Otra desviación cometida por el gobierno socialista ha sido el de crear un clima de derechos infinitos con muy pocas responsabilidades y deberes. Desde la constitución de 1999 sus articulados nos evocan un sin números de derechos, reivindicaciones y posibilidades, pero que no van acompañada por la internalización de las responsabilidades que tiene el venezolano con el país. Desde los derechos humanos más generales hasta los más específicos derechos de los niños, mujeres, trabajadores, indígenas, afro descendientes, privados de libertad, así como la mayoría de leyes y reglamentos aprobados durante este gobierno están cagados de buena fe y de los más hermosos principios universales de los derechos humanos y de la naturaleza, pero no es equivalente a la parte correspondiente de los deberes y obligaciones, así como los controles y los castigos a quienes incumplan.
No solo el Estado, la sociedad toda: gobierno, todos los poderes públicos, los empresarios privados, los trabajadores, profesionales y técnicos, estudiantes, amas de casa, todos absolutamente todos debemos contribuir con el surgimiento de una sociedad pos petrolero y más aun post rentista. El petróleo seguramente seguirá siendo una fuente de riqueza, pero debe ser marginal, no representar más de un tercio de nuestras exportaciones, de lo contrario el rentismo seguirá existiendo y por tanto los otros sectores de la economía al ser subsidiado y protegidos por la renta petrolera serán siempre parasitarios e ineficientes y tenderán a desaparecer.
Toda la sociedad debe contribuir a la nueva sociedad productiva , no solamente con la idea de que toda la tierra puede ser productiva y hasta en las más modernas ciudades se puede generar alimentos, que además podemos producir bienes industriales pero fundamentalmente con materia prima y tecnología propia, este es el eslabón económico más difícil de resolver y que el requerirá más tiempo de transformación, no solamente por los costos que ellos representa sino por el cambio cultural de nuevos patrones de consumo que nos obligue a consumir lo nuestro y no lo importado.
En otros escritos hemos comentado que el bachaqueo representa lo peor del rentismo y la cultura petrolera, es el clímax de la miseria humana, su desaparición sea por el agotamiento de los productos importados y bienes esenciales para los venezolanos o por el control que ejerza el estado sobre la producción y distribución de los bienes tendrá que permitir el surgimiento de nuevas formas de producción y distribución socialista. El bachaqueo es un sistema, no es lo que simplemente percibimos, al ver un grupo de personas que se benefician haciendo largas colas frente a los mercados, para luego vender a precios desorbitados ligado a lo que se ha llamado el dólar paralelo.
En realidad estas personas que durante los últimos 3 años se habían beneficiado a expensa de la mayoría de los venezolanos, pero que en un primer momento ni siquiera el gobierno los enfrentó por considerar que era un mecanismo de defensa y que algunos de ellos habían alcanzado cierto bienestar económico, lo que contribuida a disminuir la pobreza. Pero hoy se fue de las manos, el bachaqueo representa una red delictiva que surge de entes empresariales que producen, importan y distribuyen bienes básicos y bajo la complicidad de sectores gubernamentales y militares, que bajo preventas han permitido y gracias a la diversidad de la variedad cambiaria han constituidos estos mecanismos, en beneficio de grandes grupos económicos y políticos y de comerciantes medianos que ahora venden en pocas horas y con mayor ganancia lo que antes vendían en días, siendo perjudicados la mayoría de la población consumidora, que al final también se devora al eslabón más humilde del bachaqueo, que son los que hacen las colas y que son además los que son fácilmente culpabilizados y castigados, no así las mafias económicas políticas y militares que los dirige.
Hoy todo se nos ha juntado; crisis económica, inestabilidad política, crisis del agua y de la electricidad, pues, debemos decir: bienvenidas sean estas crisis, si permiten que surja una nueva sociedad, un nuevo venezolano. El respeto a la naturaleza, el vivir natural, la conservación del agua, la energía eléctrica, el gas, la gasolina, nos están obligando a una nueva forma de ver la vida, en este momento después de 100 años de despilfarro de la cultura petrolera se nos hace difícil asimilarlo, pero convencidos estamos de que es para bien.
Con la crisis se ha puesto de manifiesto la creatividad del venezolano, han surgido nuevas pautas de producción: desde nuevas industrias, en el área de automotriz, en los trabajos domésticos, los venezolanos están buscando la manera de ahorrar el dinero y utilizar de mejor manera los recursos. Desde la familia clase media que ante todo lo pagaba para que lo hicieran otros, hoy se unen para buscar soluciones familiares a problemas de servicios, uso más eficientes de los automóviles, ahorro de la gasolina, cultivos familiares, organización en los barrios para producción de bienes básicos para satisfacer sus propias necesidades, como lo son los productos de limpieza, del hogar y de cuidado personal, igualmente lo vemos en la alimentación, cuando las amas de casa llevan al máximo su capacidad creativa y ahorrativa; cocinar sin aceite y gas, hornear, usos de plantas aromáticas y nuevos tipos de vegetales desconocidos, fabricación de nuevas harinas, producción de carnes usando vegetales. Todas estas habilidades que forman parte de nuestra cultura milenaria, pero que se habían olvidado por los males del consumismo que genera la renta petrolera.
En este sentido ha sido nuevamente protagónico el papel de la mujer, lamentablemente en el contexto de una sociedad machista, el rol de la mujer en la producción y alimentación familiar, así como en los niveles organizativos que ha sido uno de los grandes avances de este proceso revolucionario, pero que se ha intensificado y ha tomado mucho más valor en estos momentos de crisis.
A pesar de los enfrentamientos políticos, la imposibilidad del dialogo, la violencia callejera, las amenazas permanentes de saqueos que pudieran llevar a estallidos sociales, y peor aun a una guerra civil, lo cierto es que hemos visto en esta población resistencia a la violencia, el pueblo organizado ha dado demostración de madures política y a pesar de las angustias y molestias lógicas, el pueblo se resiste a la violencia, quiere la paz, gracias a que hoy -a diferencia de hace dos décadas atrás- tenemos un pueblo organizado y formado políticamente.
A nivel internacional, a pesar de todos los intentos de provocar una intervención extranjera sobre Venezuela, de que en todo el mundo se construya una matriz de que aquí no hay democracia, de que estamos frente a una dictadura, que "nos estamos matando" y "muriéndonos de hambre", lo que permitiría legitimar la supuesta ayuda humanitaria y que sabemos que en otros países se ha convertido en la justificación para una intervención.
Por el contrario, la mayoría de naciones del mundo- aunque no conozcan ni compartan el proyecto político venezolano- han llamado al respeto de la soberanía. La siembra internacional del petróleo, que el gobierno de Chávez hizo en forma humanitaria, como principio internacional de solidaridad socialista, está siendo retribuida con creses por parte de nuestros hermanos países de América Latina y del Caribe, que además de proveernos de muchos de los productos que hoy estamos importando, nos han brindado su apoyo político para impedir que intereses hegemónicos intervengan nuestra nación.
Somos optimistas convencido estamos de que este será el peor año de la crisis, pero ya existen indicadores de que este mismo año se debe ir revirtiendo la situación. Este es el verdadero momento del socialismo. Con todo lo que he señalado anteriormente difícilmente alguien puede estar en desacuerdo, trate de asumir una posición no pensando en el proyecto socialista sino en la Venezuela post petrolera, ahora de lo que se trata es responder: en qué sociedad nueva va a emerger esta economía post petrolera?, yo apuesto al socialismo, creo que es la única que puede garantizar una sociedad justa y equitativa, donde no se imponga nuevamente el neoliberalismo y no se pretenda salir de la crisis solamente por la vía del endeudamiento y la entrega de nuestras materias primas esenciales, principalmente el petróleo. Con todas las deficiencias y errores de este proceso revolucionario, frente a la crisis, no podemos olvidar todas las reivindicaciones populares alcanzadas y lo más importante la revalorización y reconocimiento de un pueblo anteriormente excluido.