¿Qué se entiende por "Diálogo"? (I/II)

"Somos palabras

en un mundo nacido de la palabra

y que existe sólo como hablado"

Ernesto Cardenal: Cántico cósmico

"¿Tu verdad? No. La Verdad,

y ven conmigo a buscarla.

La tuya, guárdatela"

Antonio Machado

"Las mutaciones no dirán nada al que no puede o no quiere comprender…."

I Ching

En la presente reflexión me propongo intentar dar unas pinceladas que ayuden a dotar de contenido a la palabra "diálogo". Aunque puede parecer una perogrullada, en Venezuela (tu país, mi país, nuestro país) tenemos un grave problema y consiste en que los problemas importantes se trivializan y los debates serios resultan imposibles. Parece que nuestros tiempos son tiempos de insensatez, porque no se busca más allá de lo inmediato. Nos conformamos con lo que hay, estamos muy bien instalados en el presente, "perfectamente instalados en la finitud". La sabia advertencia actitudinal de G. Steiner pide ser escuchada ahora mismo: "Ninguna comunidad prospera al abrigo de las sospechas".

Al principio fue el Verbo, pero este elemento fundamental de la historia humana y la civilización está a punto de quedar aniquilado por las actuales formas de vida. Hay una palabra a la que hoy se le atribuye efectos mágicos y que, en ocasiones, se utiliza buscando imponer con guante de seda mis propuestas u opiniones, sin buscar realmente un acercamiento al otro. Es la palabra diálogo. Dialogar supone encontrarse con el otro "a través" (dia-) de la "palabra" (logos).El diálogo que en otras épocas constituía el núcleo central de la convivencia interhumana, ha sido sustituido por el mutismo y a incomunicación.

Cuando de lo que se trata es de imponer mi opinión, la palabra diálogo produce una gran frustración. Porque incluso, en el mejor de los casos, el diálogo no puede reducirse a una cierta tolerancia y un vago deseo de entenderse. Esto es sólo el primer paso, importante, sin duda, en la medida en que va mas allá de los conflicto. No cabe duda de que el diálogo es un fenómeno humano que forma parte de la estructura del ser humano. Éste más que lobo para sus semejantes, como pensaba Hobbes, es un ser social, y la sociabilidad implica espacios de comunicación, escenarios de encuentros, lugares de diálogo.

Pero hoy debemos pasar del diálogo a la creatividad común. Pasar del hablar juntos al crear juntos. ¿Qué pueden crear juntos los grupos políticos, los grupos económicos, los grupos académicos, los grupos religiosos, los grupos artísticos? Esa es la pregunta que el "pueblo" se plantea y nos plantea a todos. Esa es la cuestión esencial para compartir la vida con aquellos que nos resultan diferentes interactuar y preguntarnos qué podemos crear juntos.

Para superar los que nos separa, o incluso mejor, para vivir con lo que nos separa, nada como buscar los que nos une, buscar aquello en lo que podemos colaborar unos con otros. Ser creativos, yendo más allá de las diferencias, para trabajar juntos en lo que puede unirnos. Posiblemente lo que puede unirnos es también lo más urgente.

Tal como están hoy las cosas en Venezuela, el primer paso serio para lograr un diálogo autentico, serio, responsable, trascendente, productivo; no puede ser otro sino el de "abrir los ojos" a la realidad, que nos envuelve. Fuera del conocimiento de la realidad, el diálogo se hace inevitablemente insincero, si no imposible. Una cosa esta clara: sin proximidad espiritual, sin convivencia profunda y sin calor humano el diálogo es imposible. El objetivo es, alcanzar, a través del diálogo y la interacción de los agentes sociales, las opciones mas aptas para afrontar lo mas democráticamente y óptimamente los problemas de la sociedad venezolana.

Un autentico dialogo requiere una serie de condiciones. En primer lugar el respeto mutuo y la escucha atenta de lo que todos los interlocutores tienen que decir. También implica la sinceridad de todos y cada uno y el reconocimiento de la mutua diferencia. El diálogo supone un deseo sincero de entenderse, de avanzar en la mutua comprensión, de incorporar las ideas y aportaciones del otro que pueden resultar enriquecedoras, e incluso de corregir las propias posiciones si se demuestra que son incorrectas o mejorables.

Ahora bien, para entenderse hay que hablar un lenguaje que, al menos en lo esencial, sea común a los interlocutores y en el que sea posible traducir para el otro la propia posición. Es necesario, para que se dé el dialogo, encontrar un punto de partida y una metodología común. ¿Cuál será en la realidad actual venezolana este punto de partida y esta metodología común?

El mayor enemigo del dialogo es la cerrazón, traducida como fanatismo -fundamentalismo. Fundamentalismo es sinónimo de rigidez mental, fanatismo y parcialidad, incluso de agresividad y violencia; va asociado a la intolerancia. El fundamentalismo es la tentación de toda política y, en definitiva, de toda postura convencida, en la que uno cree que se juega el ser o no ser. Convencida pero no necesariamente convincente. Por lo tanto, el diálogo supone también que la comprensión de mi mismo no me encierra en mí mismo.

Buscar al otro dentro de nosotros mismos incluye, como momento irrenunciable, apartar de sí la tentación siempre latente de la voluntad de poder, del dogmatismo, del narcisismo, de la soberbia y otras manifestaciones inherentes a toda actitud solipsista y autocéntrica.

Contemplando el panorama actual de nuestra sociedad, podríamos decir que el problema capital con que nos enfrentamos los venezolanos es la mentira. El diálogo por sí mismo no resolverá los problemas de Venezuela, pero, inevitablemente, todos nuestros problemas deben solucionarse a través del diálogo. Porque no basta comprender, es necesario actuar. El fin último del diálogo, no es desarrollar en nosotros o a nuestro alrededor el máximum de sinceridad, sino asumir el máximo de responsabilidad y transformar el máximum de realidad, a la luz de las verdades que se hayan reconocido. Por lo tanto, el dialogo es una (¿la?) condición necesaria para resolver nuestros problemas.



 



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Luis Antonio Azócar Bates

Matemático y filósofo

 medida713@gmail.com

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