Son muy escasos los actos de sinceridad de la dirigencia opositora con el Pueblo. Cuándo a sus líderes les preguntan en los programas de radio o televisión que medidas tomarían sobre una determinada problemática que ellos señalan como errónea del gobierno del Presidente Maduro, responden a todo, eso se arregla con la salida de Maduro. Se quedan cortos de palabras, porque no se trata ni siquiera de la salida del presidente sino del acabose de todo un proyecto que ha tenido grandes avances en materia social, pero que, como toda actividad humana no ha estado exenta de errores. ¡Quién esté libre de pecados que lance la primera piedra! dijo Jesús, el inmenso, el Cristo. Errar es de humanos, también se dice con fuerza filosófica. Pero esto grandes estafadores políticos se olvidan de casi medio siglo de errores y de los que siguen cometiendo en las gobernaciones y alcaldías bajo su control.
Sin embargo, dos politólogos derechistas que fueron entrevistados en Unión Radio y otro en Globovisión me causaron asombro, porque se salieron del discurso de sacar a Maduro y sin tapujos hablaron sobre la necesidad de negociar con el Fondo Monetario Internacional un endeudamiento sobre los 80 mil millones de dólares, bajo las condiciones que le marquen a un nuevo gobierno (Dios nos agarre confesados), y entre esa medidas hay que bajar la inversión social, populismo según ellos. Y fueron más allá. Señalaron, con diferencia de pocos días de tiempo entre una y otra entrevista, que la recuperación económica, bajo los preceptos de la economía del mercado tardaría unos cinco años, y además serían muy duros para todos. Eso sí, ninguno definió todos, Bien sabemos que la idea es sobrecapitalizar el capital privado y privilegiar a la casta política que por 17 años ha vivido con las migajas en dólares que le arrimaron desde el entorno internacional contrario al proyecto bolivariano y socialista. Pero, un tercer entrevistado, el día de hoy 01.09.2016 haciendo gala de su capacidad maléfica en asesoramiento político a la oposición, sin tapujos generó un escenario de enfrentamientos para derrotar al proyecto iniciado y liderado por Chávez y hoy en manos de Maduro.
No hay duda que ese escenario conlleva una masacre de la cual no se salvarán ni los que están a favor o disentimos del Arco Minero, ni los militaristas ni los civilistas, ni los Maduristas ni los puristas Chavistas, ni los impolutos, ni los tracaleros. Lo que ha estado planteado y lo sopla para avivar la llama la comandancia del Atlántico Sur, es un escenario de confrontación fratricida. Digamos que hoy no fue el momento, la inteligencia política y los organismos de seguridad armonizaron un desmontaje de los planes, informando frecuentemente al Pueblo y al mundo sobre lo que se veía venir. De manera que esta batalla la gobernó y la ganó Maduro, con lo cual se generará un replanteo de las relaciones en la izquierda, de manera que todo viso absolutista, de uno u otro lado o facción, pueda ser superado. No hay otra salida diferente a armonizar la izquierda, salvo que sea la inmolación.
Los últimos tres meses de gobierno han sido de muchos planes, de una creatividad impresionante. Solo falta hacerlos realidad. Hay que enfrentar con sentido de oportunidad la salida de la crisis de la suplencia de bienes de consumo de alta prioridad. En eso puede llegarse a interpretaciones con cierto grado de confluencia. Hay también que sincerar cifras. Amanear de ejemplo, la producción de maíz es insuficiente para paliar la crisis de suministro. Viene un período de muy alta demanda de maíz, el diciembre hallaquero. Tenemos que anticiparnos a garantizar la suplencia oportuna y suficiente para que no nos agarre la gripe sin pañuelo.
De manera que la leña que hace la hoguera que calienta la calle para la salida del presidente Maduro, para el acabose del proyecto bolivariano y socialista y para evitar la masacre que atizan nuestros adversarios hay que convenir rectificaciones, soluciones, razzia burocrática, orden en las finanzas públicas, sentido de transparencia, y equilibrio en el avance de lo militar en la función pública. No es nada de otro mundo, solo que es un asunto de le ética y de la calidad revolucionaria.
¿Despertará la izquierda…sigue vivo el Polo Patriótico?