En el MPPC sus trabajadores quieren discutir posibilidades de un CLAP

Mientras un grupito, al que califican de bandidos con prontuarios en Brasil, los cuales revelan el traje con el que los ven los habitantes del gigante de sur, implementan un ardid político para sacar a Dilma Rousseff de la Presidencia de su país, en Venezuela, las trabajadoras y trabajadores del Ministerio de Poder Popular para la Cultura, MPPC, se aprestan a discutir sobre la construcción de su Comité Local de Abastecimiento y Producción, CLAP, y de esa manera aportar su apoyo al combate contra quienes le hacen la guerra económica a la nación.

El planteamiento de quienes activan el proceso cultural de la mano de MPPC, es de una importancia inimaginable, que pensamos y dejamos en estas líneas, esa maravillosa idea de que debe ser extendido a todas las instituciones que constituyen o dependen de la Administración Pública, muchas de las cuales disponen de amplios terrenos para la producción.

El ejemplo más cercano que tenemos los venezolanos reside en las instituciones educativas y de formación, como es el caso de las universidades.

¿Conocen los venezolanos la cantidad de terrenos con el que cuenta –valga el ejemplo- la Universidad Central de Venezuela, UCV, si, la misma de donde egresaos ¿

Sus grandes extensiones, bien sembradas y con espacios bien organizados para la cría de aves y pequeños mamíferos, facilitarían la alimentación de su amplio estudiantado, pero eso no les interesa a sus actuales autoridades, que están en contra del gobierno revolucionario de Venezuela y sólo les pareciera interesar los presupuestos –como dicen por allí- y oponerse al gobierno bolivariano.

¿Saben de esta realidad los estudiantes universitarios, esos mismos que pese a las inversiones que se hacen en el comedor universitario, terminan por no comer en él.

Este asunto de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción, CLAP, es quizá una de las herramientas más productivas que se puede poner en marcha en Venezuela. ¿Cuántas universidades e institutos universitarios tenemos para crear esos tremendos CLAP? Pero además de eso, está el apoyo científico y tecnológico que tanto profesionales como estudiantes pudieran dar a esos CLAP.

¿No les da pena a los estudiantes, profesores, empleados administrativos, obreros y demás trabajadores, universitarios ver como los terrenos son desperdiciados en la Universidad Central de Venezuela, UCV?

En realidad es altamente vergonzoso –para todos ellos- ver cuán descuidadas –si se quiere arruinadas- las grandes extensiones que poseen las universidades venezolanas. Particularmente pongo como ejemplo dos de esas instituciones que tienen muchos espacios para ser sembrados así como lugares para la cría de aves y pequeños mamíferos como conejos. Lo único que me cabe preguntar, en esta ocasión, es:

¿Por qué los estudiantes –que son la mayoría- no opinan? ¿Carecen de derecho para opinar y deben continuar siendo manejados por gente que no les interesa el país?



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Pedro Estacio


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