"Tirarán a la calle la plata, tendrán el oro por inmundicia; ni su oro ni su plata podrán salvarlos el día de la ira del Señor, porque fueron su tropiezo y su pecado"
Ezequiel 7,19
"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio"
Cicerón
Nadie puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará al otro, o se entregará a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a Mammona. Esta lucha grande y dinámica de la que Jesús habló (Mt 6,24) continua hoy con toda su fuerza. Mammona es una palabra aramea que se traduce como dinero, riqueza; es la riqueza con la que Satanás tentó incluso a Jesús: "Te daré todo esto si postrándote me adoras".
Debemos aprender a conocer de cerca el ídolo que, desde siempre, aparece como el rival más temible de Dios: su nombre es Mammona (Mamón). Una palabra suave, tranquilizadora, un tanto bonachona. El sonido mismo nos hace experimentar una agradable sensación de comodidad: Mammona. En realidad sus orígenes no tienen nada de noble. Hunde sus raíces en un terreno repleto de venenos. Su pasado y su presente resultan decididamente equívocos .Guarda muchos esqueletos en su armario.
Mammona es un vocablo que, en la literatura judía, se usa casi siempre en sentido peyorativo. El Targum y el Talmud hablan abiertamente de "Mammona de iniquidad" o de "riquezas mentirosas". Embusteras, engañadoras, ante todo en el sentido de que no ofrecen lo que promete, no aseguran la felicidad que dejan centellar ante los ojos cegados por su esplendor. Y, además porque falsean las relaciones con Dios, con nosotros mismos, con los demás.
Según A.Chouraqui: "El caso más evidente del culto idólatra es la adoración a Mammona. Desde la invención del dinero, que tuvo lugar en el siglo VII a.C., los hombres han tendido a menudo a olvidar que era solamente un símbolo convencional de riquezas mucho mas tangibles, como las cabezas de ganado, los moyos de grano o las cestas de frutas. Con la llegada del papel moneda, de los cheques o de las tarjetas de crédito, el soporte material del dinero se ha ido haciendo cada vez mas abstracto, pero su poder de adquisición ha seguido estimulando el ejercicio del poder y toda clase de avaricia, haciendo del dinero mismo, moderna versión de la antigua Mammona, un objeto de adoración, en la confusión mas total entre el fin y el medio".
Precisamente esta palabra blanda, Mammona, tiende inexorablemente a ocupar el puesto de Dios y se convierte, de ese modo, en idolatría. Un corazón ocupado por el dinero, secuestrado por él, es un corazón vacío de Dios, un corazón que ha desahuciado a Dios. Es la idolatría la que nos hace violar las normas de la vida moral. Todo pecado tiene aquí sus raíces. Un ateo puede rechazar a Mammona en el acto mismo de optar por los pobres, heredando así el reino de Dios. Pero los idolatras son adoradores de Mammona que roban a los seres humanos y abusan de la naturaleza, contribuyendo de este modo al reino de la pobreza y al caos ecológico. Mammona, con el espejismo de dártelo todo, te lo quita todo. De modo particular, te oculta la realidad. Te venda los ojos. Así, no ves los limites, la precariedad de los bienes, la fragilidad de todas las cosas.
Mammona es el responsable de la libido possidendi. La libido possidendi (codicia+ avaricia) es la seducción ejercida sobre el hombre por aquella ansia de posesión que se centra en la perversa fascinación del tener, del poseerlo "todo de inmediato"; hoy, en particular, esta asume el rostro de una desenfrenada idolatría del dinero. Es un desorden poner el dinero por encima de otros bienes mas altos (que lo son casi todos) .Y esto puede suceder sin apenas advertirlo, porque la lógica del dinero va acompañada frecuentemente de esa sensatez equivocada y loca, que hace que parezca razonable lo que, en realidad, es un gravísimo error (Decreto 2248).
Desde el punto de vista sociopolítico, podemos pensar en el ansia que lleva a explotar los recursos naturales de la creación en beneficio exclusivo de una exigua minoría de personas, sin preocupación de los enormes sufrimientos que de esto se derivan para el resto de la humanidad y para las generaciones futuras. Esta forma de idolatría se manifiesta al considerar la posesión de los bienes como un fin en si mismo y al justificar cualquier medio que permita acumular la mayor cantidad posible, contradiciendo así su destino común, universal. A este respecto no habría que olvidar nunca las inquietantes palabras que Satanás dirige a Jesús en Lc 4,6:"Te daré todo ese poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido dado y yo lo doy a quien quiero". Quien está prisionero de esta pasión-enfermedad libido possidendi llega incluso a considerar la dimensión del tener como más importante que la del ser.
CODA: Señor Presidente Nicolás Maduro Moros
Vivimos un tiempo de mentiras permanentes, que enmascaran la verdad. Algunas personas están tan acostumbradas a la falsedad, que ya no son conscientes cuando son sinceras o hipócritas. Ya no es válido aducir ignorancia en descargo de nuestra irresponsabilidad, puesto que se trataría de una ignorancia dolosa y culpable. Presidente ya no podemos prescindir de una dimensión de responsabilidad ante el futuro, puesto que la existencia y la calidad del mismo dependen de nuestra libertad ampliada por la ciencia y la tecnología. El futuro depende de nuestra actuación ética. La afirmación de Hans .Jonas es acertada: "Solamente sabemos qué está en juego cuando sabemos que esta en juego";sólo en la pérdida de algo se patentiza su valor , y cuando se trata de humanidad y de humanos , es inadmisible que ocurriera una desgracia como la pérdida o daño irreparable a la humanidad ante nuestro mas cómplice y culpable asombro. Per un pugno di dollari; no vale la pena (por criminal, diabólico, pecaminoso e injusto) mantener el decreto 2248 , el cual traerá consecuencias no deseables , como son: pérdida de recursos naturales, reducción de la biodiversidad, trato inapropiado a especies, contaminación irreversible de ríos y acuíferos, deforestación, y, en definitiva , todo lo que amenaza la supervivencia de las generaciones presentes y futuras. Recordemos a Antonio Machado; no seamos necios confundiendo precio con valor.No permitamos que Mammona destruya la posibilidad de alcanzar el Reino de Dios (algún tipo de Socialismo) aquí en nuestra Patria.