¡Dios nos ampare! Pérez Abad anuncia dos aumentos salariales

El Seniat acaba de informar, lo que en la opinión de quienes allí dirigen, pareciera ser una cifra impresionante, se habla de billón, lo que realmente no sé qué significa, ni mi cabeza puede darle cabida a ella, en ingresos al Estado por Impuesto. Esa cifra, en muy buena medida, se deriva simplemente de la inflación y por esta, la alarmante cantidad de dinero que los consumidores esquilmados por aquella, devolvemos al Estado. Especuladores de todo tipo se hinchan de dinero, en todas aquellas áreas donde no se está sujeto a salario anclado, precios de mercancías de todo tipo, como servicios profesionales; comerciantes que se resarcen de inmediato a costa del consumidor, no reducen o anclan sus ganancias, más bien aprovechan la contingencia para inflarlas ilegal e injustamente y el Estado, a través de la tasa por IVA, hace exactamente lo mismo. El Estado entonces tiene sus razones para anunciar, cual si hubiese ganado una batalla popular, como tal en beneficio del pueblo, que a éste ha sacado del bolsillo casi todo lo que percibe por su trabajo. No se trata de aumento de la producción, menos del consumo de los venezolanos que estamos constreñidos a una comida de subsistencia; sólo es aumento de la velocidad y volumen del reciclaje del dinero de donde sale, pasa fugazmente por el bolsillo de los trabajadores y regresa a los grandes empresarios y al Estado.

Coincidiendo con esta información, y porque una cosa tiene que ver con la otra, el ministro Miguel Pérez Abad, de repente informa que en lo que queda del año habrá dos aumentos de salario. Supone uno, se refiere al salario mínimo, lo que significa dejar por fuera a quienes, como los educadores, contrataron hasta el 2018, cuyos aumentos de la reciente contratación ya se los llevó en los cacho la inflación y valor de cesta básica. Es más, los aumentos previstos en ese contrato, que continuarían hasta el 2018, lo están en cifras irrisorias que no alcanzarán ni al 5% del nivel inflacionario para aquella época, según cómo van las cosas. Cuando lleguemos a la fecha de iniciar la discusión del nuevo contrato a partir de ese año, ya los educadores estarían muertos de inanición. Y así será porque como siempre se alegará que debemos esperar el vencimiento del contrato. Lo que de paso, debe enseñar a los sindicalistas "libres", una cosa que deberían saber, en una economía inflacionaria como la nuestra no se puede contratar a tan largo plazo. No obstante, les recuerdo, si es que no están dormidos, que estamos en año electoral.

Pero lo que quiero destacar es que el anuncio de Pérez Abad en materia salarial, que lo ofrece como forma para proteger el ingreso de la mayoría del pueblo, del cual formamos parte los maestros, se contradice con lo que ofreció hace más de dos meses. Según él, casi al iniciarse como ministro, cuando el pomposo anuncio del encendido de motores, cuyo ronroneo sólo se percibe por eso, por los anuncios y sus reuniones con más del 70% del empresariado, dato también aportado por él, para esta fecha los anaqueles estarían rebosantes, las colas extinguidas y los bachaqueros buscando trabajo decente para contribuir con la producción y progreso nacional. Eso hubiera significado aminorar el ritmo de aumento de precios y la posibilidad que los incrementos de salario que ahora ofrece, sirvieran para buscar el justo equilibrio y en verdad proteger a los venezolanos dependientes del ingreso mínimo y más allá.

Pero uno sabe bien cómo están las cosas; tal para decirlo con un ejemplo parecido al del topocho usado por mi amigo, compañero y colega Evaristo Marcano, en menos de dos semanas, el precio de la masa de maíz para hacer las arepas, ahora indispensable porque no hay harina precocida, de Mendoza ni del gobierno, pasó de Cuatrocientos Bolívares a novecientos. Eso es un salto de más del 100 %. Repito, en menos de dos semanas. Lo mismo pasa con la yuca y el casabe. Sabemos que lo que Pérez Abad nos está advirtiendo desde el gobierno, asunto en el cual las fuerzas sindicales parecen pintadas en la pared, sean del gobierno u oposición, que no nos hagamos ilusiones, la inflación no va a parar, seguirá campante e inderrotable. Nos está advirtiendo que nos peguemos de la pared y sólo para aliviar un poco la carga, hasta apenado el gobierno por la enorme cantidad de dinero que le entra por el IVA, porque ahora el petróleo somos nosotros, optará por darle a los del salario mínimo y pensionados un pequeño aumento y hasta insignificante en razón de la velocidad de la inflación.

Está reconociendo Miguel Pérez y, a mí eso me apena, que sus predicciones se vinieron al suelo; sólo que como el gobierno todo, opta por hacer como el avestruz. Y eso es grave y hace que uno se haga aquella pregunta que tanto nos gusta por ella y las circunstancias, hecha por el bonguero que remontaba el Arauca en la novela gallegiana: ¿Con quién vamos?

 



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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