Ciudadano Ministro, asistí y seguí con atención sus planteamientos sobre el análisis de la coyuntura actual de la agricultura nacional, de la gestión de las instituciones vinculadas y el plan de semillas.
Sobre este último aspecto vale resaltar la referencia, que para la producción de insumos biológicos incluida la semilla, se incluye al IVIC, INSAI, SEHIVECA e INIA, lo cual me parece un gran acierto, al igual que su complementación con IDEA y CIEPE para dar fortaleza tecnológica al motor agroalimentario; es la primera vez que un Ministro de Agricultura, toma tan importante decisión. Es de resaltar el papel del INIA en esa mancomunidad por su expertica y organización, para actuar en el campo real de la producción y su habitual disposición y experiencia de participación en proyectos interinstitucionales; no obstante el progresivo deterioro de la institucionalidad de la investigación en el INA es un escoyo a superar.
Deterioro que lamentablemente comienza, con la transferencia del INIA al Ministerio de Agricultura y Tierra, en julio del 2007, aunque con intentos de recuperación que comienza a partir de septiembre del 2014, con la gestión de Margaret Gutiérrez, actualmente estamos en un punto muerto a pesar de las buenas intenciones; a mi juicio por la lentitud en la toma de decisiones acertadas y el desconocimiento de la operatividad institucional claramente definida en la ley de su creación promulgada en agosto del año 2000. En donde el presidente del INIA tiene como función el relacionamiento político, motorizar esfuerzos para la consecución de recursos para la investigación y para el legítimo merecimiento de sueldos y beneficios, tanto de los componentes administrativos y operativos de campos y laboratorio, como de los investigadores que motorizan y justifican el resto de los sectores laborales; así mismo hay indicaciones para las Gerencias, Discreciones de Centros y Oficinas Operativas
Importante es referirse a la Gerencia General, garante de la operatividad institucional, en el soporte para la ejecución de planes y de asistente o acompañamiento del Presidente del INIA, en áreas o lugares donde dicho funcionario no pueda asistir o tenga poca experticia de los problema a tratar e igualmente puede combinarle situaciones con otras Gerencias y Directores de Centros: Para cumplir dicha función debe estar dedicado a tiempo integral, no compartible con ninguna otra función; otro aspecto importante es que la Presidencia debe evitar las figuras de asistentes personales en la oficina de Maracay, porque se convierten en una suprafigura, proclive a trasmitir influencias, que opacan al resto de las Gerencias. La asistente o el Asistente debe ser del Gerente General para que le contribuya en sus relaciones con la Presidencia, Gerentes y Directores y le organice las Agendas de la Comisión Clasificadora de la cual es su Presidente y de la Junta Directiva de la cual es su secretario, entre sus funciones de mayor jerarquía en la dinámica institucional
Por aquí es donde hay que empezar, para completar la recuperación de la institucionalidad de la investigación, con la perspectiva de concretar la homologación de salarios con el sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, con los cuales se solicita trabajo mancomunado: Bajo las circunstancias actuales (con suelos entre 100 y 150 % inferiores al resto de las instituciones con que debe interactuar) además de desmotivador, profundiza la degradación como ente fundamental de la investigación agrícola.
Si no se toman los correctivos, para el tratamiento adecuado del personal de investigación a participar en el plan de semilla y otros proyectos, pueden resurgir, situaciones que en el pasado (2012 hasta 2014) causaron un grave daño a la producción nacional de semillas, donde solo por la bondad de los agricultores cooperadores, para proporcionar la movilidad y los costos de alimentación de los técnicos fiscalizadores de campos y asistentes de las buenas prácticas de producción, se pudo mantener a duras penas la tradición del INIA en ofrecer a los productores, semillas de calidad de sus Cultivares Elites; o de la exitosa, pero triste experiencia de la participación del INIA en el censo de productores para la Gran Misión Agro-Venezuela que termino asumiéndola en gran parte el INIA, gracias a la colaboración de las comunidades y de dueños de fincas, que aportaron alojamiento y comida a muchos de los funcionarios del INIA, en conocimiento de sus falencias, por no disponer de viáticos, en comparación con funcionarios de otros institutos del Ministerio de Agricultura y Tierra, que se movilizaban en regiones de menor complicación, con logística, salarios y gastos adecuados como lógicamente corresponde.
La situación actual para el personal del INA es de mayor dificultad, la precariedad de sus salarios, les obliga a la permanencia en largas colas para la obtención de productos regulados, con frecuentes frustraciones por turnos fallidos, sumado a las dificultades para cubrir los costos de transporte y de útiles para los hijos de edad escolar. ¿Con que ánimo un personal de investigación con dicha presión socioeconómica puede dedicar sus mejores esfuerzos, al proceso interactivo de investigación producción de insumos biológicos, planteados?
No obstante sobre todas estas precariedades, el apego y compromiso institucional del personal de investigación, amalgamado por el liderazgo de la Investigadora Delis Pérez (Gerente de Investigación) ha prevalecido, para que la Presidencia y el Ministerio, dispónganla de un plan estructurado para recuperar la producción de semillas en el país. Sin embargo es preocupante el injusto ataque que está recibiendo dicha funcionaria, de miembros de organizaciones con supuestas funciones de apoyo político a la gestión de gobierno y de algunos investigadores no alineados. La labor de Delis es la que está salvando lo que queda de la institucionalidad de la investigación y debe seguir formando parte del equipo de trabajo que ha de avanzar con ejecutorias y productos tangibles de desempeño en este y otros planes que está contribuyendo a realizar.
No podía concluir estas notas, sin referirme al personal que maneja nóminas y los recursos para sueldos y salarios, que están muy bien eslabonado para el personal administrativo y obrero, cuando ocurre cualquier incremento salarial, no así para el personal de investigación, al cual se niega cualquier referencia, del ejecutivo para la actualización de escalas, porque supuestamente requiere de un decreto especial. Situación que consideramos superada con la aprobación de la homologación al Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología que ya tiene un decreto paragua.
Es una situación a evaluar y analizar en otras instancias, para evitar el frecuente ritornelo histórico de la Oficina de Recursos Humanos, hoy denominada como de Gestión Humana; que se han acostumbrado a un esquema de actuación que afecta la dignidad de los investigadores, unido a que no priorizan la actualización de cálculos, aun cuando lo solicitan las autoridades