El jueves 30 de junio, hacia fin de tarde, topé en los alrededores de la Plaza Bolívar con el poeta Leonardo Ruiz Tirado, quien me consultó sobre mi ausencia a un foro que se había realizado el día anterior y al cual supuestamente yo estaba invitado como uno de los ponentes. De inmediato le respondí que yo no me había enterado de tal invitación. Mi desconcierto aumentó cuando me enteré (después de que Leonardo me enseñara el programa, para confirmarme que decía la verdad) de cuál era el tema del foro: Paz y Derechos Humanos. Imagínese el lector, un tema tan importante para los venezolanos en este momento y yo he quedado como un irresponsable que dejé embarcados a los otros foristas, a los invitados extranjeros que participaron y al público asistente. Sépase que me siento absolutamente responsable por lo que ocurre en mi Patria en esta hora decisiva, así que de ninguna manera hubiese faltado a esa cita ¿Será que sí me invitaron y no pude enterarme? En medio de mi estupor conjeturo posible que alguien me haya enviado un correo. No lo creo, pero puede ser, pues a mí me llegan más de 100 correos diarios –no exagero- y no sería la primera vez que un mensaje se me pierde en esa selva. Pero en el ministerio de cultura tienen mis teléfonos, pues me han llamado muchas veces ¿No es lo que se usa en estos casos el confirmar a los invitados para que no ocurran cosas como esta? A mí lo que me importa es que yo soy un militante cotidiano de esta Revolución, así que me molesta tener que pasar por este trance que me puede hacer quedar como un soberano hablador de paja y un revolucionario de pacotilla.
Por supuesto, yo sé que queridos amigos poetas William Osuna y Andrés Mejía, que hasta donde sé están involucrados en la organización del Festival, no son para nada responsables de este desaguisado, como tampoco lo es nuestro ministro de cultura, Freddy Ñáñez, un compatriota con múltiples responsabilidades que no se va estar ocupando de esos detalles. Pero alguien ha de ser responsable de que yo no me haya enterado del foro aunque mi nombre aparece en el programa para vergüenza mía, y ese alguien no soy yo. Es todo lo que quiero dejar en claro.
Finalmente, quiero felicitar de nuevo a mis hermanos poetas por este estupendo Festival y desearles que les siga yendo tan bien en el evento como hasta ahora. De paso saludo a Tarek y a Pacheco, los homenajeados. La verdad que sin arte ni poesía, nada la vale la pena.
