Diálogo para hacer funcionar las instituciones

Ante la crisis institucional

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es la hoja de ruta, el proyecto, el marco general de la vida y el futuro del pueblo venezolano. Es ella la que da el horizonte del futuro de la Patria, así como brinda el diseño institucional necesario para decidir y resolver los conflictos propios de una sociedad plural. Es por ello que hacer funcionar las instituciones es la prioridad de los venezolanos y venezolanas que deseamos vivir en paz y avanzar hacia un futuro mejor. Hoy se impone el diálogo para hacer funcionar la Constitución.

Hoy se nos presenta una grave crisis institucional en la cual los Poderes Públicos no se reconocen entre sí y hay obstáculos para que se exprese libre y electoralmente la voluntad del pueblo. Esto determina una crítica situación en la cual la violencia se asoma. Ningún venezolano desea, ni una guerra civil, ni mucho menos una intervención extranjera directa. La primera premisa de una solución es reafirmar la soberanía nacional. Los venezolanos ny venezolanas podemos resolver nuestros asuntos sin la interferencia de ninguna potencia u organismo internacional que nos venga a dar lecciones de democracia. Nuestro bravo pueblo sabe de democracia y la defiende ejerciéndola.

La segunda premisa es que esta problemática situación tiene solución, sólo si se aplica la Constitución. En ella y en las leyes están las indicaciones precisas de qué debe hacerse. Sobre las bases constitucionales es que puede posibilitarse la vía del diálogo, que queremos todos, para que se respeten los derechos ciudadanos y se defienda la institucionalidad.

Es precisamente en este momento, cuando se hace vigente el diálogo entre todas las posiciones políticas en juego, no sólo las cúpulas de los dos polos que hoy se enfrentan, sino de todas las formas de expresión del pueblo venezolano. A este diálogo, que debe impulsarse a todo nivel, son bienvenidas las gestiones de la Iglesia Católica, algunos oferentes, organismos como UNASUR y demás, que sólo a título de mediadores, pueden contribuir a facilitar este diálogo entre los venezolanos.

La polarización extrema ha trancado el funcionamiento de las previsiones institucionales. Actualmente, los Poderes Públicos no se reconocen entre sí: ni el Ejecutivo reconoce el Legislativo, en virtud de decisiones discutibles del Poder Judicial, ni el Poder Legislativo reconoce al Ejecutivo y demás, también por decisiones críticas que ponen en peligro la aplicación de las previsiones constitucionales.

Cabe destacar que el referendo Revocatorio es un derecho constitucional que, además, es reconocido por todas las posiciones políticas como un avance indudable en la profundización de la democracia. La propuesta del referendo fue introducida por el propio presidente Chávez en la Asamblea Nacional Constituyente de 1999. El propio presidente en 2004 fue objeto de evaluación popular mediante este mecanismo. La revocación de todos los funcionarios es un principio de una institucionalidad revolucionaria naciente para el pensamiento marxista también, aparte de que, en la contemporaneidad, ha sido reconocida como una fórmula de indudable signo democrático por múltiples actores en el mundo entero.

Los problemas de la democracia deben resolverse con más democracia. El pueblo tiene que expresarse de diversas maneras, empezando por la vía electoral. Ha habido una serie de irregularidades que últimamente han motivado esta "tranca" del juego democrático. Hay salidas: debe convocarse al pueblo de Amazonas para que elijan definitivamente sus parlamentarios y así tener un Poder Legislativo en plenitud de funciones y atribuciones. La medida cautelar de suspensión de la recolección del 20% de las firmas debe revisarse a la luz de la consideración de que los tribunales penales no tienen jurisdicción electoral y el CNE no puede sumarse a una decisión de la cual ni siquiera ha recibido notificación oficial, aparte de que el Poder Electoral, según la Constitución, es el organismo garante del ejercicio del derecho al voto popular en todas las oportunidades que la constitución fije, en este caso, a propósito del referendo revocatorio. Por otra parte, el Poder Legislativo debe reconocer al resto de los poderes públicos en su legitimidad.

Rechazamos cualquier giro represivo o persecución política que pueda implementarse a cualquier nivel. La represión es siempre ejercicio de la violencia y legitima una respuesta igualmetne violenta. Esto no lo queremos los venezolanos y venezolanas. Sobre todo, porque somos demócratas y creemos que la constitución brinda las vías para la superación de los conflictos.

Insistimos en la vía del diálogo a todo nivel, no sólo entre las cúpulas políticas, para superar, basándose en la Constitución, esta lamentable crisis institucional.



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Jesús Puerta


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