Xenofobia y xenofilia de MUD por nacionalidad de Maduro

La verdad siempre es a la larga y a la corta más consistente que el embuste; no es de ahorita sino desde que Maduro asumió la Presidencia de la República hace ya más de tres años, cuando la escualidad entrompó por el manifiesto atajo de la calumnia y la xenofobia endilgando a Maduro de bruto y, de paso, colombiano; para más señas, "colombiano bruto".

Pero contrasta que coetáneamente esa misma escualidad de neto corte fascista atribuyese una portentosa inteligencia y mil virtudes más al colombiano Uribe Vélez, al que sin escrúpulo y con furibunda idolatría pareciera elevar casi hasta la santidad, lo que constituye a las claras un extraño e inexplicable abocar a la xenofilia y quizás más, al masoquismo, obviamente por lo que todos saben del personaje de marras, el ex presidente de nuestra hermana Colombia, Álvaro Uribe Vélez.

No cabe la mínima duda de que el acusar de "colombiano bruto" a Maduro es una matriz traída por los pelos e inscrita en una estratagema multidimensional en la que se inscribe lo de dictador, de colombiano [como si ser colombiano fuese una afrenta (su atención, por favor, en este caso gravita un disparo subliminal)], de matón y pare usted de contar peyorativos calificativos todos correlativos y, aquí, en lo de correlativo radica una clave para entender que en los ataques a Maduro nada está al azar sino todo lo contrario, correlativo, y hago énfasis en ese término para que quien quiera hurgar halle la hebra de la madeja; el tratar de descalificar a Maduro pretende contrarrestar la verdad verdadera, se trata de una perversa matriz elaborada en un laboratorio de guerra sucia y dirigida a mentes en desventaja, captadas sin saberlo, para golpear y golpear sus propios intereses, a modo de conque "yo sí firmo contra Maduro para entrar en la historia"; que si "Maduro se suicida"; que si "Maduro es el culpable de la inmortalidad del cangrejo"; que si "Gobierno y oposición son la misma mierda" y, cuánta bolsería inducida es puesta a rodar; mas, lo que en esencia es Maduro, será trascendente o acaso ya lo es; y lo que la oposición dice con desvergonzada sevicia y desparpajo, contra él, se desvanece porque tan vil afirmación no puede sostenerse en sí misma, bajo ningún argumento.

Pero, ¿acaso en tan peluda estratagema no hay un tiro por elevación contra la hermana Colombia también?, ¿no es o pudiese ser matar dos pájaros con una sola pedrada?, ¿contra quién, o mejor dicho, contra quienes de Colombia va dirigido también el a simple vista no perceptible plomazo, acaso contra el proceso de paz?, ¿quién puede tragarse ese anzuelo de ligar tan funestamente a Maduro con Colombia?

Claro, para una mente no entrenada para captar, eso es desapercibido, es lo que defino como una mente en desventaja pero que bien pudiese curarse con un poco de esfuerzo solidario; dejo a criterio propio de cada quién coger el paso de sí y caminar con sus mismos pies.

La xenofobia, tanto como la xenofilia, de por sí es contraria a la afirmación de la identidad propia; esto -lo de falta de identidad con tus/nuestras genuinas raíces- constituye un hecho que entraña, en principio, una anormalidad cultural pero que tratada apropiadamente es corregible; pero lo de la xenofobia y la xenofilia, a secas o acaso llevadas a extremos de exaltación brutal, son una calamidad tal vez irreversible porque para llevar a tal estado, particular y masivamente a personas, el que lo hace tiene que haberles dañado alguna parte de adentro en la cabeza a dichas personas y a eso quiere llevarnos el enemigo; en otras palabras, quiero destacar que no se trata de una persona, se trata de miles, se trata de un significativo sector social venezolano al que inducidamente se le han incubado odios mediante maléficas técnicas formativas e informativas condicionantes, y de ahí que pueda inferirse que el escualidismo sea una nueva enfermedad mental acá en Venezuela, y no hay que ser matasano para notarlo, lo digo por mí, simple de a pie que lo he notado.

La humanidad no ha llegado todavía y tal vez no llegue nunca a su estado final de evolución cultural; fijaos, hay cosas que no tienen definición y hay definiciones que caducan y son sustituidas por otras; por ejemplo, la letanía opositora de que Maduro sea colombiano y no venezolano, manía, por lo demás y que yo las defino en un solo paquetico como, letamanía -[leta][ma]nía-; pero tratemos de ir algo más a fondo del asunto aunque no aquí, en esta turbulencia, en la locura, fondear en turbulencias no es apropiado porque te expones a naufragar ¡y, sí lo sabré yo!, vayamos a una parte más llana y calma y pueda que sea bueno para los fines que nos han traído hasta aquí a usted y a mí tratando de hallarle la quinta pata al gato, a mí exponiendo y a usted calificando, tésis y antítesis, los dos fundamentos de la dialéctica, confrontados para intentar encontrar una síntesis, la que en el caso que nos ocupa yo defino como hallar la susodicha quinta pata del gato (o de la esfaratada -valga así- mesa).

Ahora bien, apelo de nuevo a la dialéctica de Platón, para intentar esclarecer el razonamiento, interrogar la realidad, ¿qué es la nacionalidad? Puedo responder que la nacionalidad, en sentido genérico y tal como la concibo de acuerdo a mi experiencia personal, debe ser revisada para su adecuación y su aplicabilidad a los tiempos de revolución, tal como lo hizo nuestro pueblo encabezado por el Comandante Chávez cuando el proceso constituyente que desembocó en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1999; el tratamiento que nuestra novísima constitución otorga al ciudadano es muy distinto al que ese término tuvo en la moribunda de 1961, y el que quiera comprobarlo que escarbe ambos textos y coteje; por ejemplo y por sólo citar un detalle, en la carta de 1961 no existía la doble nacionalidad, mientras que ahora en la bolivariana sí se consagra la doble nacionalidad; claro, el tema es para leguleyos y juristas, no para mí, por lo que prefiero dejarlo de ese tamaño, de ese color.

Y, ¿para qué revisar el concepto de nacionalidad? ¡Para corregirlo a la luz de la razón y despojarlo de chauvinismo y de otro tipo de convencionalismos negativos y negadores que la oposición apátrida le impone como una letamanía, y esclarecerlo a la luz de la moderna constitución bolivariana, y esa versión corregida de lo que es la nacionalidad debe ser enseñada a todos pero fundamentalmente a los niños para así formar al verdadero hombre nuevo porque si a ver vamos, la escuela vieja nunca podrá formar al hombre nuevo.

Explico, estimo que no por nuevo o por viejo algo es lo apropiado, lo mejor, la excelencia; y, para no salirme del tema me ocupo de que la Constitución Venezolana de 1961 fue puteada por adecos copeyecos masecos y demás secos (derivados sucursales y afines, en fin, la MUD) porque esa carta era vulnerable y, en manos de pillos, más aún; en cambio, la carta bolivariana es otra cosa muy distinta, se trata de una carta blindada y, en manos de gente decente, tiene que ser obviamente la escuela nueva; a diferencia de la carta de 1961 que es la vieja escuela.

Cada ser humano es parte del universo pero el fascismo pretende ponerlo entre límites debido a su etnia, si es negro o indio esta jodido para esa gentucita que se cree superior a nosotros.

Clasificar peyorativamente a un ser humano según su cultura y lugar de nacimiento es una barbarie, la nacionalidad es un valor externo a la condición humana, que es lo pertinente; cuando mucho, y esto se lo diría en la cara de tabla de esa pila de bolsas de la oposición mezquina pero que se las echan de superiores, la nacionalidad lo más que puede ser considerado es como un valor agregado, no más que eso; me pronuncio porque hagamos nuevas leyes social y jurídicamente más avanzadas para evitar hacer falsa caracterización de una persona extranjera, injustamente; y conste que no ando defendiendo puntual y expresamente a nuestro Presidente Maduro, de quien hasta la más competente autoridad colombiana al respecto del tema ha confirmado que Maduro nada tiene que ver con lo que se le endilga, ser colombiano en sentido jurídico, nada que ver, Maduro es venezolano sin esguince alguno, lo que en el fondo trato de defender es a quienes aun no habiendo nacido aquí pero que con su esfuerzo hacen crecer la patria de Bolivar y de Chávez, de alguna manera retribuirles plenos derechos en todos los sentidos, y os pongo un ejemplo histórico, el del Ché, a quien le fue conferida la cubanía por nacimiento en la para entonces naciente "Ley Fundamental de la República de Cuba" de 1959, Art. 12- inciso e), y que puede ser consultada por usted en red como "La cubanía del Ché es una identidad superlativa".

http://www.aporrea.org/internacionales/a124282.html

Supongo que al caso, Fidel y Cuba refiriéndose al Ché pudieron argumentar que la nacionalidad mal concebida separa a los hombres y debilita el sagrado trabajo creador, y que los ideales internacionalistas, por el contrario, fortalecen vitalmente esa interrelación, eso lo ignoro, pero sé que dieron al mundo un ejemplo ecuménico con eso de la cubanidad del Ché.

La universalización de las ciencias y de las artes constituyen factores integradores del hombre más allá de las fronteras del racismo y de la xenofobia a que alude la MUD cuando endilga el calificativo de colombiano a Maduro, y si al caso vamos, ¿acaso no era sueño de Bolivar, el que venezolanos y neogranadinos nos llamásemos colombianos, qué de peyorativo es ser colombiano? Por lo tanto, a Maduro le resbala esa bolsería de la escualidad; quienes sí deben preocuparse son los cientos de miles de hermanos colombianos que viven aquí mejor que allá pero que la MUD le hiere la suceptibilidad profunda aunque muchos de ellos parecen no haberse dado cuenta, me refiero a los millares de malagradecidos a quienes Chávez les dio amparo -casas, cédulas y etc- pero el día que Chávez murió físicamente, ellos celebraron en los barrios y urbanizaciones de Misión Vivienda en Caracas; "enfermos mal curados" les digo yo porque si bien tales huyendo de la guerra en Colombia fueron acogidos con respeto y solidaridad aquí, no es menos cierto que la MUD les cayó encima de alguna manera y los victimizó, pero es trabajo pendiente de la revolución el ayudarlos a descorrer la venda que les impida ver bien; a contraparte lo más admirable de todo es que el pueblo venezolano, en esencia profunda, es tal que hasta en lo oscuro sabe escoger el camino y si alguien no lo entiende que vaya al 13 de Abril de 2002 y al 23 de Octubre de 2016, cuando rescató a Chávez de la muerte y cuando nuestro esclarecido pueblo entró categóricamente a la Asamblea Nacional a defender la democracia participativa y protagónica consagrada en nuestra impecable constitución bolivariana.

Convengo en que ninguna persona es superior o inferior a otra, de lo que se trata es de convencionalismos que derivan en presiones sociales y culturales que conllevan las diferencias.

Se trata de una estratagema fascista que huele a petróleo y cuya ejecución encaja perfectamente en la MUD, grupo "pret a porter" formado por el imperio precisamente para aplicar la tarea de destruir el Estado Bolivariano; el equipo que ha diseñado y formulado la estrategia de denigrar a Maduro no es de la MUD -nadie de esa gente tiene cabeza para urdir tan escabrosa planificación- pero la MUD hace de peonada que cumple lo que le mandan a hacer desde Estados Unidos y, no cumplida la tarea, seguro que dicha MUD pasa de moda.

En "Joan Manuel Serrat…frontera de besos serán mañana, ¡la invocación de la paz debe ir acompañada de acciones!" y que os adjunto a pie de página, esbozo ó creo haber esbozado un análisis del fascismo colombiano que llevó a la guerra a toda la región, fascismo que se entrelaza con el fascismo venezolano y expongo por añadidura coletazos del fascismo de la guerra civil española de 1936.

Reflexivo acerca del asunto, se entrecruzan en mi cabeza, como celajes, disquisiciones dialécticas, una de ellas, lo de aprovechar una contradicción para avanzar, me gusta.

A medida que el enemigo aprieta su manigueta de la guerra, el pueblo responde con más revolución y eso es dialéctico; mas, aunque todos sabemos que ese término es diversamente interpretado, a mi modo de ver dialéctica es la armonía de las contradicciones; resumidísimamente, para Kant era la ciencia de las ilusiones; Aristóteles decía que la dialéctica es un razonamiento con probabilidades; para Platón era la técnica de lenguaje que permitía preguntar; de Hegel, que era o que es el motor de la actividad humana, que una cosa sólo se determina cuando se conoce su movimiento, su pasado y su futuro; Marx parte de Hegel para interpretar lo que es dialéctica y de su extenso e intrincado análisis creo entender que él expone que Hegel es ilusorio por idealista, al punto que asume la dialéctica como algo patas arriba y que lo que habría que hacer es ponerla en contrario, sobre los pies para que fuese razonable, y es que Marx asume la dialéctica en función materialista.

Bueno, ni que tú te sumerjas en la dialéctica podrás entender y mucho menos justificar lo que significa la MUD; a mí me ayuda a conocer un poco lo que dice Diosdado, "que la MUD significa -en Esperanto quizá- charco"; y, en cuanto al Presidente, buena esa, que llame a capítulo al presidente de la en desacato Asamblea nacional y a la vez que le lea la cartilla obligarlo a deletrearla.

Pero, como es de suponer, el cancerbero de la MUD no asistirá a Miraflores porque él carga los pantalones chorreados de marrón.

¡Fo, carajo!

Otan:

Aquí esta para complementar "Joan Manuel…frontera de besos serán mañana…" http://www.aporrea.org/actualidad/a214806.html

oceanoatlanticoguillermo@gmail.com



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Guillermo Guzmán


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