutos comienzan a pasar en cámara lenta, es increíble la cantidad de cosas que puedo hacer desde las 11:41 hasta las 11:48 sí, son sólo 7 minutos, pero sin luz rinden demasiado, los 10 minutos finales es cuando más dudo, recurro a todos los slogans que Alberto Aranguibel y Roberto Malaver han ideado, para reforzar mi aliento revolucionario, ya cuando quedan escasos 30 segundos termino gritando "¡Viva Chávez, rodilla en tierra!" y justo ahí, vuelve la luz, tengo 20 horas más hasta el próximo corte.