El reciente anuncio de incremento del Salario Mínimo Nacional y Ajuste de las Tablas Salariales de todas y todos los trabajadores de la Administración Pública, Centralizada y Descentralizada, incluidos las y los universitarios, las y los militares en un 50 por ciento, complementada con el incremento de la base de cálculo a 8 unidades tributarias del llamado Cestatiquet Socialista, ha reabierto el debate tradicional de los modelos de sociedad que se confrontan en la realidad política nacional de nuestra República Bolivariana de Venezuela. Por un lado, tenemos a nuestro camarada Presidente Nicolás Maduro quien, mediante esos justos incrementos salariales y del beneficio del Cestatiquet Socialista procura, no solo mantener, sostener y mejorar los ingresos de la clase trabajadora, sino su derecho humano fundamental a la Alimentación, en fin, lo social por delante. Por la contraparte, en oposición, tenemos al factor de la burguesía nacional y transnacional, representado por Fedecámaras, Conindustria, Consecomercio, entre otras organizaciones de la patronal burguesa y sus agentes políticos organizados en la MUD, quienes le contraponen su visión neoliberal de la sociedad, que procura la primacía del mercado por encima de los seres humanos, dicho en palabras de la presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde: "La desindexación de sueldos y jubilaciones sería una vía de consolidación fiscal y contribuiría a contener la espiral precios-salario". Seguro se preguntarán, qué quiso decir la Lagarde con eso. La propia palabra, nos induce a pensar que viene a ser lo opuesto a indexación. En nuestro caso, el Presidente Maduro ha asumido como practica de Gobierno, decretar incrementos del Salario Mínimo Nacional en línea a como vayan incrementándose los precios, o la inflación de los meses precedentes a la fecha de su decisión presidencial, estableciendo como períodos a ajustar el Salario, cada trimestre. Pues bien, el FMI es contrario a esa política y propone entonces, desligar, desvincular, desindexar, los ajustes de sueldos y pensiones de la tasa de inflación o Índice de Precios al Consumidor.
Si bien, no lo dicen explícitamente, la experiencia reciente en la Argentina de Macri nos sirve de ejemplo, pues allí, se han liberado todos los precios de los bienes y servicios. Mientras, dicho gobierno se niega a ajustar salarios y pensiones, a convocar las llamadas "paritarias" para discutir con los sindicatos el tema salarial, en apego estricto a las recomendaciones que el FMI les hiciera: "Si se igualaran los precios internacionales a la electricidad, el gas y los combustibles –es decir, si se eliminaran todos los subsidios– la inflación subiría 5 puntos porcentuales pero se produciría un impacto desinflacionario más o menos similar por la reducción del déficit fiscal". Receta fondomonetarista que ha seguido al pie de la letra, el gobierno de Mauricio Macri. De hecho, una de sus primeras medidas fue suspender la difusión del IPC. No obstante, según cifras difundidas por el Congreso, basadas en informes de consultoras privadas, la inflación interanual estaría sobre el 43 por ciento, la más alta registrada desde 1992, valga decir, durante los primeros años del gobierno neoliberal de Carlos Menem (1989-1999). A tal punto, ha sido el genocidio económico de estos primeros meses del gobierno de Macri, que se ha resignado a manifestar en un acto público en febrero pasado, que: "bajar la inflación llevará dos o tres años". Y pensar, que esa fue una de sus principales consignas hechas al pueblo argentino, para que le apoyara en su propuesta del "Cambio". Por lo demás, lo ocurrido en la Argentina de los tiempos de Macri con la inflación, es un desmentido fulminante a aquella conseja de que todo aumento salarial genera inflación, pues a la fecha nada que se incrementan los salarios y la tasa inflacionaria va palo arriba. Contención salarial, despidos masivos que ya alcanzan, según cifras aportadas por algunos sindicatos, a los más de 200 mil despedidos en el sector privado de la economía y 11 mil en el sector público, tarifazos, liberación de precios y del mercado cambiario, son parte del arsenal que el FMI, utiliza para domesticar las economías nacionales y someterlas al yugo y las necesidades del capital transnacional. Cualquier parecido con lo ocurrido con la MUD y sus propuestas de "Cambio" en Venezuela, hechas públicas el pasado mes de diciembre: eliminación de las colas, mayor abastecimiento de alimentos, medicamentos y la salida de Maduro, son pura coincidencia. Un dato que nos dice mucho de la doble moral de todas y todos estos personajes de la derecha internacional, es que mientras la Lagarde, habla de "desindexación" de los salarios y pensiones para la clase trabajadora internacional, su sueldo anual como presidenta del FMI está en el orden de los 476.360,00 dólares ó 352.859,00 euros; el cual, se ha mantenido en alza en los últimos años, aunado a lo cual, el FMI reserva para los gastos personales de su presidenta, un fondo que asciende a unos 65.000,00 euros al año. Además, por el hecho de ser francesa y presidir un organismo internacional con sede en los EEUU, no tiene obligación de declarar impuestos en ningún país, y si faltara algo más, su cargo le da derecho a una pensión de por vida del 60 por ciento del sueldo cobrado, según el tiempo que ocupe la presidencia del organismo. Refiérase el caso de Rodrigo Nato, quien ejerció el cargo de director en dicho organismo durante tres años, y se hizo acreedor a una pensión de unos 60 mil euros al año. Así de derrochadora, es la burocracia al servicio del capital transnacional, esa misma que, a los países y pueblos del mundo, les exige disciplina fiscal, ajustarse el cinturón, si de alta inflación y crisis económica se tratara.
Pero, volvamos a la Venezuela Bolivariana y las medidas de protección de los ingresos de la clase trabajadora y su núcleo familiar, asumidas por el camarada Presidente Nicolás Maduro el pasado viernes 12 de agosto. La primera línea de ataque a las medidas, provino de la representación de la burguesía, la patronal Fedecámaras, en vocería de su presidente Francisco Martínez, quien en tono amenazante manifestó que dichos incrementos: "se pueden convertir en cierre de empresas y pérdidas de empleos", sin dejar de criticar la actuación gubernamental sobre la base del modelo que privó en la cuartarrepública: "Todo lo que rige en materia laboral y salarial debe ser consultado y definido en el diálogo tripartita de la OIT, el gobierno vuelve a tomar decisiones solo". Obteniendo, la acertada respuesta del camarada Diosdado Cabello: "Fedecámaras ya dijo que por qué si a ellos nadie les preguntó nada. ¿Y quién les dijo a ustedes que nosotros les vamos a preguntar. ¿Acaso ustedes preguntan cuándo van a aumentar y hacer desastres con los precios?". Por su parte, CONINDUSTRIA se dedicaba a atacar lo concerniente al incremento del Cestatiquet Socialista, en vocería de su presidente Juan Pablo Olalquiaga, quien cuestionó que el nuevo monto del Beneficio de Alimentación equivale a tres cuartas partes del salario, acusando que: "el Gobierno está trampeando, porque ni ellos pueden con la carga que generan las prestaciones sociales". Opinión, que generó mucha confusión en filas de organizaciones de trabajadores y trabajadoras de cierta izquierda, que pronto se anotaron en cuestionar los anuncios presidenciales sobre la falsa premisa que se estaba "bonificando" el salario, tal cual ocurrió en la cuartarrepública y, más temprano que tarde, como fue el caso de los camaradas del PCV, comenzaron a solicitar que dicho ajuste del Cestatiquet Socialista fuera integrado al Salario, con lo cual, ni más ni menos, sugieren no otra cosa sino la eliminación del Beneficio de Alimentación para las trabajadoras y trabajadores del país. Con ello, era obvio que pisaban el peine, y se colocaban del lado contrario al que presumimos dicen defender, pues en los hechos, se colocaban del lado de CONINDUSTRIA, que es lo mismo que decir de FEDECAMARAS. Nuestra crítica va directo a los camaradas, pues si de opinión pública se trata, estimamos que quienes opinen deben estar enterados de lo que expresan y manifiestan.
La vigente Ley del Cesta Ticket Socialista para los Trabajadores y las Trabajadoras (LCSTT), Decreto Presidencial N° 2.066 de fecha 23-10-2015, que regula el Beneficio de Alimentación, convierte al mismo casi que, en una nueva Misión de nuestra Revolución, otorgando a éste los siguientes fines: "…proteger y defender, la capacidad adquisitiva de los trabajadores y las trabajadoras en materia alimentaria, a fin de fortalecer su salud, prevenir enfermedades ocupacionales y propender a una mayor productividad laboral" (LCSTT, Art. 1). La LOTTT, garantiza su carácter no salarial o de beneficio no remunerativo (LOTTT, Art. 105). Por supuesto, la aprobación de esta nueva Ley, sustituye a la hasta entonces vigente Ley de Alimentación que, entre otras cosas, colocaba topes al crecimiento cuantitativo del Beneficio, sujetándolo a un valor porcentual del monto del Salario Mínimo Nacional, "camisa de fuerza" de la cual liberó el camarada Maduro el crecimiento del Beneficio con la aprobación de esta novísima Ley. El llamado de atención va dirigido entonces, contra los camaradas del PCV y otros, quienes en los hechos, lo que sugieren es la eliminación del Beneficio de Alimentación. Beneficio que, entre otras particularidades de interés, es bueno que los conozcan nuestros hermanos trabajadores y trabajadoras, en el caso de las instituciones de educación universitaria, por contratación colectiva única, no solo lo cobran los llamados trabajadoras y trabajadores activos, sino que una vez jubilados o jubiladas, continúan cobrándolo, sobre la base que se les convierte en el llamado "Bono Asistencial", que cobran en igualdad de condiciones de igualdad que el Beneficio de Alimentación de la trabajadora o el trabajador activo. Bien mal hacen en proponer su eliminación pues miles serían los afectados o afectadas con tan ingrata medida.
Como era de suponerse, los actores políticos de la burguesía, organizados en la MUD, no dejarían abandonados a sus financistas políticos a merced de las ideas revolucionarias. En efecto, de inmediato, se activaron para servir de repetidoras al coro empresarial que pugnaba por cuestionar los anunciados aumentos salariales y del Beneficio de Alimentación. Capriles, como siempre, ridiculizándose a sí mismo: "El ajuste del 1° de septiembre fue de 722 bolívares, con eso solo se puede comprar un cachito", obviaba que, ahora ese trabajador o trabajadora no va emplear su salario para comprar ese cachito sino que empleará su tarjeta de alimentación de Bs 42.480,00 y seguro que le sobrará dinero para comprar otros "cachitos" más. Con análisis tan ridículos como éste, era obvia la derrota en el escenario de la confrontación de las ideas y de los modelos de sociedad que estaban en debate, motivo que obligó a la derecha a forzar la salida al escenario de sus cuarto bates de la opinión pública nacional, tales son los casos de Luis Vicente León y Juan Guerra, sus adalides en materia económica. Mientras Guerra enunciaba su defensa en contra de los aumentos salariales sobre la base monetarista neoliberal tradicionalista de Milton Friedman, tal cual la señala el diputado de la MUD: "La receta tradicional universal para bajar la inflación es: reducir el déficit fiscal y evitar, la impresión de dinero para cubrir ese déficit fiscal", en la misma línea del FMI. Algo de eso, profundizaba en el Informe de la Sub Comisión encargada de elaborar propuestas para la superación de la crisis económica, presidida por él, y que aprobó la Asamblea Nacional en su sesión del 18-02-2016, que entre otras medidas, propone: la unificación cambiaria (punto 16 del documento); la flexibilización del control de precios, elegante forma de decir no otra cosa sino liberar los precios, para lo cual estiman pertinente "Modificar o derogar la Ley de Precios Justos", "Revisar los precios rezagados", por supuesto no dejan de enviar noticias frescas a amo del norte imperialista, y entre otras medidas para encarar esta crisis, en el punto 18, hablan de una nueva política petrolera que entre sus grandes virtudes permitirán: "d. Abrir nuevos espacios a la inversión nacional y extranjera en el negocio petrolero para financiar ese aumento de producción", "f. Fomentar la democratización del capital mediante la creación de fondos petroleros donde los venezolanos con excedentes puedan canalizar el ahorro", con lo cual, pretenden abrir boquetes a la propiedad de la nación como un todo de nuestra PDVSA, y sentar las bases de su futura privatización. Mucho de eso, ya avanzó Mauricio Macri en sus primeros meses en la presidencia de esa nación.
Por su parte, Luis Vicente León (LVL) abre otra cobertura al debate, siempre en la misma línea monetarista neoliberal, al señalar en su tuiter que: "El aumento de salario decretado, sin tocar la fuente del problema, no compensa la inflación pasada y genera inflación futura". LVL asocia aumento de salario con inflación, ergo si no queremos más inflación debemos conformamos con el salario que tenemos. Al lanzar esa línea, de inmediato se activan los activistas oposicionistas y sus medios a justificar sus razonamientos.
El viernes 12, fue anunciado el aumento cuya vigencia será a partir del mes de septiembre próximo, valga decir, aún no está en vigencia pero ya el domingo 14, en la wed oposicionista: maduradas.com, titulaban: "¡LOGRO REVOLUCIONARIO! El cartón de huevos se disparó tras anuncio de aumento salarial", haciendo referencia precisamente de LVL quien "indicó que el aumento compulsivo de salario "empeoraría el problema", mientras que, José Guerra, aseguró que el incremento "tendría un fuerte impacto en la inflación", y como efecto de una profecía autocumplida, ya entonces denunciaban que: "Algunos usuarios en la red social Twitter, indican que han pagado hasta Bs 4.600 por un solo cartón".
La pregunta correspondiente es, cómo justifican que no habiendo entrado en vigencia el anunciado incremento presidencial, ya los precios se fueron a la alza, qué lo justifica? La respuesta es clara, en concordancia con el camarada Tony Boza, quien ubica la inflación como un arma de guerra para desestabilizar gobiernos, precisando que: "Los precios no se mueven solos, no caminan de noche y trepan la escalera del alza. Afirmamos, que la inflación es una manifestación visible de otro proceso más oculto, direccionado a lograr los objetivos políticos y económicos de una clase social específica: la burguesía parasitaria venezolana y sus aliados. El proceso de fondo, es la manipulación o control de precios para apropiarse mucho más rápido de la RENTA PETROLERA, es decir, para obtener una GANANCIA más grande y más rápidamente"(…) "El argumento de que los aumentos salariales son los responsables de incrementar la inflación ha sido uno de los preferidos por la burguesía, tanto más usado cuanto más mentiroso. Los aumentos salariales apenas logran reponer en cierta medida el poder adquisitivo deteriorado por el incremento constante de los precios…" (La Guerra Contra el Pueblo, Tony Boza, Ediciones de La escuela de la calle, Fundación Construyendo Ciudadanía, Maracaibo, 2014). No basta emplear ajustes salariales, si los mismos no se combinan con políticas de avanzada y de ocupación de nuevos espacios en el universo productivo nacional; lo cual, siempre tuvo claro nuestro Comandante Chávez, al plantearse como mecanismo de contención de la inflación en el sector de alimentos, la ampliación del peso del Estado en la producción, "Consolidar el aparato agroindustrial bajo control de empresas socialistas, garantizando al menos 60 por ciento de la capacidad de almacenamiento y procesamiento en rubros básicos (cereales, oleaginosas, leguminosas, azúcar, carne y leche) y 30 por ciento en el resto de los rubros alimenticios" (Chávez ofrece mantener el control de los precios, El Universal, 03-09-2012). Vacilar es perdernos…
Caracas, 18-08-2016