El Plan de la Patria, jamás ha sido simplista y cada venezolano debe abocarse a su aplicación para lograr un aprovechamiento útil de cada uno de sus lineamientos y en término de lo social, busca formar un Estado amplio de permanencia política y de desarrollo. La experiencia acumulada en estos últimos años es suficiente para irrigar con fuerza los planteamientos dados para el desarrollo progresivo del país
El presidente, Nicolás Maduro es un personaje cercano como familiar, es atacado de una manera infame por los bachaqueros y quienes se colocan en las colas cada día para abastecerse de alimentos básicos, es una lucha que tiene su propio entorno político que es denigrar de la patria y entregársela a los impostores extranjeros, es una ardua lucha que conlleva su propio lenguaje para agotar a los parroquianos y obvien todo avance dado a favor del país.
América Latina, quién posee una gran influencia de la estructura política alemana y francesa y que muchos de sus dirigentes europeos de influencia rusa se trasladaron a Argentina para criar animales, como Oskar Schindler y otros de influencia judía que fijaron residencia como Colombia, Chile y Venezuela buscan ahora, un apoyo internacional para neutralizar el Proyecto Bolivariano a nivel internacional, es entendido, bajo la asesoría de los Estados Unidos de Norteamérica.
El cambio climático se suma a esta guerra de lobbies y el Estado norteño busca avalar sus intereses empresariales para retomar Argentina y Brasil y apuntalar hacia la tierra de nuestro Libertador Simón Bolívar. Hoy, existe una presión alarmante sobre el parlamento europeo para intervenir bajo la concepción de corporaciones hacia lo que llamamos Arco Minero y el Amazonia.
Pero, el peor enemigo del presidente Nicolás Maduro Moros es el bachaquero, prácticamente se han colegiado en una sola plataforma y corrompe el hilo más sensible de un territorio llamado Estado, como es el mercadeo de productos alimenticios y cuyos precios ya reflejan un alto porcentaje de divisas y sus indicadores estadísticos son altamente elevados.
En todo esto, hay algo importante. Los militares deben regresar a sus componentes militares y dejar las gobernaciones, los países asiáticos, Europa y Norteamérica buscan detonar el crecimiento territorial de Latinoamérica y avanzar sobre éstos terrenos para asentar sus modelos de producción y regresar a políticas del pasado.
En Venezuela, el liderazgo político debe ser legitimado en elecciones generales por el pueblo, un postulado importante dado a conocer por nuestro Comandante Hugo Chávez Frías para avanzar de una manera legítima hacia el Socialismo Democrático, una idea vieja alemana que fue bien sustentada jurídicamente y que el presidente Chávez Frías logró asentar ésta idea en la Constitución Bolivariana de Venezuela.
El pueblo venezolano por naturaleza, es gregario. Pero, fuentes adversas luchan para destabilizar toda una región y producir una secuencia de Golpes de Estado en cadena y cuyo último resultado es la salida abrupta de la presidente Dilma Rousselff de ese gran emporio y aliado del Proyecto Bolivariano, como es el gigante económico Brasil, que, creció bajo las alas de los Estados Unidos.
La historia, nos habla directamente. Ya no es tiempo para románticos, es hora de producir y trabajar, el destino ya está escrito y el tiempo de las grandes batallas es una realidad.
Nadie, puede lucir entrampado, es menester dar a conocer nuestra opinión pública, es el momento de seguir reflejando nuestra posición política y descubrir los movimientos de opinión que se vienen dando., las urnas electorales nos esperan, ya somos un país político, pero, debemos evitar el exceso de populismo, debemos crecer y avanzar hacia la gran República que soñamos bajo el manto del Generalísimo Francisco de Miranda y Simón Bolívar. Los pobres son la garantía de paz, lo demás es silencio. Para crecer es necesario producir alimentos e industrializar al Estado, no crear Corporaciones presta al chantaje y la corrupción.
Cumplir a cabalidad con el Plan de La Patria es fundamental, de lo contrario las luchas se harán reversibles o irreversibles.