El concepto de civilización es algo relativo y quizás por esta razón me es muy cuesta arriba aceptarlo de buena vez, simplemente porque un erudito lo utilice a su conveniencia. Se afirma que civilización "es el estadio cultural propio de las sociedades avanzadas, según su nivel de ciencia, artes, creencias, costumbres…" Oros se han atrevido a definirlo según un nuevo canon, pero a la larga no son más que modificaciones a lo expuesto anteriormente con ciertos agregados. Este fue el concepto utilizado por los imperialistas para justificar la invasión, conquista y colonización de otros pueblos.
Los romanos llamaron bárbaros a los galos, iberos, sajones, celtas, germanos, bretones, valacos, vándalos, godos y a otros grupos humanos bajo la excusa del salvajismo de esos pueblos. Ellos (los romanos) se consideraban los ungidos para llevar la civilización a aquellos seres irracionales carentes de cultura. Esta misma justificación la utilizaron los incas, los aztecas, los persas, los mongoles, los japoneses, los franceses, los españoles, los portugueses, los holandeses…entre tantos malos cuyo único interés era apropiarse de las tierras ajenas.
El entrecomillado del epígrafe de este artículo tiene que ver por mis dudas sobre el concepto de civilización occidental, ya que albergo en mi pensadora recelo sobre las denominadas "sociedades avanzadas". Lo que se llama hoy "civilización occidental" nos llegó a través del conquistador y luego mediante el colonizador. Este paradigma de vida fue el que prevaleció en Europa desde el punto de vista religioso, político, económico y de organización social. Es decir, abarcaba todos los aspectos culturales que influyó durante muchos siglos y fue exportado al nuevo mundo.
Fue esta civilización occidental, que fue posible gracias a la rapacería de de los imperios europeos en el Nuevo Mundo, la que impuso la doctrina judeo-cristiana desde el punto de vista religioso y la cultura greco-latina como modelo de organización social. La fe judeo-cristiana dio origen a las dos religiones monoteísta, la judía y la cristiana, cuyo génesis va más allá de los cinco mil años del culto de Abrahán. La liturgia de aquellas religiones monoteístas tiene su origen en el mazdeísmo o zoroastrismo de los persas (el actual Irán), de la religión de los sumerios del 6000 a.C y de igual manera, de los códices egipcios. Así mismo, la cultura greco-latina es una mezcla de las civilizaciones de diversos grupos humanos que deambularon por Grecia y por el Asia Menor y se fueron estableciendo en diferentes partes de Europa. Con esto pretendo resaltar que la mal llamada "civilización occidental" es producto del mestizaje de diferentes grupos humanos que erraron por el mundo europeo durante miles de años.
Pero los imperialismos europeos se arrogaron el derecho de imponer en sus colonias del Nuevo Mundo la llamada cultura occidental. Evidentemente, ellos tenían los ejércitos, los caballos, los perros, las armaduras, los frailes, la imprenta y todos los medios para sojuzgar mediante un modelo cultural. A la llegada a las tierras desconocidas ya venían con la intención de imponer la religión cristiana, la monarquía y una sociedad de casta producto de la mal llamada civilización occidental.
Fue esta civilización occidental la que nos llegó a través de la enseñanza de nuestros padres y de la educación formal como un modelo civilizatorio. En el entendido que los pueblos originarios eran unos animales salvajes, unos bárbaros (similar a como los romanos denominaron a los europeos), unos caníbales sin alma carentes de cultura y por tal razón el látigo era la única forma de convertirlos al cristianismo. De esta manera con La Biblia, el rebenque y la pólvora impusieron en el Nuevo Mundo la civilización occidental. Esta manera de vivir fue calando entre los mantuanos criollos y ya para la independencia la ilustración impregnó la mente de nuestros libertadores.
Los libros de la ilustración europea penetraron en América por vía clandestina. Fue así como se conocieron los enciclopedistas como Diderot y D´Alembert y las obras más notables de este período escritas por Voltaire, Rousseau y Montesquieu, entre otros. Fueron los conocimientos de estos ilustres los que le colmaron la mente de nuestros libertadores. Pareció que no existían otros arquetipos civilizatorios. Indiscutiblemente la civilización occidental se adentró en América, no solo por la vía de la conquista y la colonia, sino a través de la educación, la cultura, la religión, el arte en todas sus manifestaciones, la política, la economía y la ciencia, era el modelo de la civilización occidental.
Los medios de comunicación, los partidos políticos y la sociedad en general aceptaron como natural este modelo civilizatorio importado e impuesto por los europeos como un dechado que nos iba a resolver todos los problemas. En el nuevo mundo nadie pensó que existían otros filósofos que podrían aportar ideas sobre otra manera de vivir, por ejemplo Confucio, Lao-Tze, Mencio, Han Feizi, Mozi…entre tantos de los pensadores chinos que hubiesen contribuido con sus erudiciones. Pero no solo los chinos, parecía que la civilización occidental era la propia para lograr una sociedad avanzada. La civilización europea opacó los meritorios hombres de la ciencia árabe de la antigüedad. Pocos conocen a Al Manzur el astrónomo de Bagdad, excluyeron a Mohammed Ben Musa eminente matemático que escribió un tratado de álgebra, ignoramos los estudios de óptica de Hassan Ali Aitan y también se desdeña al químico árabe Abu Mussa Djafar conocido por la obtención de ácido sulfúrico y alcohol destilando almidón o glucosa fermentada.
La civilización occidental se encargó de opacar otras civilizaciones y las trató de bárbaras. La solución de los problemas del Nuevo Mundo se buscó en los libros de la ilustración europea, conocimientos que no sirvieron para resolver los problemas de los menesterosos europeos, mucho menos los de los recién emancipados pueblos originarios. Si en algún lugar se destacaran a Joi Barua, Abdul Ahad, Krishna Chakravarty, Aloke Dutta, Rashid Khan, Ram Narayan…, dichos nombres no nos dirían nada, estos son meritorios músicos de la India cuyo legado se desconoce en esta parte del mundo. Solo nos enseñaron a valorar la música de dignos compositores europeos tales como Mozart, Beethoven, Schubert, Haydn, Wagner…porque los eruditos occidentales desdeñan otro tipo de música que no sea "la académica" de los maestros occidentales.
La civilización occidental enterró a Viracocha, a Pacha Mama, a Pachamac, a Mama Cocha…entre los dioses incas. También sepultó a Quetzalcóatl, a Tlaloc, Huitzilopochtli, Xólotl…dioses de la cultura azteca y muchos menos los suramericanos conocen a Bolon Dzacab, Ah Mun, Chac, Buluc Chabtan…dioses de la cultura Maya. Y si a cualquier venezolana (no) (joven o adulto) le nombraran a Odo´sah, Tomoyayo, Mareiwa, Kúwai, Capuano…se sonreiría ante su ignorancia al desconocer a los dioses de nuestras antiguas tribus indígenas. Todas estas deidades fueron inhumadas para que la civilización occidental impusiera a sangre y fuego a un todopoderoso sin nombre alguno, simplemente a Dios.
Finalizada la segunda guerra mundial, con una Europa sumida en la ruina pierde vigencia la llamada civilización occidental y renace la civilización yanqui, el llamado "sueño americano". Para los nuevos bárbaros el conocimiento no es una bandera y mucho menos la cultura. El norte de los nuevos civilizados es la acumulación de fortunas, el consumismo, la depredación ambiental, la posesión de armas, de guerra continuada, es decir, la cultura de la muerte, el racismo, el desarrollo industrial basado en la fabricación de armamento, la invasión de los pueblos y el arrase de civilizaciones, el embrutecimiento de la gente a través de los medios de comunicación… Entre tantos males que nos ha traído la unipolaridad, la misma que intenta imponer la globalización a través del Departamento de Estado de USA junto con sus aliados de la OTAN. Es lo que modernamente se entiende por una "sociedad de avanzada".
No creo que exista un solo modelo político-económico para resolver los graves problemas del planeta. Por fortuna han surgido nuevos líderes que abogan por un mundo pluripolar, una civilización universal, donde concurran no solo múltiples centros de poder, sino otras formas de economías, otra forma de organización social, nuevos talentos, diversas formas de ver la vida, un mundo donde la paz sea el objetivo fundamental del hacer de la política. Es posible buscar los aspectos positivos, tanto del mundo occidental tanto en el mundo oriental, para aplicarlo en alguna parte del mundo y de esta manera evitar las grandes calamidades que asolan la Tierra desde hace miles de años.