La profecía autocumplida

Cuando el CNE estableció la circunscripción regional como el ámbito en que la MUD debía obtener al menos el 20% de manifestaciones de voluntad del total del universo electoral, como requisito para activar el RR, incurrió en exceso de poder, porque es la circunscripción nacional la que corresponde al Presidente de la República según lo establece la CRBV (art.72). De acuerdo con este criterio extraconstitucional absurdo, basta que en un estado no se reúna ese 20% para que todo el proceso quede cancelado. Entre saltos y cabriolas, terminó quedando en manos de tribunales penales ordinarios la anulación del RR, a pesar de que el Poder Electoral le dio curso, una vez que verificó que la MUD reunió al menos el 1% de las firmas necesarias para pasar a la segunda fase (20%). En la práctica, el propio árbitro se salió del terreno de juego facilitando la materialización de la profecía autocumplida lanzada por el Presidente Maduro y los altos dirigentes del PSUV. A todas estas, ahora la jurisdicción penal es competente para sancionar organizaciones políticas. Siendo así ¿Qué papel jugarán el CNE y la Sala Electoral del TSJ? ¿A dónde nos llevará todo esto? Afirmar que "ni las elecciones a gobernadores ni el referéndum son prioritarios", banaliza el ejercicio de la soberanía popular, que por cierto es la columna vertebral de la democracia. Son demasiadas las señales que evidencian que el gobierno-partido viene escalando paso a paso un perfil autoritario horadando la Constitución.

La MUD se presenta como la "víctima", pero es inexplicable y sospechosa su solicitud tardía de activación del RR, a pesar de que Ramos Allup "decretó" la salida del Presidente Maduro en 6 meses. Luego de avanzar en la iniciativa, entregó al CNE una cantidad apreciable de firmas chimbas y curiosamente no exigió elecciones de gobernadores para este año como pauta la CRBV. Quizás, la respuesta a ese enigma por despejar, es que se está gestando un nuevo bipartidismo en proceso de decantación.

La opción de los revolucionarios es construir, desde el chavismo crítico, una alternativa a ese bipartidismo cupular. Deslindándose del proyecto neoliberal proimperialista que es consustancial a la derecha venezolana y de un gobierno que está dando un "golpe del timón", pero hacia la derecha, alejándose del rumbo trazado por el Programa de la Patria de Chávez.



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Gustavo Márquez Marín

Carabobeño, nacido en Valencia, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo donde también ejerció la docencia, durante la gestión del Presidente Hugo Chávez se desempeñó como Ministro de Industria y Comercio (1999), Ministro de Estado para la Integración y Comercio Exterior (2005-2007), Embajador en Austria y Representante Permanente ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena (2001-2004), Comisario General del Pabellón de Venezuela en la Expo 2000 Hannover (1999-2001) y Miembro de la Comisión de Negociación con Colombia de las Áreas Marinas y Submarinas (1999-2001).

 gamarquez2@yahoo.com

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